𝐘𝐀𝐈𝐋| "You can hear it in the silence, you can feel it on the way home... 𝒀𝒐𝒖 𝒂𝒓𝒆 𝒊𝒏 𝒍𝒐𝒗𝒆. 𝑻𝒓𝒖𝒆 𝒍𝒐𝒗𝒆".
|| Charles Leclerc se enamora de su mejor amiga, sabiendo que es un gran paso en su camino que siempre estuvo trazado del...
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29 DE JUNIO DEL 2021
SONRIÓ ANTE EL RESTAURANTE QUE SE ALZABA FRENTE A ELLOS, Isabella recibió una llamada, pero ignoró su celular cuando el monegasco suspiró de nervios llamando su atención como polilla a la luz.
― ¿Ya te arrepientes de cenar conmigo?
El piloto la observó juntando sus cejas sin entender nada. ― Claramente no, incluso volvería a repetir esto todos los días de mi vida, Bells. Verte en ese vestido negro que te hace ver tan bien me hace pensar demasiadas cosas.
Ambos ignoraron que esa había sido una clara insinuación de los sentimientos del hombre y este se bajó del Ferrari negro acomodándose la chaquea color beige que llevaba. Caminó hacia el valet parking dándole las llaves del Ferrari negro y abrió la puerta de la chica tomando su mano para ayudarle a bajar.
De inmediato la chica sintió esas mariposas en su estómago y quiso darse de golpes, las palabras que el hombre había dicho resonando en su cabeza "repetir esto todos los días de mi vida".
Separó su mano de la de Charles, él ignorando aquello mientras varios paparazzi que no habían visto les tomaban fotos de lejos desatando un desastre en las relaciones de ambos y más porque la llamada que ignoró Isabella era de su novio.
― Bienvenidos ¿tienen reservación? ― la chica del mostrador fingió no darse cuenta de lo atractivo que era el joven y reconocer a la acompañante de este, reservándose de pedir autógrafo a la actriz.
― Si, está a nombre de Hervé Perceval.
La cantante apretó los labios ocultando una risa que moría por dejar salir, bajo la mirada de reojo del piloto que hizo lo mismo.
― Claro, mesa para dos. Por aquí.
Los condujo hacia la mesa en dónde ambos tomaron asiento, la cantante sonrió por los nervios que sentía sabiendo que eran por el hombre que la acompañaba, ya que en verdad había salido miles de veces de esta manera con él, pero ahora todo dentro de ambos era diferente.
O tal vez, simplemente por fin dejaron de oprimir lo que sentían luego de tantos años.
Observó a su alrededor dándose cuenta que era el restaurante que concurrían cada que se les daba la gana de viajar a Maranello.
― Me sorprende que esto siga como siempre ― sus ojos brillaron de emoción.
Charles sonrió tomando la carta. ― No es cierto, la pintura ahora es más negra que antes.
Isabella lo fulminó con la mirada. ― Chistosito.
El hombre sonrió, ambos ordenaron su platillo favorito: pasta a la carbonara.
