𝐘𝐀𝐈𝐋| "You can hear it in the silence, you can feel it on the way home... 𝒀𝒐𝒖 𝒂𝒓𝒆 𝒊𝒏 𝒍𝒐𝒗𝒆. 𝑻𝒓𝒖𝒆 𝒍𝒐𝒗𝒆".
|| Charles Leclerc se enamora de su mejor amiga, sabiendo que es un gran paso en su camino que siempre estuvo trazado del...
—chapter thirty-three: sometimes I wonder; when you sleep are you ever dreaming of me?—
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16 de agosto del 2021
Montecarlo, Mónaco.
LA CABEZA LE DOLÍA HORRORES, OBSERVÓ LA SALA bufando ante el desastre que era con las copas tiradas, la botella del vino rosado en la mesita y los vinilos acomodados superficialmente en su lugar lo que suponía era obra de Charles, pero, aunque quisiera ordenarla ahora mismo tendría que limpiarla después. Ahora ya se le hacía tarde para reunirse con su padre y los nervios solo le daban un dolor más fuerte.
Charles al final sí se había ido a entrenar con los reclamos de Andrea por haberse alcoholizado un domingo, en respuesta el piloto le había dicho que no se quejara, era mejor tomar en su casa con su novia que en un antro a las dos de la mañana como en su tiempo de rebeldía había llegado a hacer.
Era la una de la tarde y apenas salía del edificio, por primera vez mostrándose en Mónaco como Isabella D'Angelo ya que sus pensamientos iban dirigidos a la reunión que tenía con su padre y no en taparse de los medios.
Entró al Ferrari rojo que estaba en su edificio y respiró unas cuántas veces en este, sentía los nervios por todo su cuerpo y las ganas de tronarse los dedos persistía, controló aquella parte de su mente poniendo el auto en marcha directo a su destino.
El viaje fue corto, Mónaco era un país muy chico y Montecarlo una ciudad aún más pequeña, estacionó su Ferrari notando que varias personas ya la habían reconocido, no le dio tanta importancia sabiendo que era normal verla por aquí, además las noticias estarían llenas de su reunión con su padre pues por el espejo retrovisor lo vio llegar en un carro negro de la misma marca.
Notó como se bajaba y entraba al restaurante esperándola dentro.
Cerró los ojos inhalando y exhalando, luego de varias repeticiones salió de su carro entregándole las llaves al valet parking y saludando a varios fans que gritaron su nombre, aferrándose a su bolso subió los escalones hacia el restaurante dónde entró encontrándose con su padre.
― Isabella ― saludó con una pequeña sonrisa tímida.
― Daniel ― correspondió el gesto de la misma manera.
Ambos se acercaron hacia la anfitriona que sonrió al tenerlos ahí, todo el mundo en Montecarlo conocía al ex piloto y a la cantante. ― ¿Tienen reservación?
― Sí, mesa para dos, privada, a nombre de Daniel D'Angelo ― la voz prepotente de su padre se escuchó por el lugar, recordándole las veces de niña que odiaba escucharlo cuando se enojaba con ella.
La recepcionista les sonrió asintiendo y acompañándolos hacia su mesa, al sentarse Isa notó que en verdad era privada, la gente más cercana se encontraba fácilmente a cinco metros, o diez, si su miopía le mentía.
