30. We were dancing like we're made of starlight

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—chapter thirty: we were dancing like we're made of starlight—

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13 de agosto del 2021

Montecarlo, Mónaco.

CHARLES TOMÓ SU MANO LUEGO DE QUE tocara a la casa de su familia. Los nervios que sentían en estos momentos a ambos les parecían ridículos, no era la primera vez que la italiana venía con la familia Leclerc, pero comparado a aquellas veces todo había cambiado y eso los asustaba.

― ¿Estás nerviosa? ― el monegasco preguntó dándole un apretón en la mano.

― Claro que sí, un poco ― contestó suspirando y con su otra mano acomodándose el cabello detrás de su oreja mientras se arreglaba la cachucha que llevaba para evitar que la gente los reconociera en su totalidad.

― No debes de estarlo, todos te aman desde antes ― contestó simple, aunque también se sentía nervioso, pero eso no debía de saberlo su novia. ― Bueno, aunque ahora eres mi novia y no sé qué les parezca aquello.

― Gracias, Charlie ― habló con sarcasmo ― Eso claramente me tranquiliza.

No pudo decir nada más cuando la puerta fue abierta por Arthur que al notar que eran Isabella y Charles sonrió. Se hizo a un lado para dejarlos entrar notando sus manos entrelazadas, pero no preguntó nada al respecto y cuando la puerta fue cerrada se lanzó hacia la italiana.

― ¡Isaaaa! ― la atrapó entre sus brazos. ― Te he extrañado tanto, me hace falta mi amiga de chismes. ― soltó sacándole una risita a la italiana que correspondió aquel abrazo con la mirada del monegasco menor en ellos.

― Yo también te he extrañado, Arthur ― se separaron con sonrisas.

Arthur volteó a ver a Charles saludándolo con abrazo y palmada en la espalda. ― A mamá le va a dar gusto verte de nuevo, a ambos.

La castaña se quitó todo su disfraz para que la gente no la reconociera mostrándole a Arthur lo cambiada que la italiana estaba desde la última vez que la vio hace dos años.

― Vaya, te ves diferente ― exclamó empezando a caminar paras guiarlos hacia el comedor dónde los estaban esperado para desayunar.

La chica alzó una ceja. ― ¿Diferente cómo?

― No lo sé, mayor.

La castaña lo fulminó mientras lo golpeaba levemente en el hombro. ― Eso no ha cambiado.

― Claramente no ― contestó la cantante sintiendo aquellos nervios desaparecer con la risa del menor de los Leclerc.

Cuando llegaron hacia el comedor lo primero que notó fue como Pascale les sonrió bajando su mirada hacia las manos entrelazadas que durante el recorrido se habían vuelto a encontrar, lo segundo fue la cálida sensación de familiaridad que la abrazó inmediatamente y la tercera fue que Lorenzo se paraba a recibirlos.

Yᴏᴜ Aʀᴇ Iɴ Lᴏᴠᴇ || Charles Leclerc Donde viven las historias. Descúbrelo ahora