𝐘𝐀𝐈𝐋| "You can hear it in the silence, you can feel it on the way home... 𝒀𝒐𝒖 𝒂𝒓𝒆 𝒊𝒏 𝒍𝒐𝒗𝒆. 𝑻𝒓𝒖𝒆 𝒍𝒐𝒗𝒆".
|| Charles Leclerc se enamora de su mejor amiga, sabiendo que es un gran paso en su camino que siempre estuvo trazado del...
—chapter fifty-one: I like shiny things, but I'd marry you with paper rings—
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20 de noviembre del 2021.
New York, New York.
ENTRÓ AL EDIFICIO QUE SE ALZABA FRENTE A ELLA SINTIENDO aquella sensación de náuseas dentro de su cuerpo que le demostraba lo nerviosa que estaba por estar a nada de volver a las cosas que su padre había dejado inconclusas.
Su psicóloga le había ayudado demasiado en el proceso de duelo y en reunir las fuerzas necesarias para poder afrontarlo, aunque Max le recordara que realmente ella hizo todo eso sola.
En el momento en el que atravesó las puertas de vidrio sintió aquella nostalgia inundarlo al notar como primera cosa un cuadro de su padre colgado en la pared de enfrente con las palabras "En memoria de nuestro fundador".
El nudo en su garganta apareció haciéndola desviar la mirada al chocar con los ojos de su padre, lo que daría para que aquellos ojos la vieran ahora en carne y hueso. Zarandeando la cabeza se despejó de aquellas ideas y con un nerviosismo característico en ella se acomodó el saco del traje negro que llevaba y sin preámbulos caminó hacia el elevador sintiendo varias miradas en el proceso.
Se adentró en este escuchando la melodía suave y rodó sus ojos. ¿Enserio su padre había puesto música en los elevadores de su empresa? Casi quiso darse de topes al escuchar aquello, pero en lugar de eso una pequeña sonrisa se formó en su rostro.
Como le hubiera encantado poder entrar a esta empresa antes y hablar sobre la pésima idea de la música en los elevadores con su progenitor, pero eso ya no podía ser posible.
Las puertas se abrieron y de ellas salió encaminándose hacia la sala de juntas, revisó una última vez su teléfono notando que todos le habían mandado mensaje en el grupo de sus amigos deseándole suerte para esta visita y que cualquier cosa les marcara.
Sonrió guardándolo e inhalando una vez más se guardó todos sus nervios y entró a la habitación en dónde todas las personas llevaron su mirada hacia ella.
― Buenos días ― saludó caminando con su postura derecha hacia la silla de en medio que demostraba que era la nueva cabecilla de la empresa.
― Buenos días ― todos saludaron antes de sentarse nuevamente, ya que se habían levantado para recibirla.
Isa sonrió. ― ¿Podemos continuar?
― Claro, en primera quiero agradecerle por tomarse el tiempo de venir sabiendo lo ocupada de su agenda y el trauma de los acontecimientos, pero espero que encuentre un lugar seguro en esta industria que le abre las puertas a usted, Isabella D'Angelo siendo nuestra nueva directora. ― un joven de lentes, no mayor a treinta años habló. ― Me presento, soy Steven Crowe y manejo las finanzas de la empresa.
