Eddie Munson es un vampiro atrapado en la actualidad, por cosas del destino Florence lo encuentra junto a su tío, y Eddie debe hacerse amigo de la chica para poder sobrevivir en la actualidad. Entre ellos nace la amistad, las risas no faltan, pero s...
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- No puedo creerlo... - Dustin está sentado en una silla que Eddie le ha puesto.
- Créelo. En serio - suspira - Soy yo, Eddie..
Aprovecha que nadie más está en la tienda, los niños se han ido por el valor que es muy alto para lo que tienen realmente..
Dustin, quien ya es todo un adulto, suspira. Eddie nota algunos pelitos blancos que ya dan una pincelada de los cincuenta y tantos que su amigo tiene.
-Eddie... Tu tío...
-Sí, murió. Lo sé - Continúa la frase con sus ojos llorosos.
- Creí que no lo sabías, Eddie... Por favor explícame cómo es que estás acá, porque te juro que no hay forma de que sigas vivo, te vi morir.
Eddie no quiere entrar en detalles, pero resulta que aparte de Florence, Eddie confía planemente en Dustin. Suspira algo nervioso, con deseos de poder contar su más íntimo secreto, mueve su piernas, cierra sus ojos y toca su frente, en ademán de, vale, creo que debo confesarte todo, pero esto me da mucho miedo.
- Bueno, morí, mi cuerpo quedó tirado... Recuerdo el veneno de los murciélagos, recuerdo las heridas...- los recuerdos lo lastiman demasiado - Ustedes se fueron, estaban en peligro, asumieron mi muerte. Pero creo que no estaba muerto, como pude, hallé un lugar para salir, pero no salí en Hawkins, con ustedes, logré salir a otra realidad. A esta. Recuerdo haber estado dormido mucho tiempo, creo que mi cuerpo estaba muerto, no lo sé. Hasta que una noche desperté, una chica y su tío me encontraron y me tienen en su casa.
Dustin queda boquiabierto, maravillado por la historia que le ha contado su amigo, digna una película o una serie. No puede comprender cómo en el mundo se dan estos casos, y él solo halla solución en las diferentes dimensiones y realidades.
- Te juro que no lo puedo creer, es decir.. Eddie, no sabes todo lo que he sufrido por ti. Te sacrificaste por nosotros, no debías haber muerto, sólo te has topado con unos chicos entrometidos que siempre buscábamos la muerte.
- Eso no es todo, porque no soy el mismo Eddie de antes. Es el motivo por el cual no he buscado a nadie y me he quedado en esto, solo.
Dustin lo logra comprender, hace un gesto que lo delata. Eddie siente nervios y pena por tener que confesar cosas de las cuales se arrepiente mucho, pero sabe que gracias a ellas, es que no se ha muerto.
- Yo te veo igual-Dustin se ríe.
- No, mira, atento- Eddie se concentra, no tiene una real noción de los momentos en los cuales los colmillos se hacen presentes, salvo cuando está al borde de darse un festín, entonces cierra sus ojos, y piensa en Florence, en las cosas que comparten cuando están solos. Cuando lo hace, sus colmillos se hacen presente, y se los muestra a su amigo. Dustin abre sus ojos como platos, y atina a tocar su colmillo derecho con la punta de su dedo índice.
