Eddie Munson es un vampiro atrapado en la actualidad, por cosas del destino Florence lo encuentra junto a su tío, y Eddie debe hacerse amigo de la chica para poder sobrevivir en la actualidad. Entre ellos nace la amistad, las risas no faltan, pero s...
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— Si hablan, Eddie entrará en la noche a sus cuartos y les arrancará las vísceras — Florence apunta a los tres niños, quienes están arrinconados en la pared. Eddie lleva su mano a su rostro y mueve su cabeza. Pues la chica no ayuda demasiado a controlar la situación.
Los tres niños están inmóviles, sienten el terror por sus venas y ella sonríe, pues cree que aquello será necesario para poder alejarlos de Eddie.
— Okay, Florence...— Eddie suspira— Chicos, no es así...— quiere hablar con ellos, hacerles entender que no es malo. Tom es el otro niño, él es algo más callado que sus amigos, sus ojos están abiertos, parecen dos canicas, su rostro está petrificado. A veces por las noches, se juntan a leer cómics, y claramente, conocer a un vampiro, es mucho mejor que leer cualquiera de esas historietas.
— Viejo ¿Es real? — Marty parece salir de ese estado de Shock.Ahora su rostro es otro, se aleja de sus amigos, los otros niños están temblorosos. Eddie mira a la chica, ella no sabe cómo poder manejar aquello.
—Chicos, por favor...no soy malo.
— Sólo queremos saber si es que eres el vampiro, ese que todos comentan— Cliff alza la voz, aunque está orinado. Florence resopla, cree que están metidos hasta el culo en un problema que se han buscado gratuitamente.
— Chicos, por favor...Eddie, Eddie tiene una enfermedad— la chica miente para salir del paso— Tiene una enfermedad a los dientes que se llama— lo duda unos segundos— Se llama ''Colmillosis''— Eddie se ve tentado a la risa, no puede creer lo que la chica es capaz de inventar con tal de poder salvarlo— Se acumula más esmalte en el borde del diente, y ya ves, se forman estos colmillos— la chica habla como si fuera lo más lógico y normal del mundo—Pueden ir donde cualquier dentista y ya , les dirá la respuesta, lo mismo que les acabo de decir yo— la chica se cruza de brazos, cree que los niños son unos ingenuos.
— Eso es mentira— larga Tom, debatiendo sus palabras— Mi padre es dentista, eso no existe.
— ¿Y qué sabes tú? Niño— la chica responde de mala gana.
— Florence...— Eddie la mira de reojo, quiere llevar la fiesta en paz.
— ¿Y qué hice ahora, Eddie?— Florence se defiende como si fuera una niña pequeña.
— Mientes, eso no existe— Tom aclara su garganta— Un día, Lizeth, la asistente de papá, no pudo ir a trabajar. Y me llevó a mí.— el niño habla con orgullo, Florence pone sus ojos en blanco.
— Sí, claro...sabelotodo— se burla la chica. Eddie vuelve a mirarla de reojo. Le causa gracia cómo es que se rebaja a pelear con niños más pequeños.
— Escúchame, cerebro de burro— Tom la apunta y ella abre la boca, completamente ofendida— Sólo admitan que Eddie es el vampiro del que todos hablan. Es imposible esa enfermedad que dices— Florence y Eddie se miran mutuamente. El chico alza la voz.
