Eddie Munson es un vampiro atrapado en la actualidad, por cosas del destino Florence lo encuentra junto a su tío, y Eddie debe hacerse amigo de la chica para poder sobrevivir en la actualidad. Entre ellos nace la amistad, las risas no faltan, pero s...
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Eddie se sienta en la orilla de la cama de Florence, busca su ropa interior que se ha quedado por el suelo de la habitación de la chica. Ella lo queda mirando mientras se mueve entre las sábanas, ve su silueta algo triste. Algo dentro de Eddie, le dictaba que no era buena idea pasarse con Florence a su casa. Algo le dictaba que debía seguir las cosas tal como estaban.
Ella lo abraza por detrás, sigue desnuda, besa su cuello y muerde su oreja.
— Extrañaba esto, extrañaba estar así contigo— lo dice de una manera dulce, Eddie cierra sus ojos.
— Creo que debería volver donde Dustin— se voltea, la observa bajo el umbral de la noche. Ella no puede evitar hacer notar aquella expresión que claramente refleja su decepción, esperaba otra cosa, esperaba que Eddie le dijera que quiere pasar la noche junto a ella.
— Claro, como digas— ella deja de abrazarlo y busca entre las sábanas las bragas que ha perdido.
Y Eddie sigue con la sensación, de que, eso jamás debió haber vuelto a pasar. Sigue con la sensación de que, quizá, ser tan débil frente a ella, no ha sido el camino correcto aquella noche, y Florence lo sabe , y ella cree estar en ese punto de desesperación, en que se conforma con lo más mínimo, a sabiendas de que Eddie Munson jamás podrá estar con ella.
Una vez Eddie se viste, bajan al primer piso, y se suben a la camioneta con destino a la casa de Dustin y Suzie. Ella se estaciona frente a la casa, y se quedan unos minutos en silencio, saben que lo que han hecho es sólo una prueba más de que son adultos irresponsables que sólo sienten pero poco piensan, aunque el amor, a veces va por ese camino. Florence sólo por Eddie pone Playlists con música que a él le gusta, aunque ya a estas alturas, incluso se sabe algunas canciones.
— ¿Entonces cuándo volveré a verte? — ella rompe el silencio— Sé que no estuvo bien lo de hoy.
Eddie se queda en silencio, cada día que pasa, es un día menos.
— No lo sé, un día podríamos vernos y hacer cosas, de ya sabes, no terminar en una cama, como siempre — él se ríe algo inocentón y ella asiente. Si fuera por ella, viviría con Eddie bajo las sábanas y no tiene ninguna clase de problema en decirlo.
— Claro, lo que digas...
— Estás triste — Eddie la mira a los ojos.
— Me da pena y miedo dejarte, estoy siendo muy sincera contigo— Florence juega con sus dedos, ve los faroles de las calles y no puede evitar suspirar y querer comerse las lágrimas que están por salir— No sé, me da miedo de que no estés bien solo ¿Qué pasará cuando tengas hambre?
— No ha pasado, de momento— Eddie quiere dejarla tranquila.
— Sólo quiero que tengas cuidado. Sé que tu partida es inminente, lo acepto con todo el dolor del mundo— pega su frente al volante, Eddie acaricia su espalda— Pero si te llegara a pasar algo, acá, en esta realidad, creo que eso sí que no podría soportarlo.
