Eddie Munson es un vampiro atrapado en la actualidad, por cosas del destino Florence lo encuentra junto a su tío, y Eddie debe hacerse amigo de la chica para poder sobrevivir en la actualidad. Entre ellos nace la amistad, las risas no faltan, pero s...
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Eddie acaricia su espalda por debajo de la playera que ocupa para dormir. Tiene su cuello al descubierto, y sonríe, se siente mejor por aquello nuevo que ha descubierto, puede reparar el daño que le provoca. Entonces sus manos van a su vientre que está caliente por la temperatura de sus cuerpos juntos y enredados. La abraza, en medio de la noche, da un beso en su cuello cicatrizado.
Entonces Florence se ríe, y saca a Eddie de ese papel algo meloso. La chica se voltea para quedar frente a él.
- ¿ Así que eres de esos que da caricias en medio de la noche? Sobre todo después de un buen sexo- Pregunta y Eddie muerde su propio labio inferior.
- ¿ Entonces no puedo hacerlo? - pregunta con aires de inocencia, inocencia que es inexistente para ambos.
- No te dije que me molestara, me gusta, me gusta mucho.
- ¿Qué cosa? - pregunta el chico.
- Lo que pasa después de hacerlo. Es decir, mucho son de irse a la primera. A veces uno es demasiado tonta, das lo mejor de ti, intentas verte linda para un momento especial, y ya sabes, sólo recibes lo que sabes que vas a recibir y después se esfuman. Y la verdad es que hay unos algo tediosos, ya sabes, que se vayan, no los quiero - se ríe - Pero hay otros, con los cuales amo quedarme en la cama - la chica termina esto con sus ojos brillantes y observando a Eddie en todo momento. Él acaricia su rostro con suavidad.
- ¿Te gusta que me quede contigo? - Pregunta y ella asiente. Las manos del chico van a sus caderas, y ella lo abraza desde el cuello, sus piernas se entrelazan, y siente su calor.
Entonces se dan "ese" beso, ese beso importante, ese beso con cuestionamientos. Ese beso que puede traducirse en: Odio que seas un vampiro, quiero que te quedes por siempre a mi lado.
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Eddie está en el trabajo, como siempre, no hay demasiados clientes, entonces llegan los tres niños. Tom, Cliff y Marty. Sus nuevos amigos.
- Pasen, pasen - Eddie los conduce hasta el sótano de la librería. El mismo señor Donaldson, le dijo que podía meter lo que quisiera porque no la ocupan realmente. Entonces Eddie aprovechó un gran mesón, para armar el juego así como el solía hacerlo. Puso luces de navidad, que encontró ahí mismo, por doquier, puso el logo del Hellfire Club en la pared, la mesa con el tablero, con castillos, y figuras. Es su lugar, el de siempre, el de toda su antigua vida que tuvo que dejar atrás.
Entonces los niños entran uno por uno, el ambiente es tétrico, pero es especial para poder jugar a eso que aman, todos tienen el mismo sentimiento.
- Esto está genial... - Cliff habla con admiracion. Eddie sonríe, ve futuro en la humanidad. Lleva una playera de Iron Maiden, entonces cree que además escuchan buena música.
Tom se acerca más a la mesa, sus ojos brillan de emoción. Toca el tablero, los dados, las figuras. Si esos niños supieran que han hecho un trato con un vampiro, saldrían corriendo, aunque sin saber que Eddie es un vampiro sensible. Tan así que cuando Tom se ha quitado el hoodie, deja al descubierto su playera de Corroded Coffin.
