Eddie Munson es un vampiro atrapado en la actualidad, por cosas del destino Florence lo encuentra junto a su tío, y Eddie debe hacerse amigo de la chica para poder sobrevivir en la actualidad. Entre ellos nace la amistad, las risas no faltan, pero s...
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Si hay algo que Eddie amó de Florence desde un comienzo, fue su valentía para enfrentar las cosas. Él es sólo un chico asustado que encontró amor en una chica normal, y aquello le da calma para poder llevar la situación, pese a que las cosas siempre se van complicando. Una vez que Hopper se ha ido, Eddie corre donde Florence y se aferra a ella. La chica se queda inmóvil, sabe que sólo le queda darle tranquilidad, las cosas se han vuelto bastante negras.
—Tengo miedo—Eddie habla—Creo que no me queda demasiado.
—Tonto, no digas eso— la chica acaricia su cabello ondulado y sedoso—Recuerda lo que dijo Hopper, sólo son unos lunáticos.
—Me vieron, lo sabes. Los rumores cada vez se van alimentando. El pueblo no ha cambiado demasiado en estas décadas.
—No seas pesimista—ella susurra en su oído, deja un beso en su mejilla, toma su rostro y lo mira a los ojos— Estoy contigo, nada malo va a pasarte y si ellos quieren hacerte daño, se las verán conmigo, soy experta pateando traseros.
—¿y el bebé? —Eddie pregunta—No sé cómo lo haces para ser tan valiente.
—No quiero perderte, sé lo que se siente perder a quien amas con toda tu vida—la chica lo dice desde el corazón. Eddie suspira, están en el sofá—Sólo debemos resistir, yo creo que podemos con esto, lo vamos a superar. Creo que las cosas van a mejorar en el futuro. Perdón por tener que aferrarte donde no perteneces, pero creo que puedo darte motivos para que te quedes.
—Tengo los motivos— Eddie acaricia el vientre de Florence. Ella cierra sus ojos, su tacto es suave, jamás pensó que la soledad le ha hecho creer que un bebé es una buena idea, probablemente, sea eso, sumado a que es un hijo con Eddie.
—No debes preocuparte por ellos, jamás van a sospechar de ti. Sólo debes cuidarte mucho, si algo malo te pasa, me muero— la chica toma el rostro de Eddie con sus manos y le da un beso en la nariz. Él cierra los ojos, se siente mal por todo lo que ha pasado, no quiere arrastrarla en malos entendidos, no quiere que ella pague por sus propios problemas.
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Un nuevo miércoles ha llegado, Florence está en casa, desayuna con su tío, están solos, él está por irse al trabajo, y ella debe ir al pueblo a hacer unas compras, de paso, se verá con Eddie. Las cosas han estado relativamente tranquilas para él, durante los días que han pasado, la chica robó un poco más de sangre del banco del hospital, donde trabaja su tío, ha sido una bolsa inofensiva, sabe que es poco probable que alguien la eche de menos.
Bebe algo de té, los hotcakes le han causado algo de asco, a veces se olvida que está embarazada. Su tío la queda mirando por unos segundos, le llama la atención cómo es que no come, pero también sabe que su sobrina no es la primera a la hora de la comida.
— No estás buena para comer ¿te sientes bien? —Jeremy le queda mirando de reojo.
—Sí, me siento bien. Bueno, algo delicada del estómago, creo que algo no me caído muy bien una manzana que me he comido antes—la chica finge un malestar. Jeremy la mira de reojo, pues es algo sospechoso, pero tampoco lo sobrepiensa.
