I am in Kuroinu? (Longchinchin)

68

Aki Nijou repentinamente se empezó a despertar mientras pensaba en su mente acerca de lo que le había pasado.

Recordó que había terminado de hablar con su amiga, y se dirigía a organizar la enfermería para la abertura de la escuela, y también otros temas de diferentes preparaciones, puesto que la escuela en unos meses admitiría a los chicos por primera vez.

Abrió lentamente sus ojos y lo primero que se dió cuenta fue de que no estaba en la enfermería, o en el apartamento que alquilaba en la ciudad.

'¿Qué es, este lugar?'

Miró hacia todas direcciones, pero sólo encontró un acogedor y clásico cuarto de huéspedes, con diferentes cosas en él.

También notó que estaba vestida con una ropa diferente, y se asustó un poco pensando que alguien la hubiera capturado.

Justo cuando se sentó en la cama, y se iba a levantar.

*Sonido de puerta abriéndose*

"~Hmm~ Hmm~ Hm-... Ohh... ara..."

Vió como una mujer, con un sorprendente cuerpo y ojos dorados, incluso con lo que ella pensaba que eran oídos élficos, como los de algunos mangas que solía leer... abrió la puerta mientras tarareaba y entraba a la habitación, sólo que esta mujer se dió cuenta de que ella se había levantado, y se llevó una mano a la boca para exclamar sorprendida.

"U-uhmm... ¿quién es usted?"

Aki preguntó mientras miraba a ésta mujer delante de ella.

*Gohon* "Buenos días, mucho gusto en conocerla, me llamo Olga Smith, y ¿cuál es su nombre?"

Ella, Olga, se presentó mientras de alguna extraña manera, enfatizaba mucho su apellido, incluso reía un poco al decirlo. Ella estaba muy orgullosa y feliz ya que era la primera vez que se había presentado con ese apellido.

"Buenos días, mi nombre es Aki Nijou, Smith-sama-..."

Aki estaba hablando pero de repente Olga la interrumpió.

"No no, por favor no seas tan formal conmigo, llámame Olga." Olga sonrió al decir esto.

"O-Oh, está bien, O-Olga-san, como decía, me llamo Aki Nijou, y actualmente... no se donde estoy..."

Aki se presentó mientras se tocaba su gran pecho, y luego miró hacia todos lados con una expresión complicada en su cara.

Ya que realmente no sabía si había sido secuestrada en algún lugar.

"Bueno, estoy aquí explícitamente para explicarte eso, pero una cosa es segura, Aki-chan, no debes temer por estar aquí de ninguna forma, no has sido secuestrada o raptada y cómo llegaste aquí es un poco... complicado, pero te lo explicaré más adelante, ¿está bien?"

Olga terminó de decir y sólo por su comportamiento, Aki podía entender que efectivamente, este no era un lugar de reunión de personas malvadas o algo así.

Sólo por esto, Aki empezó a tener más y más dudas acerca de toda la situación ya que aparte de que ella era una mujer, en sí misma era muy curiosa.

Olga sólo sonrió y respondió todas las dudas que tuviera Aki.

"Y Olga-san, ¿tus oídos son reales? ¿No es alguna clase de traje o algo más?"

Olga sonrió y dijo:

"¿Los quieres tocar?"

Aki asintió y Olga acercó su cara a la de ella.

"Vaya, son completamente reales... es casi como si..."

"... ¿Fuera una Elfa? ..." *Hmmnhm~*

"¡Uhnn L-lo si-siento, Olga-san!"

Aki estaba tratando de hablar, pero Olga terminó su idea, y en ese momento, Olga gimió un poco para que en seguida, Aki se sonrojara bastante y se apartara.

"No hay problema, Aki-chan, es sólo que mis oídos son sensibles, hasta ahora sólo es Anata es que los toca, y por cierto, soy una Elfa Oscura, más específicamente, una Reina."

"¿Anata?"

Aki entendió todo lo que Olga le había explicado, aunque se había sorprendido mucho, pero no era nada tan extraño, y aún así, lo que más había logrado llamar su atención era... lo que Olga había dicho, que casi parecía como si estuviera casada...

Aki no sabía porqué, pero un poco de celos se encendieron dentro de ella.

...

Y si bien Aki no sabía porqué, por supuesto que era por tener su edad, y todavía no tener Marido, no tener novio, y ni siquiera haber tenido intereses románticos del sexo opuesto.

Y como las mujeres en general eran muy... diversas, entonces no era muy raro que Aki sintiera algo de celos al conocer esto, aunque claro, ni siquiera se había confirmado, o ella misma todavía no lo había confirmado, pero en su cerebro sentía que era lo más posible en este caso.

...

"Anata es... la persona por la que probablemente estás aquí, Aki-chan, y... aunque todavía no se ha realizado una ceremonia oficial... en este momento vivimos como una pareja casada... bueno, jejeje, como una familia pequeña recién casada."

"¿?"

Aki no podía entender nada de lo que Olga había dicho, Olga vió esto, y pasivamente le empezó a explicar.

Quién era "Anata", dónde estaban, quiénes eran los demás, y cómo ella había llegado aquí.

Claro, Aki se sintió un poco extraña cuando Olga decía muchas cosas de este "Anata", cómo la cantidad de veces que va al baño, o cómo con que mano se lava, o que siempre toma el tenedor con su mano izquierda, o que agarra los palillos de tal manera, o que su pelo rojo escarlata no necesita shampoo, o que la talla de sus Bóxers eran tal... etc.

Y no está demás decir, que mucho después, cuando Olga ya le había hablado todo lo principal de la situación, el lugar, las demás personas, y en este momento estaba hablando de "Anata", con estrellas en los ojos, Aki, una mujer que tenía menos conocimientos acerca del Amor, que una chica de secundaria, no, que una chica de primaria, no, casi como si el Amor fuera esa lotería que Aki nunca fuera a acertar... por supuesto, tuvo muchas y diferentes reacciones.

Su cara, estaba tan roja y sus ojos daban vueltas ligeramente, aunque Olga no parecía haberlo notado, de la vergüenza que le provocaba todo esto.

Los celos en su corazón ardían, por la felicidad que esta mujer delante de ella, exudaba, casi como si fuera una mujer pura de la iglesia, hablando de lo grande que era su Dios, o como una Esposa que amaba tanto a su marido, que incluso las cosas malas que este tenía, sólo eran más razones para el enamoramiento delimitado de ella.

También, en su corazón, había una pequeña, pero muy rápidamente creciente expectación de que ella también pudiera encontrar el Amor en este lugar, ya que en donde siempre había estado toda su vida, no lo había hecho.

Y después, Aki, se llevó la mano a su pecho, mientras el sentimiento tan extrañamente delicioso con el que se había levantado esta mañana, volvía a ocurrir, sólo que esta vez, un poco más fuerte.

...

En fin, para cuando Olga notó que sin querer había empezado a divagar sólo el 0.2% de las magnitudes de lo grande que era su "Anata", miró en dirección a Aki y lo que vió fue a una mujer tan roja, que casi parecía un tomate maduro.

"Bueno, creo que me pasé un poco..."

Olga dijo algo indefensa.

"No... sólo, necesito unos minutos... para estar bien..."

Aki decía muy débil, como si tuviera fiebre, o un resfriado.

Incluso, Olga vió esto con ojos preocupados, pero lo que Olga no sabía es que el pequeño y sensible corazón de doncella de Aki, había sido atacado en numerosas ocasiones hace unos momentos, que ni siquiera podía pensar muy bien.

Entonces Olga, todavía con una mirada preocupada en su rostro, esperó tranquilamente unos minutos.

"Ya, ya estoy bien."

Aki dijo con una mano sobre su pecho, con su cara algo roja todavía, pero mucho más calmada.

"Haaa."

Olga suspiró de alivio, aunque también... suspiró además porque se dió cuenta de que Aki iba a ser la persona ideal para molestar en el futuro, y siendo Olga como ella es, naturalmente lo terminaría haciendo de una forma u otra, es casi como si Aki fuera nacida para ser molestada y avergonzada por todas las amigas que conocía.

'Lo siento, Aki-chan, desde ahora... jejeje.'

Pensando esto, Olga simplemente dijo con una sonrisa:

"Bueno, Aki-chan, voy a llamar a Anata, para que hable contigo, y te ponga al tanto de la situación."

"..."

Aki no habló, pero después de unos momentos, asintió.

Olga entonces, se despidió levemente de Aki, y salió por la puerta.

Aki instantáneamente tomó una gran bocanada de aire, y la expulsó.

Se tranquilizó y esperó, sentada en el borde de la cama, y con sus manos sobre sus muslos regordetes y blancos.

Y aunque no se daba cuenta, su corta falda, dejó una gran hendidura por la cual se le podían ver casi completamente las bragas.

Y después de unos segundos...

La puerta se abrió.