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No había necesidad de hablar, no había necesidad de coordinar nada.

No demoró mucho.

Ya estaba de pie en la salida de la Capital de la Humanidad, justo a varios metros del gran letrero de allí.

"¡Manténganse en posición, que nadie haga nada hasta que no lo ordene!"

Claudia le gritaba a su ejército, que estaba replegado por todo el muro, logrando cubrir una gran distancia de 300 metros a cada lado, y daba diferentes órdenes principalmente manteniendo la calma. El grupo del ejército, o la parte central, se encontraba detrás de Alexander, y detrás de ellos se encontraban todos demás.

"""Héroe-sama..."""

Específicamente en el pequeño muro, personas y personas se aglomeraban como pudieran allí, en la entrada principal de la Séptima Fortaleza, como espectadores, las pequeñas torres a cada tanto de distancia en el muro, también estaban abarrotadas de gente, y lo mismo pasaba en los lugares altos de dónde se pudiera ver más allá del muro hacia el exterior.

En este momento, cerca del 30% de la población de la gran Ciudad-Estado, aquellos que principalmente eran los pocos hombres presentes y las mujeres que tenían las condiciones para luchar, veían perfectamente todo el terreno y el paisaje delante de sí, con temor.

"Anata."

Alexander miró hacia atrás, junto a la entrada de la Capital.

Olga, Chloe, Alicia, Prim, Chaia, Kaguya, Maia, Eleonora, Aki, Luu Luu, Claudia, y Celestine...

Todas las chicas con las que Alexander era íntimo estaban allí, cada una lo miraba con expresiones complicadas a su forma.

Claudia estaba un poco al frente, siendo la punta del largo triángulo de Mujeres Caballeros que defendían por su posición, a las chicas, pero al igual que no sólo ellas, sino que también la gran cantidad de personas que veían hacia adelante, Claudia tenía una expresión complicada.

Alexander sonrió debajo de su máscara mientras las miraba, cada una de ellas, mirando de vuelta a Alexander, sabía muy bien que él estaba riendo, sabían que su hombre estaba riendo...

Y sabían también que no era una sonrisa para originalmente tranquilizarlas, no, era una sonrisa que exhalaba mucha tranquilidad naturalmente....

"Haaa."

Olga miró a Alexander y entonces suspiró relajada.

Por la expresión de Alexander, podía ver que todo estaba bien.

Todo estaba bajo control.

Ella recordando lo que vio en la Primera Fortaleza, de primera mano, también se tranquilizó más.

"Anata, él estará bien, él es demasiado fuerte, tanto que un simple ejército de hombres y demonios no podrá ni siquiera hacerlo sudar."

Olga todavía sin perder de vista a Alexander, les dijo a las demás.

"Es verdad, todavía recuerdo que Danna-sama trató con el ejército de Kuroinu de la Primera Fortaleza, en sólo segundos, su fuerza es muchas veces la necesaria para triunfar aquí de manera rápida."

Chloe, que rara vez hablaba tanto, también asintió a lo que dijo su Reina, y miró con emociones indescriptibles la figura trasera de Alexander.

Su espalda ancha, invadida por su cabello suelto escarlata, irradiaba una sensación sin precedentes de seguridad y confianza.

Las chicas, especialmente Prim y Luu Luu, relajaron su rostro grandemente y entonces pusieron caras determinadas.

Las demás no eran diferentes.

Estaban más tranquilas que antes.

Olga, viendo a su pequeña familia así, pensó que a veces, era necesario algún tipo de apoyo específico de cada situación, por más simple, o difícil que parezca en ese caso.

Ella sonrió para sí, pensando en la majestuosidad que hoy vería de su Esposo.

...

Luu Luu incluso por un momento pensó en combatir de mano a mano con Alexander, en la primera línea de combate, pero...

Miró hacia su ahora familia, y se decidió a quedarse allí, le dejaría lo principal a su Oniisama, y ella defendería todo lo que pudiera a las personas que más valoraba en su corazón en este momento.

Incluso Celestine, que estaba muy preocupada anteriormente, soltó un suspiro al ver lo que dijo su Hermana Mayor.

Kaguya, con una expresión ahora segura, tenía las mangas de su Kimono sostenidas por sus dedos, mientras estaba lista para hacer varios encantamientos, en caso de que fueran necesarios...

Maia estaba en paz mientras miraba a Alexander, sus ojos no dejaron su figura por un segundo, ella quería ver con sus propios ojos, como era Alexander cuando demostraba su poder en el campo de batalla, pues no había tenido la dicha de presenciar ese momento.

Chaia y Eleonora estaban lado a lado, ellas se habían preparado después de lo que dijo Olga, mientras la confianza que tenían su Amo ni siquiera vacilaba antes de eso, ellas eran las únicas que estaban perfectamente tranquilas allí, casi como si dieran por hecho la fuerza de Alexander, incluso, viendo el porte heroico de su Amo, con una mirada entre ellas, ambas se dieron cuenta de que estaban un poco húmedas.

Aki también estaba sintiendo su energía circular por todo su cuerpo, lista para activarla en cualquier momento y a diferencia de las demás, ella era la más preocupada visiblemente en su rostro acerca de su hombre, la persona que amaba, y el que sería más adelante, su Esposo.

Todas tenían sus propios pensamientos, pero en general, aunque estaban bastante seguras de que Alexander saldría fácilmente de cualquier situación, la tensión de ese momento, de la imagen que veían delante, y del augurio presente, todavía era un poco incómoda en sus mentes...

Alexander sintió todo esto, mirando hacia adelante, pero no dijo nada, ellas simplemente verían lo que él podía hacer, por sí mismas.

Una sonrisa se extendió por el rostro de Alexander, pensando en que podría lucirse antes sus Lindas Esposas...

Pero gradualmente la sonrisa dejó su cara...

Hasta que llegó un punto en el que no se sabía qué era más frío, si sus profundos ojos azules, o su rostro en general...

...

El cielo estaba estaba nublado.

*Truenos*

Ligeros y lejanos sonidos de relámpagos podían sentirse en todo el lugar.

Aunque se veían un poco opacados por los gruñidos y rugidos como de bestias salvajes de los Ogros, Orcos y demonios.

De alguna forma, este clima era un factor considerable a tener en cuenta en el nerviosismo de los que observaban, sumado a los aterradores y espantosos gritos de los monstruos.

Pero todos, pasados unos segundos de silencio, todos y cada una de las personas allí, los que podían, miraban delante de ellos, miraban como los hombres, los demonios numerosos, o demás bestias empezaban a salir del lejano bosque, en una magnitud tan grande que parecía abarcar casi 2 kilómetros de distancia desde un extremo hasta el otro.

Para las personas de esta Fortaleza, aunque había escuchado e incluso muchos hubieran visto la figura de demonios, Ogros, Orcos, Elfos Oscuros, mercenarios y hasta criaturas muy extrañas como por ejemplo, aquellos lobos de forma humana que tenían mucho pelaje por su cuerpo...

La vista de tantos así reunidos, era definitivamente algo que haría temblar inclusive al más hombre de los hombres.

Se podía notar todo esto por lo no tan lejos que se encontraban de estas bestias.

Entre 300 a 250 metros de distancia.

Alexander no miraba esto, a Alexander no le importaba esto.

Estaba allí parado normalmente.

Su Sharingan giraba en su ojo izquierdo mientras miraba al líder de Kuroinu, Vault, que sobresalía del gran grupo encima de un caballo, como si estuviera sólo a pocos metros de él...

......

I am in Kuroinu? (Longchinchin)Where stories live. Discover now