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"Ah... es verdad, jeje~"

Celestine sonrió y se acomodó más adentro de Alexander, como una gatita que ronronea al pegarse a su Amo.

"La verdad, Alex-sama, es que... de hecho, Olga-oneesama es, mi hermana mayor."

Alexander, aunque sorprendido, solo escuchó en silencio, empezó a acariciar la cabeza de Celestine al notar que su humor bajó un poco.

"Hace..." Ella hizo una pausa, no queriendo que la gran cantidad de años que tenía en su cuerpo, se mostraran a Alexander, "Hace mucho tiempo, antes de reencarnar en un cuerpo material... me dí cuenta de que yo no había sido la única, la única que estaba despierta pero a la vez dormida, sino que también había alguien más, que estaba conmigo."

Alexander no entendía muy bien lo que decía Celestine, pero dejó que ella hablara entre sus caricias.

"Ser una Diosa, es algo muy extraño... porque no siento las cosas de la manera que la siento ahora, no podía tocar nada, ni tampoco respirar o comer, no podía ni siquiera sentir."

"Y me dí cuenta de que cuando pensaba que estaba sola, en realidad no era así, había alguien más de la misma forma que yo, a mi lado."

Celestine habló con su voz digna, mientras más se apretaba a Alexander, a lo que él naturalmente respondió abrazándola protectoramente.

"En ese momento no sabía lo que era un nombre, por lo que no sabía cómo referirme a esa persona que había compartido conmigo a mi lado, por mucho tiempo, pero un día..."

Una pequeña lágrima brillo en los ojos de Celestine.

"... Un día no podía ser consciente de la otra persona que estaba allí conmigo, se había ido."

"Más tarde noté que también fui sacada de ese lugar, ese solitario lugar, donde estaba por quién sabe cuánto tiempo, para renacer en un cuerpo material."

Celestine rió un poco, recordando sus primeros tiempos de vida.

Alexander estaba asombrado, ya que una persona le estaba contando directamente su experiencia de Diosa, bastante confusa y abstracta, al parecer, que no le quitaba nada de sorprendente.

"Después de que pasó el tiempo, había notado que renací como una Alto-Elfo de la Luz, de la Naturaleza, en un muy pequeño clan."

"También aprendí que en la otra parte del territorio, había otro clan donde existían nuestras contrapartes, los Elfos Oscuros, que milagrosamente, también había dado en nacimiento a una como yo, una Elfa Oscura con un gran potencial de Magia, la energía que existe en este Mundo..."

Celestine siguió hablando con Alexander como si fuera una narrativa de la historia, que de echo era así.

Alexander escuchó tranquilamente mientras sus manos no paraban de acariciar a Celestine.

Ella le dijo toda la vida que había tenido hasta que los pocos Elfos también murieron, sus padres habían sido los primeros en morir y como si de una maldición se tratara, los demás los siguieron.

Dice Celestine que según ella era por la maldad, de el Mundo en sí que crecía.

Esa era la razón, ya que los Elfos de la luz atraen toda esa magnitud de maldad hacia sus cuerpos, y por eso es que actuaba como un agente patógeno que poco a poco, los mataba.

Conociendo algo así, por azares del destino, un día, de alguna manera, Celestine había sido ocultada por Olga Discordia, que para ese momento ya era gobernadora de los Elfos Oscuros.

Ellas compartieron su experiencia de tanto antes, y después de ser reencarnadas, e inevitablemente se formó un lazo familiar entre ellas, puesto que Olga era mayor, Celestine pasó a ser la hermana pequeña.

Alexander asintía al escuchar todo esto, ya que después de aquí casi todo era similar a lo que Olga mismo le había contado de su pasado, excepto la parte donde no decía nada de Celestine.

'¿Habrá querido que me lo contara ella misma?'

Alexander conocía muy bien, demasiado bien a Olga y se rió por sus ligeramente infantiles pensamientos.

"Pero, hubo un día..."

De repente, el tono de Celestine se agrió un poco, Alexander siguió acariciando su cabeza directamente sin ninguna Habilidad activada.

......

Celestine contó que un día ocurrió un ataque, todo tipo de bestias mágicas y demonios invadieron la única capital existente de los Elfos Oscuros, donde en lo más profundo del Castillo, ella se encontraba protegida.

Entonces, los Elfos Oscuros fueron diezmados.

Olga llevó la batalla al norte de su posición actual, con todo su ejército y su gente, pero antes...

Le dejó una carta de Celestine.

Le explicó que había un asentamiento de humanos en la otra parte de la Región, al Norte, pero que eran demasiado anticuados donde todavía ni siquiera tenían exactamente una colonia establecida... que ese era un lugar dónde ella podría sobrevivir, ahora que posiblemente el asentamiento de los Elfos Oscuros estuviera completamente destruido en no tanto tiempo.

Celestine con profundos temores y desesperación, e incluso aunque no lo quería, hizo todo lo que su adorada Hermana Mayor le había dicho.

En aquél lugar de los humanos, Celestine al poder usar Magia libremente, fue tomada como una Diosa.

Todos y cada uno de esos seres llamados humanos, la tomaron como una Diosa por cada cosa mágica que hacía Celestine.

Ella entonces resignadamente aceptó esa posición, y desde allí, el tiempo pasó.

No fue sólo lo astuto y el potencial de los humanos lo que sorprendió tanto a Celestine como a Olga, al igual que los a los monstruos más poderosos, sino que su extremadamente rápido crecimiento, tanto en números como en inteligencia, lo que lo hizo.

Celestine varias veces trató de enviar grupos para asegurar la seguridad de Olga, de su Hermana mayor, la cual por sus confidentes y sus mejores espías sabía perfectamente lo que pasaba, pero...

Inesperado para ambas...

No fue menos de dos días, lo que se necesitó para que empezara una feroz guerra entre las razas...

Ni siquiera ellas sabían las razones específicamente, era casi... era casi como si las razas fueran enteramente repelentes entre sí, cada uno se odiaba a fondo al otro.

Tanto para Humanos, como para Elfos Oscuros.

Aunque intentaron parar toda la chispa que se había encendido...

Por más que lo intentaron, de ninguna forma ese odio paraba.

Llegó un punto, en el que en lugar de detener la guerra, Celestine y Olga, empezaron a disminuir lo más que era posible, los choques entre las razas.

El tiempo, cruel a su propia manera, pasó, pasó, pasó y pasó.

Ni siquiera mandarse cartas secretas, o tan siquiera contactar por cualquier otra vía, Celestine Lucross, y Olga Discordia, perdieron el contacto entre ellas.

Aún así, Celestine todavía no podía olvidar a esa figura que la cuidó, a esa figura que era su única familia en este Mundo...

......

"Eso sería... todo hasta ahora, Alex-sama... no, Amo." Celestine levantó la cabeza de el perfecto y rico abrazo en el que estaba, para mirar a Alexander a su cara, "Desde que... desde que escuché que la armada de Kuroinu había atacado a los Elfos Oscuros hasta exterminarlos... sentí que mi corazón se rompía..."

*Sniff*

Ella empezó a sollozar por un tiempo muy corto, pero luego sonrió, sonrió con la que era la sonrisa más bella que alguna vez Alexander había visto.

"Pero, cuando escuché que Hermana mayor no estaba... muerta, sino que viajaba con un Héroe, e incluso que ayudó a ese Héroe a combatir contra Kuroinu en la Primera Fortaleza, ganándose el favor de los ciudadanos de allí incluso a pesar de ser una Elfo Oscuro..." Celestine hizo una pausa, "Sentí que mi alma podría irse al cielo nuevamente de lo aliviada que estaba... gracias, Amo~ Gracias por ayudar a mi Onee-sama, gracias por salvar a todas las Princesas Caballeros, gracias por estar aquí, para aliviar mi soledad, Amo~"

"Celestine..."

Alexander se quedó mudo por los sentimientos que Celestine le transmitía por su forma de hablar, por sus gestos, por su voz, por todo su ser...

Alexander otra vez se quedó mudo...

Luego sonrió y abrazó a Celestine.

"A partir de ahora... siempre, siempre estarás junto a mí, siempre."

"¡~HAI~!"

Celestine apretó todo lo que pudo a Alexander hacia ella, casi como si se quisiera hacer uno con él, mientras su cara estaba derretida en pura felicidad.

I am in Kuroinu? (Longchinchin)Where stories live. Discover now