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Yasaka no podía creer lo que veía.

Yasaka no sabía que sentir con lo que veía.

Desde que siguió a su Hija y a este... extranjero, Yasaka se dió cuenta de lo maduro que era Alexander, pero a la misma vez, lo infantil que era sólo para hacer feliz a Kunou.

Rápidamente se dió cuenta de que la personalidad de este hombre era muy buena, y cada vez entre descansos que lo veía dándole palmaditas en la cabeza a Kunou cuando ella se ponía pensativa y cabizbaja, Yasaka sentía que le gustaba mucho su persona en general.

No sólo eso, Alexander tenía este encanto especial que había capturado tanto a su hija, y sin saberlo, a ella.

Era un hombre que parecía ser muy simple, incluso con los dones u apariencia que tenía, lo que lo hacía más brillante.

Jugaba con Kunou todo tipo de juegos, perdía y perdía y perdía, al punto de que Yasaka pensaba que esto debería ser una Habilidad en sí. Ella estaba muy sorprendida.

¡Era realmente increíble que pudiera perder tanto!

No sólo eso, Yasaka notó que por mucha atención que ellos deberían llamar, muy, pero muy poca gente se daba cuenta de ellos, y Yasaka atribuyó algo así a la extraña Habilidad de Alexander de pasar desapercibido.

Lo que confirmó que para nada no era un humano normal.

Otro aspecto interesante, era que este hombre no sabía nada de Japón, absolutamente, nada.

Parecía ser un simple civil americano que de pronto fue tomado con una mano invisible y fue puesto aquí, en Japón.

Tampoco parecía ser residente, o tener algún lugar para quedarse, pero esto no parecía molestarlo.

'Definitivamente no es un Gremory, y tampoco tiene nada que ver con los Demonios...'

Yasaka había llegado esta conclusión.

Siguió su tiempo al acecho, tratando de que el hombre con los sentidos muy agudos no la encontrara, y esto duro bastante tiempo. También lo estaba secretamente disfrutando, ya que sentía como una ninja de esos animados que veía Kunou. Ella se reía al pensar en esto.

Yasaka ni siquiera pensaba alargarlo tanto, pero para su sorpresa, cuando recordaba todo lo que había pasado hoy, Yasaka sólo podía sentir que estaba bien.

Que se sentía bien.

Un poco celosa, cada vez que veía a su querida hija ronronear por las caricias en su cabeza, tanto porque Kunou no hacía eso cuando ella la acariciaba, por como... ella misma quería unas caricias así...

Llenas de afecto, por alguien así.

...

Su vida, había sido prácticamente una repetitiva y aburrida miríada de cosas hasta el momento en que ella decidió tener una hija.

Ella perfectamente prefería sacrificar una de sus colas, para poder tener una hija sólo por el hecho de que a parte de que significaba un cambio, también curaría un poco de su soledad, de su larga soledad.

Si bien estaba segura de su apariencia, o de lo especial que se veía, principalmente por como los hombres la miraban, Yasaka nunca había buscado activamente el Amor, o una pareja, pero desde que se realizó el ritual que dió a luz a su hija a cambio de una de sus colas, aunque no de raíz, Yasaka sintió que podía hacer el intento.

Es decir, nunca está demás buscar el Amor, ¿no?

Todo estaba en calma, las Facciones estaba en un período muy tranquilo, su cola ya había sido completamente restaurada, y últimamente, Yasaka se sentía muy bien con la compañía de su hija.

Por lo que buscar una nueva compañía masculina, y en especial, una que las haga tanto a Kunou como a ella, feliz, no era algo que Yasaka pensaba estaba tan lejos.

De hecho, se dió cuenta de que en este día, esa idea parecía ser más exquisita cada vez más.

...

Entonces, ahora para la tarde, Yasaka ya sabía con seguridad que Alexander era un mago, al parecer, uno muy poderoso, o muy hábil, debido a que ella no podía sentir nada de su Ki, Mana, o de su fuente mágica, y principalmente...

Bueno, ella sabía claramente que el Oso de peluche de la máquina no se había movido solo, una fuerza había actuado sobre el, algo así como una Telequinesis. Yasaka estaba completamente segura de que Alexander por sí mismo no hubiera podido recoger ese Oso de peluche con la herramienta, porque aparte del hecho que lo había intentado más de 20 veces, siempre fallando, ella conocía bien esta parte de Alexander gracias a la observación.

Finalmente, Yasaka ahora miraba a su hija, que se encontraba sujetando fuertemente un osito de peluche, apoyada en el lado derecho de Alexander, claramente risueña por todo el cansancio del día, y esta visión le dió fuerte al corazón de Yasaka.

'Ojalá Kunou pudiera tener un padre así...'

Sus pensamientos anteriores revoloteaban por su mente.

Kunou siempre había sido criada sólo por ella, y nadie más.

Los maestros de Kunou estaban familiarizados con ella, pero después de 6 años ni siquiera podían lograr la favorabilidad que logró este hombre, Alexander según escuchó, en solo unas horas.

Eso era totalmente increíble.

Ni siquiera la anciana a cargo de su cuidado era así.

Pensando hasta aquí, Yasaka se dió cuenta de un detalle que pasó por alto.

Incluso cuando Kunou llamó "Papá/Otou-san" a Alexander, ella no había reaccionado, pero ahora vino a caer de la palma, notando de que para que Alexander se hiciera el papá de Kunou...

Eso significaba...

La cara de Yasaka se sonrojó, por los pensamientos tan... ecchis de su mente, que involucraban a Alexander... sin ropa, haciendo que dejara escapar nuevamente otra fluctuación mágica, pero...

"Sal."

... sin pasar desapercibida.

..........

I am in Kuroinu? (Longchinchin)Where stories live. Discover now