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Ubicada en el balcón, estaba una Celestine roja, Sylphy-chan, y algunas de otras sirvientas paradas detrás.

"~Uhh, no puedo ver bien..."

Sylphy: "..."

Celestine se puso la mano sobre los ojos, como haciendo el gesto de mirilla, para ver mejor, pero todavía no hacía el efecto deseado.

"¡Sylphy-chan, rápido, tráeme el mirador!"

"... Haaa."

Con un suspiro, Sylphy buscó el mirador, o el telescopio, y se lo entregó a Celestine.

"~Uahnn~"

Ella se abrazó a sí misma con su mano libre, mirando la cara de Alexander.

'Incluso con esa máscara, es tan guapo~ Tambien, aparte de Claudia-chan vino no vino nadie más con él... ¿Hm?'

Celestine se dió cuenta de que Alexander estaba mirando en su dirección, más específicamente, se sentía que Alexander podía verla por completo.

'¡Hauu~! ¡Hauu~! ¡¡Me vió, me vió~!! ¡Me está viendo! ... Eso... e-eso es... ¡¿me está saludando?!'

*Fiu*

Sonó un sonido raro, y Celestine cayó hacia atrás rectamente, con una sonrisa satisfecha de puro gozo en su rostro.

""¡¿Celestine-sama?!""

Sylphy y las sirvientas, al ver algo así, fueron ellas las que se pusieron nerviosas sin saber que hacer, incluso Sylphy-chan, perdió su compostura.

..........

La marcha había terminado, y Alexander fue invitado al Castillo, a la sala principal.

Todas las personas hicieron un gran tumulto en frente del Castillo, y allí, diferencia de la gran cantidad de personas afuera, sólo habían pocos.

Siendo los nobles o los que trabajaban en el Palacio, un ligero público de algunos nobles principales del funcionamiento de toda la Ciudad, y de el país en sí, las sirvientas del Palacio, algunos otros de diferentes rangos, Alexander, Claudia y la persona que era su mano derecha en ésta Fortaleza, Maly... los únicos que estaban presentes en la gran y lujosa sala.

"......"

(¿Estás viendo a ese hombre? ¿Acaso existe alguien que le llegue a los talones en Eos?)

(Uhh~ ¡Que envidia! ¡Claudia-sama parece muy cercana con el Héroe!)

(Si lo invito a la hora del té, ¿crees que me concedería su compañía?)

(Me pregunto si Alexander Smith-sama recibiría mi flor, y me hiciera una adulta si se lo pido...)

(Ahh~ Si eso fuera posible, entonces yo también lo hiciera sin dudar~, ¿además, no estás demasiado anciana como para decir que todavía eres virgen? Ugh.)

Era inevitable que Alexander fuera el tema de atención en todo el lugar, y parecía que iba a ser comido con la vista de todos allí, especialmente, por el simple y desnudo hecho de que el 90% de los allí presentes, eran mujeres.

Y por cierto, no cualquier mujeres, no, estamos hablando de nobles dedicadas, sirvientas de trabajo a tiempo completo, y Mujeres Caballeros, o sea...

Solteras de todo tipo, de todas las edades, de todas las preferencias.

Pero en general, solteras.

'Ahh, que nostalgia.'

Alexander pensaba que esto le recordaba a ese momento en el Tercera Fortaleza dónde el parecía como una presa en medio de leonas salvajes que querían devorarlo, y si bien el sentimiento no era tan intenso, era muy parecido.

La espera, dudosamente para todos, se prolongó por un tiempo de 20 minutos, que pasaron en completo silencio, como sea, algo así no molestaba a nadie, ya que las mujeres sentían que podían mirar por un muy largo tiempo, a Alexander.

Finalmente, cuando Alexander había sudado incontables veces por las miradas y los gestos de las nobles más atrevidas, o las más ancianas...

Una chica de apariencia muy pura, elegante, confiable, de cara hermosa con lentes, y cuerpo delgado, con pechos algo pequeños, apareció desde la habitación lateral del altar en el frente de la Sala, la cual no tenía trono.

La chica iba empezar a hablar, pero cuando sus ojos se toparon con los de Alexander, se sorprendió mucho, y un sonrojo adornó su bella cara, sin durar más de un minuto, donde se repuso así misma.

"Pedimos disculpas a Héroe-sama por la espera, también a Claudia-sama, en estos momentos Celestine-sama ya está en camino hacia aquí, y entonces los recibirá apropiadamente."

La chica se inclinó, y se fue por donde mismo había venido.

Alexander y Claudia se miraron, y entonces esperaron un poco más.

Alexander se fijó en detalles del Palacio, o del interior del Palacio, como lo recordaba en el sueño que había tenido donde estaba acostado en la Sala del Palacio de Hielo, de la Secta Fénix de Hielo.

Pinturas raras se podían ver en el techo, detalles extremadamente cuidadosos en toda la arquitectura de la Sala, tela y colores deslumbrantes, que hacían pensar a Alexander, que estos es un Palacio, o sea, que este lugar era completamente digno de ser el lecho de un Rey.

Aunque ni siquiera tenía Trono, esto no le quitaba para nada lo majestuoso.

Entonces, después de un poco más de tiempo, con Alexander tan aburrido que estaba contando las losas de la Sala...

Celestine Lucross, Larentia, la Diosa de la Naturaleza Reencarnada, entró por el lateral del altar, al igual que la chica de antes.

'Es realmente... realmente...'

Alexander vió las "ropas" que traía Celestine, y no tenía palabras para describirlas.

Prácticamente, sólo se cubría sus partes importantes con tiras de tela blanca, que si uno se fijaba cuidadosamente, tenían incluso una leve transparencia.

Con su caminar, Alexander no sabía qué regla o qué Ley tomaba parte, pero de alguna manera, justo cuando creía que podía ver algo, no lo veía...

También, como la vista de la realidad de Alexander era una parecida a un 3D tan realista que pareciera verdad, la belleza misma de Celestine, era una que Alexander sólo había visto en Olga, hasta ahora.

"Hermosa."

Alexander no pudo evitar de ninguna forma decir, era algo que como hombre, le nació.

Su palabra, que no había sido dicha en un tono tan alto, se escuchó en toda la sala debido al estricto silencio que había allí, y esto, implosionó como alguna especie de mecanismo, que provocó ciertas cosas.

Claudia se puso la mano en la frente.

Las mujeres en general de la sala se sentían un poco sorprendidas, y celosas por esto, aunque como ellas mismas sabían lo magnífica que era su Gobernante, no era demasiado molesto.

Pero Celestine...

*Fiu*

Ella se cayó hacia el suelo, con toda la piel roja de la vergüenza, casi al desmayarse, pero en lugar de sentir el suelo frío, sintió los fuertes y cálidos brazos que la sostenían.

Miró hacia arriba y vió que era Alexander, se quedó mirando su cara de cerca, y Alexander también hizo lo mismo.

"¡!"

Todos los demás en la Sala, estaban en un shock sin igual, por tantas cosas en este momento, pero la imagen que veían parecía tan sagrada, que nadie se dignaba a hablar.

La luz del sol caía de las ventanas, desparramándose sobre Alexander, que cubría a Celestine, el cabello rojo carmesí de Alexander fuía más y más abajo, el cabello dorado y resplandeciente de Celestine también fuía por el suelo.

En una posición que parecía sacada de un libro de cuentos de Hadas...

Se encontraban Celestine Lucross, y Alexander Smith sin dejar de mirarse el uno al otro.

I am in Kuroinu? (Longchinchin)Where stories live. Discover now