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Dicho esto, Alexander se sentía un poco demasiado libre en estos días, y aunque desde que murió en su vida anterior, no había tenido necesidad de trabajar, el hecho de haber sido un héroe para el Mundo derivado de Kuroinu de alguna manera podría verse como un trabajo también.

Por lo que ahora, que realmente no tenía nada que hacer, se sentía algo incómodo.

Si bien todavía podía por optar entrenar en el control más refinado de sus poderes, en su estado máximo, para permitir utilizar la Habilidad de Asora en este Mundo, Alexander tenía claro que no podía forzar algo así en absoluto.

Esto no era una de esas cosas en las que la práctica hacía al maestro, sino que aquí lo que importaba era la paciencia y el cuidado extremo al utilizar tal poder.

Por eso, siempre, en las mañanas después de entrenar su Taichi, Alexander meditaba unos minutos tratando de comprender por qué es que no podía utilizar a Asora aquí y el resto de Habilidades si, y encontrando una forma de resolver tan enredo.

De las veces que había meditado, ya sabía más o menos, cuál era el kid del problema.

Anteriormente, en el Mundo de Kuroinu, Asora funcionaba completamente como un apéndice anexado a Alexander, que no importara dónde el estuviera, todavía podía abrir la puerta hacia allí.

Todo estaba bien hasta aquí.

Pero cuando Alexander llegó a este Mundo, a un mundo donde la energía utilizada era increíblemente más densa, variada y extendida, al parecer, esto entorpeció la capacidad de Alexander de hacer abrir tal puerta.

O sea, Alexander notó que no era un problema de la Habilidad Asora, ya que Alexander la dominaba con una calificación de (EX), sino que el problema radicaba en su propio uso de la energía en este Mundo.

De "su" Energía en este Mundo, mejor dicho.

La Raza que Alexander creó, Overlord, era una que le proporcionaba unos increíbles niveles de poder, y era una que él mismo no comprendía demasiado bien, exceptuando lo básico.

Ya que, aunque Alexander podía encontrar fácilmente sus capacidades, liberarlas era algo completamente diferente.

Para ponerlo de manera simple.

Hace tiempo, cuando Alexander recién llevaba sólo unas horas de haber sido transportado a Asora desde el Mundo Intermedio, se le ocurrió la idea de el viaje por el Multiverso y enseguida "sintió" lo que necesitaba para ello, pero no era algo que podía resolver con un chasquido.

Necesitaba aumentar lentamente su Energía a 10 mil puntos para realizar una hazaña así, y esto era sin que fuera algo bien pensado, o bien planeado.

No.

Esta fue la idea en su más cruda expresión.

Haces una ranura en el espacio Multiversal, te metes allí y llegas allá.

Completo.

Bueno... la verdad, no funcionaba tan fácil.

De hecho, nada fácil.

Incluso en este momento, Alexander podría decir que el reto que tenía presente, de utilizar a Asora en este Mundo, aunque se oía fácil, y era más fácil, necesitaba un requisito que a Alexander le hacía todo un poco más complicado.

Era su propia dificultad al tratar con su poder.

Lo bueno, es que aunque Alexander era alguien muy simple, también era bastante perfeccionista, en sus propias palabras.

Y en este momento ya estaba casi seguro, por su puro presentimiento, que dentro de poco podría utilizar a Asora libremente, no sólo en este Mundo, sino en cualquier otro mundo que estuviera en el futuro, si seguía meditando y aumentando su concentración como en este momento hacía.

.....

Alexander se levantó de la mesa, y entonces después de pensar un poco en su Habilidad de Asora, fue a cambiarse de ropa para salir nuevamente a dar un paseo.

...

"Entonces, ¿se pudo encontrar algo?"

"Lamentablemente no, Yasaka-sama, he registrado bien en todas nuestras capacidades ya sea en objetos o seres con la habilidad de detección y nada, no se ha encontrado ninguna muestra de que hubo algún alto nivel de exposición de energía hace unos días en todo Kyoto."

"Ya veo."

Yasaka asintió, todavía con curiosidad de por qué era que ella misma no había podido sentir tal "estallido de energía" al que aludían los Demonios, o de por qué ningún ser u objeto sobrenatural con la habilidad de detección, en Kyoto, tampoco podían hacerlo.

Si bien tenía a penas una teoría, todavía no estaba tan segura.

Y las dos únicas razones por las que ella estaba completamente convencida de que esto no era alguna medida ofensiva que tomarían los Demonios con respecto a la Facción Youkai, o de que sea una simple mentira, eran, uno, porque también los habían contactado los Ángeles y los Ángeles Caídos por el mismo motivo, aunque menos "alarmados" que los Demonios, y dos, porque esto desestabilizaría la situación cada vez más tranquila entre las Facciones.

Una situación que el 95% de cada ser sobrenatural no querría que se cumpliera.

Si bien los Youkais eran por mucho, la Facción o el grupo más despreciado de todos, por su debilidad tanto personal como a nivel de Facción, aún así conformaban una de las puntas de la imagen, que era importante para la sociedad sobrenatural, y sobre todo, en Japón, su país de origen.

"Por cierto, Yasaka-sama, ya los Demonios se decidieron y seleccionaron a los integrantes de el escuadrón que "investigaría" sobre el estallido de energía aquí en Kyoto."

"Oh, vaya, ¿de quién se trata?"

Yasaka preguntó, no con demasiado interés, mientras miraba y acariciaba la foto que estaba en el centro de su escritorio, donde se veía a Alexander, vestido con una camisa de mangas largas gris con detalles y un pantalón negro que hacía juego con el Yukata de tanto Yasaka, que estaba abrazando fuertemente a Alexander, como el de Kunou, que estaba sentada sobre sus hombros y sosteniendo su cabello carmesí con sus pequeñas manitas, mostrando una sonrisa tan grande y divertida que sus ojos parecían brillar.

Acariciar esta foto se había vuelto algo normal para Yasaka, y ella estaba casi al creer que la acción la fortalecía física y mentalmente porque simplemente se sentía así cada vez.

"Si, según los Demonios, los que vendrán serán..."

I am in Kuroinu? (Longchinchin)Where stories live. Discover now