8 - Secreto

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Sólo miraba la taza de té sobre la mesa, ¿cómo podría comenzar con las miradas de ambos hombres sobre él, tan insistentes? Pensó en aclarar su garganta, pero incluso la tensión en su cuerpo no le permitía mover un sólo músculo.

—Chuya, lo que nos digas es fundamental para llegar a la clave que nos ayudara a destruir a Dostoievsky... Sin ofender —alzando su copa de whisky, Dazai se dirigió finalmente a Mijaíl.

No muy contento con el hecho de que compartieran la misma necesidad, el ruso alzó la ceja aceptando las disculpas del oyabun.

—Primero, no deben decirle a Fyodor que he hablado —comenzó a contar con los dedos—; segundo, me dejaran fuera de cualquier cosa que pretendan hacerle, el matarlo está incluido; y tercero —alzando su mirada, miró al ruso—, aceptarás esto como una negociación para que desistas de la idea de Aoi siendo líder de tu organización.

Mijaíl sonrió de lado ante la petición del pelirrojo; recargó su mentón en la palma de su mano y estuvo pensando en la propuesta por unos segundos que parecieron interminables. Dazai observaba curioso la escena, Chuya fruncía el ceño considerando la respuesta final del ruso: de aceptar, estaba más claro que el agua que no le quedaría otra opción más que hablar, ¿pero que haría si Mijaíl jugaba a ser más listo?

—Chuya, te dije que es un asunto que debo resolver yo. ¿Podrías tomarlo como "algo por el bien de la organización"? —el mafioso se apresuró a decir.

—¿Hah? Ese es tu problema —señaló al alfa con el dedo índice—. Crees que olvido las cosas, crees que no reclamaré nada porque me ves de buenas, pero esto es el colmo de todo lo que puedo soportar. Así que, he dicho —cruzado de brazos, dio un ultimátum—. Si quieren que hable, entonces olvidaran ese estúpido trato que tienen entre ustedes, de lo contrario, pueden irse directo al demonio.

—De acuerdo, canario —azotando las manos contra la mesa, el ruso decidió—. Olvidaré esto que te está preocupando, ¿pero quieres que sea honesto? Te arrepentirás... Entonces, habla antes de que mi paciencia se agote.

—Hay un hombre que está siguiéndole la sombra a Fyodor —suspiró—, nadie sabe su nombre. Todo lo que sé sobre él, es que práctica alguna especie de brujería donde "revive" a los muertos usando su sangre —hizo una mueca—. Andréi fue quien lo llevó a San Petersburgo, digamos que, es quién planeó regresar a Fyodor del más allá.

—Tsk... ¿tienes sangre de otro hombre en tu sistema? —alzó una ceja, disgustado.

—¡¿A qué viene eso?! 

—Eso explica, en teoría, cómo es que Fyodor y tu, canario, están de vuelta en nuestro mundo terrenal. Sin embargo —entrecerró los ojos—, Andréi dijo que no nos convenía matar a Fyodor. ¿Una fuerza extraordinaria? Creo que mi querido hermano me está tomando el pelo, ¿qué dices?

—Mis hombres presenciaron algo en uno de los callejones de la ciudad —miró de reojo a Chuya para presionarlo.

—Es que —aclaró su garganta—... ocurre que no es un alfa común.

—Interesante~ —el mafioso torció la sonrisa—. ¿Qué quieres decir?

—¡P-Para de usar tus feromonas para molestarme, imbécil! —se cubrió la nariz.

Mijaíl miró por el rabillo del ojo a Osamu, quién se estaba entreteniendo molestando al omega. Sólo existía una forma de hacerlo hablar sin el riesgo de que se guardara información importante, y era usando uno de los puntos fuertes de los alfas: las feromonas.

—¡Ja ja! —no pudo evitar burlarse—. Debo admitir que estoy celoso.

—¿Y bien, Chuya-kun?

—¡No es un alfa común, qué más quieres que te diga! —aturdido, apretó su nariz—. N-No es como ustedes, está en la cima de la pirámide, si así quieres que te lo explique... ¿Qué palabra usó ese hombre? —murmuró para sí, sin embargo, los alfas escucharon.

Unbreakable | Soukoku - Omegaverse | BSDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora