17 - El hombre que puede ponerle fin a su sufrimiento

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—Ahí viene —dijo en voz baja, señalando con la mirada la entrada del recinto donde mantenían su discusión.

Fyodor giró un poco sobre sus talones, un nuevo par de pasos resonaron en el lugar.

—Es una alegría total verte de nuevo por aquí, Fedia —ajustando el sombrero blanco, Gogol saludó con su usual alegría.

La sonrisa en el rostro de Dostoievsky no era propiamente de felicidad, le sorprendía esa valentía para darle la cara después de estar tanto tiempo desaparecido; parecían completos desconocidos, un par de rivales que debían enfrentarse para ponerle fin a asuntos pendientes.

—¿Vienes a que también te corte el cuello, traidor? —rio para sus adentros.

—No, te equivocas. Vengo a matarte.

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Corrieron a toda prisa por la Perspectiva Nevski, Akutagawa guiaba a Chuya hacia la Plaza Sennaya, lugar donde esperaba encontrar a Gogol.

A pesar de la baja temperatura del día, el sudor recorría la frente de Chuya, haciéndolo sentir demasiado incómodo; las piernas comenzaron a dolerle, ese sería el primer y el único maratón que correría en toda su vida. A duras penas, podía seguirle el paso a Ryunosuke, quién se supone que debido a condición física debería resistir menos.

No podían darse el lujo de detenerse, la policía rondaba el lugar en busca del sujeto que causó pánico frente al Obelisco de Leningrado; tampoco podían permitirse prestar atención a las personas a su alrededor, que los miraban con consternación por la repentina prisa en una tranquila ciudad como San Petersburgo.

El tiempo de recorrido desde el Hotel de San Petersburgo a la Plaza Sennaya era de aproximadamente una hora a pie, corriendo podrían hacerse la mitad de ese tiempo; y si sus cálculos no le fallaban, tan solo llevaban diez minutos de este trayecto.

Pasaron por las cuatro estatuas de caballo frente al puente del río Fontanka, una referencia que motivo a Ryunosuke a seguir.

Sin embargo, pasando el puente —aproximadamente dos minutos después—, un auto blindado negro se estacionó frente a ellos llamando exitosamente su atención; la ventanilla del asiento trasero derecho bajó, dejando ver el rostro de una mujer que cubría sus ojos con lentes de sol.

—¿Son Ryunosuke Akutagawa y Chuya Nakahara?

Akutagawa se apresuró a hacer barrera con su brazo entre el auto y el omega, —Depende de con quién estemos hablando.

Una pequeña risita se escuchó dentro del vehículo, —Los encontramos —la mujer procedió a quitarse los lentes de sol—; soy Tane, la madre de Osamu. Estoy aquí para ayudarlos a reencontrarse con él.

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Quince minutos antes.

—Vengo a matarte.

Alzando las cejas, Fyodor intentó tomarse en serio las palabras de Nikolai, pero en su lugar, dejó escapar una carcajada que resonó con fuerza en el recinto; Tane alzó un poco el rostro, sintiendo repulsión ante la risa y le rogó a Gogol que cumpliera su parte del trato y le diera fin a la vida del ruso que amenazaba la vida de todos.

—Fedia, creo que has perdido el propósito de tu objetivo; como tu consejero, mi deber era ayudarte. Sin embargo, ya no es más así.

—¿Te han lavado el cerebro, Kolia? —sonrió con cinismo.

—Sólo me dejaría lavar el cerebro por una persona, y ese eres tu —sus mejillas enrojecieron levemente, pero creo que me he dado cuenta que puedo alcanzar mi felicidad si logró liberarme de ti.

Unbreakable | Soukoku - Omegaverse | BSDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora