Otra parte de la historia: los herederos de la mafia

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—Si Dazai-san no logra salir vivo de esta, es mejor que empecemos a planear el futuro de esta organización por nosotros mismos —dijo Akutagawa, de pie frente al asiento vacío de Dazai en la mesa ejecutiva.

El equipo legal de la organización, así como el grupo de asalto Lagarto Negro, se habían reunido en la sala para atender el llamado del Saiko-komon; muchos dirían que la reunión era muy precipitada, tan solo habían pasado 6 horas desde que el oyabun había abordado un avión privado acompañado de un pequeño, pero fuerte ejercito. Sin embargo, la preocupación de Akutagawa estaba justificada: Dostoievsky había intentado matar a Dazai dos veces. Si esta ocasión lo conseguía, quién sabe que futuro le depararía a la mafia.

—¿Qué hay de los clanes aliados? —cuestionó Tachihara, con ambos brazos atrás de su nuca y los pies sobre la mesa.

—Los abogados se encargarán de hacer valer este testamento a nombre de Dazai-san. Si él muere, se le hará saber a ese grupo de viejos que las reglas han cambiado.

—¿No sería mejor levantarnos en armas y matarlos de una vez? —frunció el ceño—. Sabemos que si nuestro líder se mete en problemas y muere, debemos vengarlo. Vamos, no me digan que han pensado en acabar con esto de una vez por todas.

—Chuya-kun está con el clan Dostoievsky, no sabemos bajo que condiciones se encuentre —respondió Hirotsu después de dar una calada a su tabaco—... Fyodor-kun ha odiado a Dazai-kun desde hace mucho tiempo, y Chuya-kun es un omega vulnerable.

—Más vale que se mantengan a raya —amenazó Ryunosuke con su tono de voz habitual—, o les volaré la cabeza antes de que hagan una estupidez que perjudique más a Port Mafia.

Gin miraba a todos los asistentes de la reunió. Sabía que su hermano no sería capaz de cumplir su amenaza, y entendía que estuviera alterado porque Europol seguía manteniendo en custodia a Atsushi. Sólo tenía que ser comprensiva  con él, aunque no podía evitar sentirse identificada con las palabras de Tachihara.

Ryunsouke comenzó a caminar al rededor de la mesa, asintiendo al abogado que tomaría nota sobre las clausulas del testamento. Eran muy simples, Fumiya tendría que tomar el puesto del líder en cuanto cumpliera los dieciocho años; sin embargo, mientras eso pasara, Ryunosuke mismo tendría que mantener en perfil bajo a la organización como un sustituto. La herencia de Dazai, que ascendía a millones en lavado de dinero y demás bienes, debían ser divididos equitativamente entre los hermanos Dazai-Nakahara. En cuánto a Aoi, debería unirse al grupo de asalto de Port Mafia.

Los abogados no se opusieron a los términos, pero tampoco sugirieron más. Consideraban que Akutagawa estaba siendo justo, no empoderar a los herederos de la mafia para la búsqueda de venganza era la decisión correcta para finalizar este conflicto... La realidad es que Akutagawa tenía sus motivos en cuánto hacer que Aoi se uniera al grupo de asalto, y Gin rápidamente comprendió esto.

—¿Qué hay del viejo que trae de rodillas a la organización? —de repente, cuestionó Tachihara.

Akutagawa frunció el ceño, preguntándose a sí mismo sobre a quién se refería.

—Ya sabes... El viejo que trae vuelto loco a Dazai-san.

—Ayatsuji-sensei no tiene que enterarse sobre esta reunión, ni sobre los términos del testamento. Nakajima dijo que Dazai-san tiene en su poder un testamento improvisado de los términos que Chuya-san establece, pero... No creo que él esté en condiciones para decidir el futuro de sus propios hijos y de esta organización.

—Ya, pero —reincorporándose, Tachihara sonrió burlón ante la idea que se había formado en su cabeza—... ¿Y si Chuya-san se revela?

—Seré yo mismo quien lo mate —respondió orgulloso y seguro de su respuesta.

Unbreakable | Soukoku - Omegaverse | BSDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora