Otra parte de la historia: una nueva noticia para el clan

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Todos quiénes se acercaban a él podían sentir un aura asesina rodearle, y claro, el fuerte olor de sus feromonas eran la señal de cuán molesto se sentía. Aunque Ryunosuke Akutagawa no diría que se encontraba molesto, más bien, a la defensiva.

En la mañana, había recibido una noticia de parte de Atsushi; una noticia que seguramente no le cayó muy bien, pero iremos por partes.

Akutagawa nunca despertaba de buen humor, no importaba si lo primero que viera en la mañana fuera a su adorado y tierno esposo, o si lo que oliera primero fuera un delicioso huevo estrellado y el tocino friendose en la sartén, así que Atsushi tenía que lidiar con ser arrojado de la cama en cuanto el mafioso abría los ojos.

No hablaremos del dolor en la espalda del omega, parece ya haberse acostumbrado a eso.

Entonces, regresando al tema que nos concierne, esa mañana no fue la excepción. El mal de humor de Akutagawa desaparecía, si bien le iba, cuándo se encontraba en el trabajo y olvidaba lo mucho que le costaba vivir; podría decirse que se motivaba inconscientemente usando a Atsushi y Gin como la única razón por la cuál se mantenía haciendo lo que hacía.

Pero debemos reconocer que Atsushi es un chico muy valiente, y a pesar de conocer los malos hábitos de Akutagawa, se retó a sí mismo a decirle cuatro palabras que ninguno de los dos espero tener que decir y escuchar en toda su relación... Al menos no en los últimos años.

"Estoy esperando un bebé", fueron las palabras que no permitían que el Saiko-komon continuara con su trabajo.

Sí, tal vez, en realidad estaba mas molesto por no saber como procesar una noticia de tan importante magnitud.

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—¿Por qué estás tan callado, Atsushi? —cuestionó Chuya antes de dar un sorbo a su té.

—¿E-Eh? No, no es nada —respondió vago, con la mirada gacha.

—¿En serio crees que voy a creerme ese cuento? —frunció el ceño—. Te conozco desde hace tiempo, y sé que eres muy hablador. Y por tu gestos puedo deducir que algo no anda bien contigo.

—Ya te dije que no es nada, Chuya-san —suspiró de mala gana—. Recién estás recuperándote de lo mal que lo pasaste en Rusia y no quiero afectarte con mis estúpidos problemas.

Chuya observó detenidamente a Atsushi, pensando seriamente en mostrarle el puño para que escupiera lo que tuviera decir, pero llegó a la conclusión de que eso sólo haría sentir más intimidado al albino.

No tuvo más remedio que suspirar también y seguir bebiendo de su té mientras se deleitaba con el paisaje del jardín.

—Chuya-san, ¿puedo...? —sostuvo la taza, apretándola con un poco de fuerza—. ¿Puedo preguntarte algo muy personal...?

Sí, sabía que lentamente cedería, pensó el pelirrojo.

—¿Qué ocurre?

—Uhm... Cuándo te embarazaste de Dazai-san, ¿cómo reaccionó?

Chuya parpadeó un par de veces, intentando recordarlo. En ese momento, cuando comenzaban a formalizar su relación, el oyabun de la yakuza parecía realmente insistente con la idea de procrear un hijo a su lado, y obviamente debía comportarse así porque era una promesa con la que el mismo Chuya se comprometíó.

Pero en cuánto su mente estuvo a punto de crearle un recuerdo falso sobre aquellos primeros meses juntos, rápidamente hizo memoria de lo fastidioso, terco y tramposo que había sido el alfa.

—Como un idiota...

—¿Eh?

—Digo que reaccionó como un idiota —respondió aturdido—. No esperes a escuchar que no le gustó la idea, el maldito bastardo me quitó los supresores y básicamente me forzó a entrar en celo... Además, fue cuando se le ocurrió la brillante idea de hacerse el muertito como los perritos.

Unbreakable | Soukoku - Omegaverse | BSDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora