Capítulo 13

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Hace como una hora que llegamos a casa de Rick después de haber tenido un día bastante intenso lleno de muchas emociones diferentes para los dos

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Hace como una hora que llegamos a casa de Rick después de haber tenido un día bastante intenso lleno de muchas emociones diferentes para los dos.

Las niñas han acabado también muy agotadas después de estar todo el día sin parar, decidimos cenar unas hamburguesas en el centro comercial antes de venir, y ahora ya están con el pijama puesto y apunto de acostarse en la cama porque son cerca de las diez de la noche.

Una vez las niñas están en su habitación, voy al cuarto que comparto con Rick a sacar toda la ropa que he comprado de las bolsas.

Por un momento me quedo pensando en la vida que llevaba antes, gastando una fortuna en ropa cara, joyas y perfumes entre otras cosas, cosas que eran innecesarias para mí, para alguien tan joven, pero lo hacía porque podía darme el lujo de hacerlo, pero eso es horrible verlo ahora cuando tengo lo justo para ir viviendo, entonces el dinero no era un problema y lo que ahora valoro, antes simplemente era lo normal.

Dejo la ropa en la cama y veo todo lo que he comprado, en total han sido tres jeans ajustados dos de color azul y otro de color negro, más dos pantalones de pierna ancha con bolsillos a los lados a la altura de las rodillas, uno en color marrón y otro en verde oscuro, todo esto junto con cuatro jerséis de diferentes colores, pero todos del mismo modelo y por último dos sudaderas, una negra y otra blanca, todas estas prendas componen el outfit de mi nueva vida y todo eso por lo que me costó una de las prendas que he vendido hace unas horas.

¡Y he de decir que me encantan!

Puede que no sean exclusivas como la ropa que ahora vendo, pero me gustan.

Noto la presencia de Rick detrás de mí, me giro hacia él que me mira apoyado desde el marco de la puerta de su habitación con los brazos cruzados a la altura del pecho, haciendo que esos brazos tan bien formados se le marquen todavía más, resultando si es posible más intimidante.

—Ven conmigo —demanda y con un movimiento de cabeza me indica que salga al salón.

Asiento con la cabeza y lo sigo al sofá que es donde se ha sentado y me pongo justo a su lado como ya es costumbre.

Sigue con los brazos cruzados todavía y las piernas estiradas encima de la mesa pequeña, me mira y yo lo miro de vuelta, me siento con una pierna por debajo del culo y la cabeza apoyada en el respaldo cansada de lo que ha resultado ser un día muy agotador emocionalmente.

—¿Estás bien? —pregunta.

—Estoy bien. Lo que ha pasado no va a hundirme, no le voy a dar el gusto —sonrío—. ¿Tú estás bien?

Me sonríe de medio lado, ahora se ha acomodado en el sofá relajando su postura.

—Lo estaré cuando todo haya terminado, cuando volvamos a la normalidad.

Me mira intensamente yo me retuerzo nerviosa en el sofá, sé lo que va a preguntar.

—Aria.

—¿Mhm? —trago saliva.

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