Capítulo 35

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Despierto en la cama de mi hermana

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Despierto en la cama de mi hermana.

Me siento como si una apisonadora hubiera pasado por encima de mi cuerpo varias veces.

Me duele todo, desde los pies hasta el pelo. Miro la hora en el móvil y marca casi la una del mediodía. Me levanto de la cama y no veo a ninguna de mis chicas en la habitación.

Salgo al salón y las veo a las tres durmiendo en el sofá, Aria en la orilla y mis hermanas entre mi novia y el respaldo del sofá. Ella cubre con su brazo a mis dos enanas y duermen plácidamente o eso parece por como veo el movimiento de sus pechos al respirar. Están tranquilas y sin pesadillas. No como cuando estaban en la habitación.

No puedo evitar inmortalizar este momento en mi retina por el resto de mi vida guardándolos junto con los tantos que ya tengo de los últimos meses.

Las dejo descansar porque después de lo de ayer lo necesitan al igual que yo. Pero no puedo quedarme en la cama porque me duele todo el cuerpo. La cabeza la siento tan pesada que apenas puedo mantenerme de pie.

Lo último que me esperaba cuando bajé a la calle porque me mandaron un mensaje los vecinos advirtiéndome de que los dos tipos del otro día pretendían entrar en cada una de las viviendas de la zona fuera que asaltaran mi casa con mis chicas dentro.

Creo que no había entrado más en pánico en mi vida y mi reacción de absoluta negación a eso fue lo que los llevo a actuar de ese modo.

Sin dejarme margen para avisarlas corrieron escaleras arriba y ahí empezó la pesadilla. Yo me daba golpes y puñetazos con uno mientras que el otro trataba de abrir la puerta a la fuerza.

Cuando lo hizo no sabía que esperar de ellos en ese momento, ya que entraron como una furia en casa buscando por todas partes a su traidor y al ver que la puerta de mi habitación estaba cerrada con llave volvieron a atacarme, no podía dejar de decir que ahí no estaba la persona que buscaban y no fue hasta que lo comprobaron por ellos mismos que se largaron, no sin antes amenazarme de muerte con dos pistolas, y no con una, como Aria aseguró. Pero mejor eso me lo callo que bastante preocupada esta ya mi chica.

Mi chica, la que tuvo que empuñar un cuchillo para defenderse de lo que no sabía que pasaba, no me puedo hacer una idea del miedo que tuvieron que pasar las tres imaginándose cualquier cosa por estar escuchándolo todo.

Y la pesadilla no terminó hasta anoche, cuando dieron con él.

Espero que ahora el barrio respire tranquilo o bueno que no tengamos esta preocupación extra porque ya han ajustado cuentas con esa persona.

Lo que más me jode de todo es que mi preciosa novia haya visto toda la escena. Dejándola así marcada de por vida. Porque yo mejor que muchos otros sé que eso no lo olvidará jamás.

Estoy en el baño untándome más pomada sobre el cuerpo que ahora está mucho menos inflamado, aunque los moratones no se irán en varios días. Las heridas de la cara están curando bien y al menos no tengo el aspecto de un monstruo como la primera noche.

Distrito 24Where stories live. Discover now