Obligada a mudarse de barrio, Aria se encuentra fuera de su zona de confort, teniendo que utilizar su ingenio a diario para sobrevivir en el barrio de traficantes más peligroso de la cuidad.
Allí conocerá a Rick, el atractivo traficante con un aura...
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Por fin ha llegado el momento que tanto he estado esperando. La oportunidad de salir de este barrio cada vez está más cerca.
Quedan dos días para que asaltemos mi casa del distrito 1, hemos planeado hasta el último detalle para que nada salga mal. Lo más arriesgado es entrar, ya que nadie puede vernos dentro del barrio porque no pertenecemos a él, y tener acceso es complicado si no es por una tarjeta de identificación o algo que acredite tu entrada, es de locos que no puedas entrar a un barrio por el simple hecho de no residir en él, no es como en el resto de los distritos que puedes moverte a tu antojo entrar y salir de ellos tanto como quieras.
El distrito 1 es un mundo aparte. Tiene sus propias reglas, unas normas muy diferentes al resto de distritos, incluso la policía o cualquier otro personal a cargo de él se rige por otras normas. Por eso se les paga, muchos hacen la vista gorda a todo lo que pasa aquí dentro, que mucho no se diferencia de lo que pasa en el distrito 24, pero aquí se lleva con más clase y elegancia, donde allí los tratos se cierran a oscuras aquí dan fiestas para cerrar contratos, mientras allí la gente se muere por salir, aquí se mueren por entrar y formar parte de la élite, sin saber que tanto los de allí como los de aquí están igual de envenenados.
He vuelto a clase, no puedo tirar mi vida por la borda cuando solo estoy a unas pocas semanas de tener en mis manos el billete a una mejor vida. ¿Tengo miedo? Sí. Pero no voy a esconderme, he aprendido a ser una valiente y cada cosa que me pasa la tomo con fuerza para enfrentar todo lo que todavía está por venir.
Ya me estoy mentalizando para lo que pueda pasar. Y cuando eso ocurra no dejaré que el miedo se apodere de mí.
Las heridas que tuve a causa del incidente con la cena de mi padre aún son notarias en mi cara, soy consciente yo y Robert que lo tengo enfrente y no deja de torcer la cara mientras niega con la cabeza.
—Que pasa, ¿que no vas a dejar el barrio de mierda en el que vives hasta que algún mal nacido no te mate? —habla enfurecido—. Yo podría... si quieres...
—Cálmate ¿sí? estoy bien —lo corto antes de que diga algo que me haga comprometerme. Por eso fuerzo una sonrisa que no se traga—. Más bien cuéntame que es lo que me he perdido estos días, necesito ponerme al día ya que es posible que acabe el instituto a distancia.
Ya lo he hablado con Rick que me apoya en esta decisión, casi llora cuando se lo comenté de la alegría que le supuso saber que solo tendría que asistir para las tutorías y exámenes. Aun no lo he hablado con dirección, solo con la orientadora para que me diera su opinión y no tiene problema en ayudarme a terminar mis estudios a distancia al volver de las vacaciones de navidad, haré todo el papeleo en enero para poder estudiar en casa y no tener que estar presente en las clases.
—¿Qué? —pregunta, desconcertado—. ¿Vas a marcharte?
