Capítulo 42

110 22 72
                                    

Este capítulo contiene escenas +18

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Este capítulo contiene escenas +18

Este capítulo ha sido modificado por la nueva política.

Me acomodo entre sus piernas, me tumbo sobre ella sin hacerle daño aguantando con mis antebrazos el peso de todo mi cuerpo mientras beso sus labios.

Noto como su corazón empieza a acelerarse a cada segundo que pasa por la anticipación de lo que va a ocurrir ahora.

Siento sus manos en todas partes, me acaricia el pecho, la espalda, los hombros. Recorre con la yema de sus dedos cada milímetro de mi piel dejando a su paso un rastro de fuego en mi interior.

—Aria. No voy a follarte.

—Pero... —habla, y la corto antes de que replique.

—No voy hacerlo hoy. Y no aquí —aclaro retirando un mechón de pelo de su rostro y lo llevo detrás de su oreja—. Pídemelo cuando quieras el resto de mi vida. Pero ahora, voy hacerte el amor —sus ojos brillan y sonríe—. Asique... ¿Estás segura de querer hacer esto?

Asiente.

—Dímelo, confírmame con palabras que consientes esto, que quieres que sea yo quien lo haga por primera vez.

—Erick. Quiero que seas tú. Que me hagas el amor por primera vez y por el resto de mi vida. Porque no hay nadie en el mundo al que le pertenezca ese derecho más que a ti.

Suficiente.

Vuelvo a fundirme con ella en un beso muy diferente de todos los que nos hemos dado antes. Porque este beso es el principio de un nuevo nosotros.

Me separo unos centímetros de ella, lo suficiente para mirarla entera, ella levanta su cabeza para mirar esa parte de mi cuerpo que se alza porque se siente libre y con el espacio suficiente para crecer todo lo que quiera, y creerme cuando os digo que no sabía que podía llegar a tener este tamaño.

Aria se relame los labios y levanta la mirada a mis ojos que ya la miran con deseo, lleva sus manos a mi cuello y me acerca a ella, la humedad de su boca se funde con la mía en un beso previo a algo excitante.

Recorro todo su cuerpo con mis manos, notando que tan lista vuelve a estar para mí. La necesito desecha antes de entrar en ella, quiero que sienta el menor dolor posible y disfrute todo lo que pueda.

—¿Estás lista, amor? —muerdo su labio inferior y ella jadea sobre los míos.

—Sí —asiente y me roza la nariz con la suya en un gesto tierno—. Hazlo ya.

Respiro hondo y ella hace lo mismo. 

Esconde su preciosa cara en mi pecho como tantas veces ha hecho desde que nos conocemos.

No dejo de mirarla a los ojos, la conexión que existe entre nosotros en estos momentos es brutal, es lo más auténtico que estoy viviendo y no puedo sentirme más afortunado por tener a la mujer que tengo debajo de mi cuerpo justo ahora.

Distrito 24Where stories live. Discover now