Capítulo 26

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Estoy en mi habitación adelantando estudio mientras ellos terminan

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Estoy en mi habitación adelantando estudio mientras ellos terminan. Llaman a la puerta, que está entreabierta y una cabecita se asoma por ella. Nora me sonríe de oreja a oreja, lleva puesto su pijama de color rosa con una bailarina de ballet en medio, su favorito, le hago un gesto para que pase y se tumbe en la cama junto a mí.

—Hola, cariño ¿Qué tal el baño?

—Muy bien —responde.

—Me alegro, hueles muy bien a nube de algodón dulce. Estás para comerte —y entre risas hago como que le muerdo el brazo produciendo sonidos a la vez como si estuviese deliciosa.

—Ariel —llama mi atención una vez que se ha calmado.

—Dime, peque —la miro a la espera de que continúe, puesto que se toma su tiempo para volver a hablar.

—¿Dirás que sí?

—¿Qué si a qué, cariño?

Ella se encoje de hombros y tras una risita me da un gran beso en la mejilla y se baja de la cama cuando sale de la habitación, ahí me quedo yo, plantada con un beso sin saber que ha pasado. Desconcertada. Vuelvo mi cabeza a los libros, han pasado ya varios minutos desde que se fue la niña cuando salgo al salón a terminar de ayudar con la cena, porque el olor llega hasta mí y no puedo evitar salir a ver eso que huele tan bien.

Las niñas ya están en la mesa cada una en su silla esperando a su hermano que llega desde la cocina con los platos para ellas, yo voy a ir hasta donde está el, pero con la mano me indica que me siente en el sofá. Y tras pensarlo unos segundos le hago caso y me siento junto a las niñas.

Él llega con la cena para nosotros. Un filete de Salmón para cada uno, mientras las niñas tienen merluza, con guarnición de verduras y patatas para todos.

—¡Salmón! —exclamo emocionada, porque no lo he vuelto a comer desde que llegué a este barrio, porque obviamente no me lo puedo permitir. Qué locura y pensar que antes lo comía mínimo dos veces por semana—. Es mi plato favorito y se ve delicioso —digo con voz dulce. Y empiezo a comer como el resto.

—Lo sabemos, por eso lo hemos hecho para ti.

No entiendo a qué se refiere, lo miro entrecerrando los ojos y él solo me responde con una sonrisa tímida.

Terminamos de cenar y recogemos los platos de la mesa.

—¡Bien! Ahora el postre —dice Nora frotándose las manos, nerviosa.

—¿Hay postre? —pregunto entusiasmada—. ¿Qué es?

—En realidad, no lo sé —se encoje de hombros Rick—. Han querido prepararlo ellas solas.

Quince minutos después las niñas aparecen con dos platos que ponen uno frente a su hermano y otro frente a mí, los dos son iguales, a su manera puesto que cada una ha hecho uno. Un corazón con sirope de chocolate hace de base de todo el plato donde dentro hay un montón de trozos de sandia también en forma de corazón.

Distrito 24Where stories live. Discover now