Capítulo 17

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Pasada ya la ceremonia, Behemonth encontró lo que buscaba, una forma de sacar a todos sus hermanos de su camino. Porque a pesar de que sí le dolió que su mayor muriera, no iba a dejar que eso se interpusiera en su camino por el trono. Esperó por mucho tiempo para poder encontrar un espacio en el que él encajara, pero vio que el único era el trono y ya estaba ocupado, desde entonces supo que debía bajar a quien allí estuviera y subir él; pues él, no hubiese dejado que a su hermano le pasara eso. Fue justo ahí que su corazón se oscureció y endureció tanto que no supo nada sobre la luz.

Esperó un par de días para que fuera un poco más llevadero la situación, pero no podía dejar que el dolor pasara; así que esa noche actuaría.

Aixa se encontraba como cada noche en el cuarto de Conna, desde su funeral. Pensando en él libremente, dejando fluir los recuerdos para que no fuera tan doloroso recordarlo, cuando escuchó la puerta ser tocada.

Aixa: Adelante – Behemonth entró.

Behemonth: No sabía que estaba aquí ¿Puedo sentarme? – La mayor asintió y palmeó a un lado de ella en la cama – A veces yo también vengo a recordarlo.

Aixa: Sí, así es más fácil pasar el dolor.

Behemonth: Un poco, sí, pero para mí vuelve cuando recuerdo que nuestro padre pudo haber hecho más y no lo hizo.

Aixa: ¿De qué hablas? Él hizo lo que pudo, tú lo viste – dijo muy seria.

Behemonth: No, eso es lo que nos hizo creer él – Aixa se extrañó y se le quedó viendo – le voy a decir esto, pero que quede entre nosotros, porque se supone que no debo revelarlo.

Aixa: ¿Y por qué me lo dices, si se supone que no puedes?

Behemonth: Porque el sé el dolor que todo esto causó y tu dolor es más intenso que el de nosotros, así que pienso que mereces saberlo – la sirena asintió y el menor, calló por un momento, para luego hablar – desde que Conna se fue yo me volví responsable de las reliquias que habitan en los santuarios, templos y sobre todo las familiares; en estos días estuve revisando los registros que llevaba de todo y me fijé que había un estante de telurio con cadenas y bordes en oro y platino electrificados, esto me llamó mucho la atención por la seguridad que posee, así que indagué sobre él, y descubrí que ocultan unas piernas humanas, estas que sirven para caminar y vivir en la superficie, lo que me hizo pensar, si esto lleva mucho más tiempo de lo que conocemos aquí ¿Por qué nuestro padre no las utilizó para ir a rescatar a nuestro hermano? ¿Será que no le importamos realmente? Eso me hizo enfadarme mucho con él.

Aixa comenzó a entender la ira del tritón - ¿Pero cómo las utilizaría? Tendría que renunciar a su aleta y si apenas se la corta muere.

Behemonth negó – hay un ritual que funciona para eso, por lo que medio leí, tienes que buscar una gema, recitar unas palabras y así se te despenden pero al instante debes colocarte las piernas, estás no serán para siempre, a menos que te pases del tiempo estipulado; es así como nuestro padre recorría el mundo y nos contaba las historias, solo que obviaba la parte donde explicaba que tenía piernas humanas.

Aixa no podía creer lo que su hermano le estaba diciendo, si era así eso quiere decir que su padre no lo intentó todo, que su hermano pudo no haber muerto – Behe ¿Qué cosas dices? Seguro padre tenía sus razones.

Behemonth: ¿Cuáles razones hermana? ¿El no querer salvar a Conna? ¿El no poder evitar la muerte de nuestro hermano... de tu tesoro? – La mayor se quedó muda, no podía decir nada, porque el tritón estaba en lo correcto – Pero qué puedo esperar de ti, sí tú siempre has sido la más fiel hacia padre, eres la copia exacta ¿No? Tan exacta que no puedes ver las injusticias que hace y le buscas buenas razones a todo, hasta cuando puedo haber ayudado a Conna en su último suspiro – con eso se fue, al cruzar la puerta sonrió, había causado el efecto deseado y el que necesita, solo le tocaba esperar, lo que no se esperó es que actuara de forma diferente a lo que imaginó, pero aun así que se fue a dormir.

La Venganza de la SirenaWhere stories live. Discover now