Capítulo 19

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Apenas alguien entró en la recamara de las reliquias familiares Behemonth se despertó, pues al comenzar a ser el cuidador principal automáticamente crea una conexión con todos los lugares; así que rápidamente salió de su alcoba para irse al recinto, al llegar notó a alguien saliendo de allí con una reliquia, se acercó velozmente y al darse cuenta de que era su hermana se extrañó.

Behemonth: ¡Aixa! ¿A dónde va con eso? – vio que tenía las piernas prohibidas.

Aixa: A realizar lo que ninguno ha hecho... y espero que no me detengas.

Behemonth: Pero... pero... ¿Y padre? ¿Sabe que esto es acto de traición?

Aixa: Así sabrá lo que yo sentí.

Behemonth: Es peligroso – se acercó un poco – no sabemos mucho sobre los humanos.

Aixa: No me importa, además... no te preocupes, todo estará bien.

Behemonth: Hermana, sabe que si no está aquí a tiempo para recuperar su aleta se quedará así para siempre, no quiero perderle a usted también – dijo con los ojos llorosos.

La princesa sonrió, le acarició la cabeza – ya te dije, no te preocupes, ya eso lo sé; tú tranquilo que no me perderás, solo debes esperar ¿Sí? Estaré completamente bien – el tritón asintió y la mayor se fue de allí a toda velocidad al lugar que necesitaba para realizar el ritual.

Behemonth se secó los ojos – bueno... no era lo que quería pero aun así eso funciona – se encogió de hombros y se fue a buscar guardias para avisarle de lo sucedido, exagerando un poquito las cosas, llegando cansado, diciendo que intentó detenerla de muchas maneras pero debido a lo astuta que era su hermana se logró librar de él, sin darle oportunidad de defenderse y también agregó que robó el libro de registro de las reliquias. De esta manera la buscaron hasta donde podían pero no la pudieron encontrar, a la mañana siguiente le dirían al rey, pues no podían despertarlo a esa hora o serían convertidos en algas para el jardín que había en el palacio.

Por otra parte, la princesa mayor se encontraba en una cueva escondida de todos, algo cerca de la superficie, allí llevaría a acabo el ritual dejando su aleta allí para cuando le toque volver a obtener sus piernas, realizando los mismos movimientos solo que cambiaba las piernas por aleta.

Agarró la bixbita, una piedra roja que destellaba brillos y que al colocarla bajo presión botaba un líquido, este líquido debía esparcirlo por todo el borde la su mitad inferior, desde la aleta hasta la cintura, esta se desprendería, debía colocarse las piernas con los cinturones y decir el ritual, así su cola se volvería de lonsdelita con diamantes y las otras de carne y hueso.

Comenzó y con ayuda de sus poderes pudo hacer todo correctamente bien, su cola se comenzó a desprender, sin sentir casi dolor, se ajustó las extremidades, resguardó su aleta y recitó "Cum in principio iterum ese volo, pro pinna habeo tibiarum par, hoc mihi concedo, ut, cum homo sit, propositum obtineat" ("Como en un principio quiero volver a ser, en vez de aleta un par de piernas tener, concededme este deseo para que, siendo humana mi objetivo obtener".) Lo único que no decía en el libro, es que se debía utilizar tanto poder que podrías quedar inconsciente y morir ahogada, además de que se sentía cómo si le quemaran toda la parte inferior hasta las caderas. Aixa gritaba y retorcía del dolor, el sentir del fuego era insoportable a tal punto que estaba a punto de desmayarse. Cuando ya no sintió el dolor estaba a segundos de hacerlo, así que con la poca energía invocó un ligero remolino que la sacó del agua y la dejó a la orilla de una isla, inconsciente.

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Nota: El lenguaje del ritual es latín, como mucho de lo que dice en la historia.
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Eos amo

La Venganza de la SirenaWhere stories live. Discover now