Capítulo 25

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Se despertó muy temprano para refrescar su mente, realmente se sentía asfixiada con la revelación de la noche anterior, sonó la campana que indicaba el inicio de sus actividades, quizás así lograba despejar su mente, en eso le tocaba bajar algunas cosas a la bodega del barco pues estaban a pocas horas de zarpar para hacer una entrega y devolver “El Dorado” al mar, como tenía mucho sin volver.

Estaba terminando de colocar unos barriles del asqueroso vino, pues agua había poca pero como sobraba vino, por los dioses, eso en serio olía horrible, vio una sábana blanca llena de mucho polvo y se acercó porque la curiosidad puedo más que ella, al olerlo sintió el ligero perfume de su hermano, así que rápidamente quito eso y pudo ver una caja de cristal, no quería creer que él hubiese estado allí, se acercó un poco más y notó que había unas perlas, mejor dicho las lágrimas de cualquier ser, mitad humano, mitad pez. Las tocó pues con un poco de su poder podría ver a quién le pertenecían y efectivamente, vio a su hermano llorando y enseguida alejó la mano, no lo podría ver así, no tan débil, tan mal, lloró, lloró como hacía días no lo realizaba, su corazón volvió a llenarse de odio hacia aquel capitán y su cómplice ante semejante crimen.

Adara: Si de algo estoy completamente segura es que de hoy no pasa, hoy será juzgado ante mí, hoy te mataré de la forma más dolorosa para que sepas lo que todo mi reino sintió, cobraré mi venganza Declan.

Se limpió bruscamente las lágrimas, se prometió que ya no lloraría de esa manera, se calmó para que nadie supiera lo que pasó y volvió a poner todo como estaba, salió del lugar igual que entró, solo que había una pequeña diferencia, en su vista había puro odio y en su corazón resentimiento, ya no soportaría más todo eso que ella cargaba sobre sus hombros, ya no más.

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Eos amo

La Venganza de la SirenaМесто, где живут истории. Откройте их для себя