Capítulo 39

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Maratón 1/2

Se encontraban frente a frente la heredera y el traidor, ella podía ver que tenía varios artefactos mágicos, pero él no podía ver que ella tenía un poder duplicado que lo derrotaría.
 
Aixa se preparaba mentalmente para tener la muerte de su hermano en sus manos, sabía que le tomaría mucho, pero mucho tiempo superarlo, pero sabe que lo haría, porque cuando agarró el collar de Conna en el cuello del pirata y se lo puso, pudo ver todo lo que Behemonth haría si quedaba vivo, puedo entender el corazón de su tesoro al estar tan angustiado aquella mañana, ahora sí comprendía todo.
 
Así que para no tener que pasar por muchos procesos de sufrimiento se propuso en no ver a su hermano luchando contra ella, ese no era él, era un traidor, rufián, que debía matar para poder liberar a su pueblo, su hermano… su hermano Behemonth había muerto al igual que Conna, ya no estaba, recordaba al tritón alegre, entrometido, al que le gustaba ayudar en todo y hacer todo, ese era el que ella recordaría por siempre, ahora al que veía blandir su arma contra ella, ese… ese no era nada de ella, un enemigo de la familia que no lo perdonaría, pues no dejaría que tocara a nadie de su familia y menos a su reino.
 
Sí, cualquiera diría que ella es cruel, egoísta y malvada, pero se parecía a su padre, nadie esperaría menos de ella; y si algo en lo que ella cree está en peligro no dudará en exterminar esa amenaza.
 
Todos estaban expectantes a lo que sucedía, no podían decir ni hacer nada, todo era un silencio sepulcral, lo que se escuchaba eran las armas ser chocadas, los artefactos activados y se veían la sangre de ambos esparcida. Nadie decía nada porque todavía estaban asimilando el hecho que su príncipe menor los haya traicionado y su princesa mayor estuviera de pie enfrentándose a él, sin nada más que su tridente.
 
Para cuando el príncipe se estaba cansando y no tenía más afectos que activar, la princesa estaba empezando a sanar más rápido y recobrando toda su energía, en un momento que se separaron el príncipe tomó un segundo para intentar recuperarse, mientras que la princesa se sanaba, sus heridas de la parte de los brazos descubiertos y una en la cara cerraban y su cansancio ni se mostraba.
 
Behemonth se quedó impactado - ¿Cómo… cómo es eso posible? – dijo cansado.
 
Aixa sonrió, le dio un leve giro al tridente colocando las tres puntas hacia abajo – hay algo de lo que muy pocos están enterados, pero creo que es hora de saberlo. El primogénito del rey siempre viene con dotes especiales, como más velocidad, más fuerza, más resistencia… no es opción del rey si quiere que este suba al mando, es él quién lo decide. En mi caso, no trajo solo eso, también me concedió el don de la sanación, este quiere decir, que no importa cuántos cortes tenga, siempre me voy a sanar, mi envejecimiento es mucho, pero mucho más lento que el de cualquiera ¿Cuántos años crees que tengo? – En ningún momento dejó de sonreír, por el contrario su sonrisa era más maquiavélica – con el tridente – lo señaló – mi poder se duplica, si antes tenía límites, ahora ya no. Por eso no quise tomar el trono “Tanto poder puede llegar a cegar a la personas, por eso hay que tener cuidado” ¿Te suena la frase?
 
Behemonth: Conna lo decía mucho – dijo sorprendido.
 
Aixa: Así es, fue él quien me convenció de que no tomara el trono, así que acepté, pero fue él quien me mostró lo que le harías a mi pueblo si no tomaba el tridente en mis manos, así que acepto cegarme – se puso en posición de batalla, el menor como pudo lo hizo, pues aunque tuviera mucha resistencia su cuerpo se debilitaba por la cantidad de sangre que estaba botando.

***
No me maten por favor, el capítulo era muy largo, por eso no pude subirlo completo, pero ya les subo el otro ;)
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Eos amo

La Venganza de la SirenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora