Capítulo 22

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Aixa, que ahora es Adara, veía pasar de vez en cuando a los piratas, y se estaba cansando de eso, tenía hambre, la gravedad le estaba haciendo efecto, cansada de estar parada se sentó con la cabeza entre las rodillas y quería dormir, pues no había recobrado del todo las energías que gastó en el ritual, todos los males del hombre los estaba sufriendo.

Escuchó bajar a alguien, realmente a dos personas, y al instante reconoció la voz.

Aneth: Adara – no se acostumbraba a que la llamaran de esa manera, así que tardó en reaccionar un poco – toma, es comida que te manda el capitán – le acercó un plato con pescado, ensalada, un poco de cochino y una copa de vino, eso olía delicioso, bajó las piernas y se devoró lo que había, para después tomarse de un trago el líquido de la copa.

Adara: ¡Oh, qué horror! ¿Qué es esto? ¿Me quieren envenenar?

Galván: Toma – le ofreció un poco de agua que se la bebió y pidió más, tranquilizándose - ¿Sabes? Deberías seguir al capitán, parece malo, pero no lo es realmente – a quién le estaba hablando levantó la ceja.

Aneth: Mi hermano tiene razón, si lo sigues podrás comer esto todos los días y se nota que le gustas mucho, podrías ganarte su favor.

Adara se puso a pensar – Realmente no lo quiero seguir, pero si sigo aquí metida jamás lograré mi objetivo y se me cumplirá el tiempo sin darme cuenta, además, capaz y le puedo sacar información a esta gente ­– así que aún en contra de su voluntad dijo – bien, díganle al capitán que lo pienso seguir, que ya me saque de aquí, no lo soporto – ambos recogieron lo que había atraído y fueron a decirle lo sucedido al mayor, al instante fue soltado y puesto a realizar algunas tareas, ganándose así un lugar en dónde dormir y deliciosa comida que devoraba.

Desde su recamara, el capitán la observaba disimuladamente y con su amigo en la mesa.

Contramaestre: Declan, no me gusta para nada esa mujer.

Declan: Ámaro, relájate, no va a pasar nada, es más la enamoraré y será mi compañera – dijo sentándose.

Ámaro: ¿Ves sus músculos? Se nota que fue una guerrera, no nos está diciendo la verdad, hay algo que esconde.

Declan: Puede ser, pero ya verás que no es gran cosa, con el tiempo nos dirá – El mayor sonrió, mientras su amigo negó con la cabeza, notando que estaban realmente perdidos, así que vigilaría de muy cerca a esa chica.

La Venganza de la SirenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora