MARVEL: CAMINO DEL JUGADOR 2

CAPÍTULO 200

Durante días, continué investigando todo lo que había que saber sobre Yggdrasil y demás, descubriendo algunos hechos y cosas interesantes sobre el tema, por ejemplo, descubriendo que los nueve reinos, eran originalmente diez, y se convirtieron en nueve durante el reinado de Odín.

Asgard, el mundo principal, el hogar de los Aesir y la ubicación del Valhalla, también conocido como el salón de los muertos.

Álfheim, que se tradujo libremente a Tierra de los Elfos o Elfland, y como su nombre indica, es el hogar de los Jósálfar, también conocidos como los elfos de la luz, aunque no se puede encontrar mucho sobre ellos, pero en la mayoría de los libros, se describen como más hermosos que el sol.

Nidavellir, el reino de los enanos, una raza de maestros herreros y artesanos, buenos chicos, debería visitarlos pronto.

Midgard, también conocido como Tierra.

Jotunheim, la tierra natal de los Jötnar, también conocidos como los Gigantes de la Escarcha. Un reino descrito como francamente inhabitable, con bosques oscuros y picos de montaña cubiertos en un invierno antio que nunca alivia su agarre helado sin importar la situación.

Vanaheim, el reino natal de Frigga, y uno conocido por su magia.

Niflheim, traducido como Abode of Mist o Mist World, un reino que es de alguna manera más frío que en el que residen los Gigantes de la Escarcha, descrito como el mundo del hielo primordial, sea lo que sea.

Muspelheim, el opuesto total a Niflheim, siendo el reino del fuego primordial, no se detalla mucho en los libros sobre dicho mundo.

Y por último, pero no menos importante, Hel, también conocida como Helheim o El Reino de Hel, el lugar al que Hela me envió durante un par de horas mientras trataba de tomar el mundo y demás.

Ahora, estos eran los reinos que todo el mundo conocía.

Pero había uno, que solía estar en la lista.

Ese reino se llamaba Heven.

Según el único libro que encontré sobre el tema, porque no, todos los libros tenían este reino, redactado de ellos.

Heven fue, en un momento dado, uno de los Nueve Reinos, que en ese momento supongo que se llamaban los Diez Reinos. Sus habitantes eran conocidos como Ángeles por su mirada santa y sus alas angelicales, de todos los cuales, en algún momento durante el reinado de Odín, algo sucedió, y los Ángeles decidieron librar una guerra contra Asgard. Después de eso, todo fue redactado, mostrando nada más de importancia en el libro.

El puto Odín escondiendo mierda.

Afortunadamente, ahora que sabía qué buscar, mi búsqueda fue considerablemente más fácil, porque solo tenía que usar mi poder para saber más, después de todo, había desbloqueado la historia del universo hace mucho tiempo.

Así que hice eso.

Y lo que encontré... no era bonito.

Al parecer, la guerra había comenzado por razones mezquinas, al menos en mi opinión, lo que finalmente llevó a que la Reina de los Ángeles secuestre y aparentemente mató con éxito al bebé recién nacido de Odín en ese momento, Aldrif, con rabia Odín usó sus poderes para cortar a Heven de los otros Nueve Reinos y Yggdrasil por completo. Sin embargo, el odio del Rey no terminó allí, cegado por su dolor, Odín escupió una maldición sobre los Ángeles, una maldición infligida a la fuerza de Odin para obligarlos para siempre a regresar a casa, anclarlos más profundamente en el vacío, como castigo por matar a su hija.

Lo curioso es...

Según mis registros, Aldrif todavía estaba viva.

Es decir, sin que Odín lo supiera, había sellado a su propia hija recién nacida, junto a los ángeles en el vacío.

Maldita sea, la familia de Thor se siente como una telenovela.

"Así que Thor tiene otra hermana", suspiré, rascándose la parte de atrás de la cabeza. Otra hija a la que encarceló, genial. Espero que al menos este no tenga un extraño enamoramiento profético por mí.

Ahora, ¿cómo coño le doy esta noticia a Thor?

No-no.

¿Cómo coño le tiro esto a Frigga?

No, no, no.

¿Cómo coño le dejo esto a Odín?

"Se matarán el uno al otro", suspiré, quiero decir, Odín probablemente se suicidaría después de descubrir que su segunda hija, no solo no murió, sino que la selló como lo hizo con Hela.

Frigga probablemente le arrancará el ojo bueno, descubriendo que su primogénito nunca murió como pensaba, y había estado dentro del vacío durante todos estos años.

Thor simplemente perderá su mierda, quiero decir, ¿cuántos hermanos puede ocultar Odín?

Necesito una cerveza.

"¡Hermano!" Joder.

"Oye Thor", le saludé.

"¿Hay algo mal?" Thor preguntó, su sonrisa habitual se desvaneció tan ligeramente.

Asentí con la cabeza, pero antes de que pudiera preguntar, levante la mano, callándolo: "Thor, necesito una bebida, y por uno, me refiero a un barril de cerveza, después de eso, hablaremos".

"Bien por mí", se rió Thor, dándome un abrazo de un solo brazo, "Además, ¿qué tan malo puede ser? No es que tenga otro hermano listo para matarme, mi padre no me lo contó".

No es el mejor momento para escuchar una broma relacionada con Hela.

"Cerveza, ahora", respondí.

Thor encogió los ojos un poco, antes de encogerse de hombros, "Bien, vamos". Y con eso, nos teletransportamos al Royal Bar, donde me emborrachaba lo suficiente como para lidiar con la telenovela que Odín había creado.

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[Natasha Walker POV]

Cuando Emily dijo que yo era una princesa, quería decir que no.

Pero los beneficios fueron... seductores.

"Nat, las princesas no hacen trampa mientras juegan a las cartas con sus súbditos", la aguafiesta llamada Emily dijo.

"Em, Em, Em, mi dulce pero estúpida hermanita", suspiré, moviendo la cabeza de un lado a otro.

"¡Oye!" Emily contraatacó, cruzando los brazos.

"Solo les estoy enseñando", sonreí, abrazándola con un brazo, mientras el otro apuntaba hacia el cielo en contemplación. "Estoy enseñando a mis subditos a estar más alertas, y si en el proceso hago unas cuantas toneladas de oro, que así sea, es un pequeño precio a pagar por la valiosa lección que les estoy dando".

"Si le digo a papá, ¿qué crees que pasará?" Emily preguntó, con una sonrisa engreída en su cara.

Suspiré: "¿Cuánto quieres, pequeña mierda?", me reí.

"Cincuenta por ciento", respondió Emily sin perder el ritmo. Dios, estaba orgulloso de ella.

"Cuarenta y cinco, y llevo una tiara como tú querías que lo hiciera", me ofrecí, extendiendo la mano.

"De acuerdo", asintió Emily, estrechando mi mano.