MARVEL: CAMINO DEL JUGADOR 2

CAPÍTULO 237

Mientras me preparaba para el despertar de Knull, apareció una notificación en mi sistema, informándome de que Thanos y su ejército estaban de camino al planeta abandonado cuyas coordenadas había dispersado por todo el espacio para manipular al gigante púrpura para que recogiera la piedra por mí.

Sonreí, abriendo mi mapa. Por lo que vi en él, Thanos y su ejército llegarían al planeta en una hora y diez minutos.

Mucho tiempo para prepararse.

Sonríe en mi cara, me teletransporté al planeta, donde comencé a crear ciertas decoraciones para la llegada del titán. Nada fuera de lo común, solo algunos pequeños detalles para crear el estado de ánimo.

Un templo, donde lo esperaría.

Huellas de una civilización pasada que había terminado debido a su arrogancia, para conectarse con sus motivos pasados y actuales, y el monumento ocasional con arte antiguo que cuenta la historia de las piedras.

Y, un hechizo o dos, para hacer que el planeta se vea y se sienta más misterioso, haciendo una profunda niebla que rodea el lugar que iba a visitar, uno que solo se abriría a él, para que se sienta como el elegido.

"Hmm, siento que me estoy perdiendo algo".

La pregunta era, ¿qué?

Oh, cierto, una profecía falsa, narrada por las pinturas o la escritura de una civilización perdida.

Nada vende un punto más que una profecía de un campeón prometido. Y Thanos se creía a sí mismo como uno.

"Todavía siento que me estoy olvidando de algo".

Así es, el Cráneo Rojo. No puedo hacer que arruine mi enrevesado plan al posiblemente decirle a Thanos que le estaban mintiendo.

"Es hora de eliminarlo", asentí con la cabeza, usando [Borrado] en él, poniendo fin a su extraña existencia inmortal.

Con eso hecho.

Lo único que quedaba por hacer era esperar.

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[Thanos POV]

Estaba a punto de llegar al planeta donde habían comenzado los rumores de una de las piedras.

No tenía ni idea de lo que encontraría allí.

¿Una mentira?

¿Una verdad?

¿Ambos tal vez?

Pensé en ese pensamiento durante horas, mientras los barcos corrían por el cosmos, acercándose a nuestro destino.

"Señor, hemos llegado", anunció Maw, señalando la pantalla.

"¿Alguna información sobre el planeta?" Pregunté, inclinándome un poco hacia la pantalla.

"Ninguno, señor", respondió Maw, frunciendo el ceño.

Suspiré, esperaba tanto, este sector del universo no era más que un eco del pasado, planetas que una vez tuvieron vida, se volvieron a la nada, dejando su historia, sus logros para pudrirse, para ser olvidados.

"Prepárate para aterrizar", ordené. Sabía que existía la posibilidad de que esto fuera una trampa, muchos querían mi cabeza, y un planeta desolado era el mejor lugar para hacer lo que buscaban tan desesperadamente, pero para mi misión, me arriesgaría.

"Como quieras", asintió Maw.

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[Alex Walker POV]

Sonreí, viendo cómo Thanos y su ejército aterrizaron en el planeta.

Era la hora del espectáculo.

Sonriendo, cambié mi forma a la de un viejo alienígena, en resumen, había cambiado mi apariencia para parecerme a Yoda, hasta su ropa y su sable de luz.

"Ok, tengo cinco minutos como máximo para preparar mi discurso", murmuré, modulando mi voz para que suene como Yoda, y mi patrón de discurso, para cerrar el trato.

"Hmmm",

Todavía no.

"¡Hmmm!"

Casi.

"¡Hmmm! Volverte poderoso quieres, pero el lado oscuro en ti siento". Bien, eso será bueno.

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[Thanos POV]

Seguí el camino que casi me parecía trazado, viendo el planeta y presenciando la historia que contaba.

Me recordó a mi propio planeta, a la destrucción que se produjo después de que se negaran a escucharme. Fue extraño, casi perturbador. Me compadecí de los que habían vivido aquí, porque sabía el dolor por el que habían pasado.

Yo evitaría que ese dolor volviera a suceder.

"Señor", dijo Maw, señalando hacia adelante.

Una espesa niebla había aparecido de la nada, cubriendo todo el lugar.

"Es sólido", comentó Maw, tocando la niebla.

Hice lo mismo, pero a diferencia de Maw, la niebla se separó al tacto, despejándose como si obedeciera mi voluntad.

"Sígueme", ordené a Maw y a mis soldados. Algo sobre esto se sintió mal, pero estaba claro, solo yo podía liderar el camino ahora, independientemente de la razón detrás de ello.

"Como mandas, señor", se inclinó Maw, detrás de mí mientras me aclaraba el camino, revelando cosas que no estaban allí antes, monumentos que parecían tan viejos, si no más, que algunas galaxias.

"Es por eso que debo hacer lo que me he propuesto hacer", dije, mirando a mi alrededor. ¿Cuántos planetas habían caído en esto? ¿A una roca sin vida, con su historia pudriendo bajo la polilla?

"Tu misión es santa, señor", se inclinó Maw.

No lo fue.

Era simplemente un mal necesario.

Un pecado, por el bien del futuro.

Mientras reflexionaba sobre esos pensamientos, los sonidos de alguien que se acercaba me sacaron de mi larga ensoñación. Como un alienígena que nunca había visto antes, se vio, rompiendo la niebla simplemente caminando hacia mí.

El alienígena en cuestión era de tamaño pequeño, aproximadamente comparable al de un niño, con piel verde, ojos grandes, orejas largas y puntiagudas y dos manos de tres dedos que terminaban en garras.

"Por fin has llegado", sonrió el Alien, mientras Maw daba un paso adelante.

"¡Escúchame y regocíjate! Has tenido el privilegio de ser visitado por el Gran Titán. En su santa estela, las balanzas universales se inclinan hacia el equilibrio debido a sus sacrificios. Sonríe, porque estás a punto de convertirte en uno de los hijos de Thanos", recitó Maw con una sonrisa en la cara.

"¿Hijo? Soy demasiado viejo para eso. Hmm". El alienígena respondió con una risa, haciendo que Maw frunciera el ceño de ira.

Pero antes de que pudiera hacer nada, intervení: "¿Eres tú el que ha estado difundiendo rumores sobre la piedra del alma?"

"Hrrmmm. Sí, lo estoy. Claro que la profecía era, esperándote todo este tiempo que he estado, Yrsssss".

Le miré a los ojos y le pregunté: "¿Cómo puedes estar seguro de que soy el salvador del que hablas?"

"Despejo la niebla que tienes. Sí, solo tú, el salvador, puedes ser", respondió, dando la vuelta, "Seguirme, debes, las respuestas que buscas, las tengo".

Suspiré, decidiendo que por ahora seguiría a la extraña criatura.