~ Capitulo 11 ~

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Kendrick me había llevado de paseo al museo de la evolución, suena aburrido, pero en verdad fue muy divertido, porque no es el típico museo de el guía y las figuras echas de plástico, este era diferente, era muy temático, mas bien parecía un parque de diversiones. Tenia diversas actividades en el la cual Kendrick se rehusaba a hacer, ya que la mayoría eran mas jóvenes que nosotros, pero le insistí en hasta sentarse en las pequeñas sillitas a colorear dinosaurios.

Llegamos a casa felices, me había pasado una tarde muy divertida con el, nunca pensé que nos llevaríamos tan bien. Subimos las escaleras para cambiarnos nuestra ropa, ya que quedamos en vernos en la piscina. Yo abrí mi cajón y tome uno de dos piezas blanco, me coloque un camiseta larga hasta las rodillas roja y unas sandalias, tome mi toalla y salí de la habitación.

Abrí la puerta de cristal y salí para empezar a caminar, pero solté un buen grito cuando sentí unos brazos como si me iban a empujar a la piscina, pero estos me sostuvieron pegándome al pecho de quien me quizo hacer la maldad.

— ¡¿Acaso está loco?! — dije asustada aún. El en cambio se echo a reír y luego se tiró en la piscina, yo todavía me sostenía el pecho.

— Si, mas o menos — dijo haciendo una seña con las manos.

— Si no fuera mi jefe le dijera algo ofensivo — dije mientras me acercaba al mueble para poner mi toalla.

— Vamos, dilo — dijo apoyandose de el borde la piscina cerca de mi.

— No — dije sentándome en el mueble viéndolo a sus hermosos ojos cuales brillaban mas en las noches.

— Anda, dilo — repitió mientras soltaba una corta carcajada de sus perfectos y blancos dientes.

— Que no — volví a responder. El se salió de la piscina y se acerco a mi todo mojado, yo me quede viéndolo a ver que haría, el rápidamente se abalanzo encima de mi y sentí como sus dedos jugaban con mis costillas, cual hizo reírme demasiado.

— Dímelo — volvía a decir mientras movía mas fuerte sus dedos, yo casi ni respirar podía.

— Esta bien, esta bien — pude decir para que el se detuviera. El se incorporo, se puso en frente de mi y me miro fijamente.

— Eres un tonto — dije vergonzosamente. Realmente eso no era lo que quería decir, pero no iba a decirle una palabrota a mi jefe. El se quedo serio.

— ¿Me dijiste tonto? — dijo muy serio, yo asentí tímidamente. — Está despedida—dijo sin ninguna expresión en su rostro. — Lárguese de mi casa, ahora mismo — yo me quede perpleja, el me tomo del brazo cuidadosamente para que me parara y empezó a caminar conmigo. En vez de ir a la puerta los dos caímos intencionalmente a la piscina, salí a la superficie y la risa de Kendrick resonaba en mis oídos.

— Debía de ver su cara — yo respiré de alivio, y solté una carcajada igual que el.

— Me pegó tremendo susto — dije acercándome a las escaleras para sentarme allí, el se acerco a mi y se poso a mi lado.

— ¿Acaso piensa bañarse con su camisón? — preguntó divertido.

— Ya para que quitármelo si esta mojado, ya me bañare con el — dije entre risas a lo cual el se unió.

— Lo siento — Dijo mientras mordida levemente su labio inferior. Su cara mostraba una sensualidad que ni los modelos de bóxers, creo que esta piscina rebosara en agua.

— Esta bien — dije haciendo un gesto con las manos mientras desviaba mi mirada a otro lugar.

— ¿Como te has sentido? Digo, veo que bien porque hoy mostraste mucha energía escalando al t-rex — Dijo bajando la escalera para adentrarse más en el agua.

— Si — contesté haciendo fuerza en mi brazo derecho para sacar algo de músculo. — Usted no sirve, siempre se vivía resbalando, los niños iban mas lejos que usted — dije entre risas y echándole agua mientras el se reía.

— No se preocupe, volveremos a ir y yo ganaré — dijo haciendo la misma acción con el brazo, de sacar el músculo, pero a el le salió un músculo mas grande que mis muslos.

— Ja, si veremos — dije entrecerrando los ojos.

La noche se volvió perfecta para nosotros, pude conocer el Brad Kendrick amistoso, dulce y simpático, la persona divertida y que es un bromista dentro de ese cuerpo de hombre e imagen de empresario millonario, pero sexy cuando hace sus miradas y sonrisas, atrevido en la manera que habla, sobre todo juguetón, me encanta... simplemente  me encanta.

— ¿Que tal si vemos algo en la televisión? digo si te sientes bien, aparte mi primo dijo que podía ser por poco tiempo — preguntó mientras cerraba la puerta a sus espaldas del patio.

— De acuerdo — dije temblando del frío. El sonrío al ver como me abrazaba con la toalla, ya que tuve que dejar mi camiseta empapada afuera para no mojar la casa.

— Bien dame un segundo — dijo antes subir las escaleras rápidamente. Esperé un buen rato y después me pare en la alfombra de pelitos blanca. Vi una foto de Kendrick cuando se gradúa de kínder, luego de la primaria, luego de la secundaria y por ultimo la universidad, las cuatro fotos no podían ser mas hermosas, incluso sin la barba era hermoso, tiene una forma de la cara preciosa.

— ¿Tan feo era? — Dijo susurrando a mi oído cerca de mi persona. Mi corazón casi se me sale y mi grito por poco rompe los cristales, el solo se echo a reír.

— Me matará, algún dia lo hará — le dije mientras lo miraba fulminante pero con una sonrisa en la cara. Deje la foto donde la encontré, en la mesa de centro y vi que Kendrick se había puesto una camiseta de mangas largas y unos sweat pants grises, junto con unas medias. El dejo las mantas en el mueble blanco de la sala y me entrego algo de ropa.

— Te traje algo para que se cubra y no se enferme — me dijo sonriente, yo me sonroje.

— Pero yo podia hacerlo.

— Pero yo queria hacerlo— dijo con su voz sensual mientras me agarraba levemente el brazo, yo sonreí y me aleje para entrar al baño de visitas.

Entré y vi que me saco una camiseta blanca enorme, al parecer era de el, unos pantalones grises casi iguales, pero estos si eran míos, con unas medias nuevas super tiernas de dinosaurio. Sonreí automáticamente al recordar como me gustaron estas, estaban en la tienda de regalos del museo. Al parecer cuando dijo que iría al baño, no lo hizo.

Me sequé el pelo con la toalla un poco mas antes de salir, abrí la puerta y vi que el sillón le había pegado el otoman blanco para crear como una cama, la cubrió con las diferentes mantas blancas, el estaba arropado con una negra y al lado había una blanca con muchas caritas de mickey mouse negras, me quede mirándolo.

— Quiere que sea su melliza o  ¿que? — le dije riendo mientras abría los brazos y giraba lentamente para que el notara que teníamos casi la misma ropa. El se echo a reír.

— Le queda mejor a usted — dijo con su voz sensual, eso, eso me gusta. — Ven aquí — el palmo el lado donde estaba la manta de mickey para que me acostara, me senté allí y me quede mirándolo con una sonrisa de oreja a oreja. — ¿Que?.

— Me explica esto — le dije mientras subía mi pie. El se río, se sentó para tomarme el pie y luego lo haló haciendo que me moviera, mi pie quedo encima de sus piernas cosa que mi cuerpo quedara acostado en el sofá.

— Esto, se llaman medias, se utilizan para calentar los pies — me dijo haciéndome cosquillas causando que me riera.

— ¿Porque las compró? — le dije entre risas.

— Porque le gustaban y prometí tratarte como una princesa — dijo dejándome de hacer cosquillas, me tendió la mano para que me acomodara de nuevo. Me acomodé entre las mantas y nos pusimos a ver una película.

Al tiempo Nona nos trajo chucherías para entretenernos con la película, vimos la película completa molestándonos uno al otro, como me encanta su compañía.

— Aquí tiene, Dev— dijo caminando hacia mi con un vaso de agua y la pastilla que me recetó su primo, yo me la tome.

— Gracias— Dije mientras ponía el vaso en la mesa.

Nos quedamos viendo un show pero llego un momento que mis ojos se sentían pesados, acomode mi cabeza y automáticamente caí dormida.

Una ayudante para el sr. KendrickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora