Puede que...

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En multimedia Amanda Lewis.

***

-¡¿Qué hiciste que?!

Los ojos de Claudia lucen exaltados y sus mejillas sonrojadas.

-¡Pensaba que tus padres eran unos idiotas, pero ya veo que la estupidez es genética en tu familia!

-Claudia, cálmate.

Mi amiga para de dar vueltas para mirarme con desconcierto, yo solo continuo sentada en el edredón rosa de su cama observando como echa fuego por los ojos.

-¡No puedo calmarme!

De acuerdo, si sigue así el jardinero podrá ser capaz de escribir un enorme artículo de mi vida privada. Y eso que el jardín de la casa de Claudia no está nada cerca de su habitación.

-¿Sabes lo que tenías que decirle en ese momento? – Hace una pausa esperando a que conteste, pero no digo nada – ¡Que se vaya a otro lado con su maldita psicosis!

-Claudia, no puedo hacer eso. El necesita mi ayuda.

-¿Y por qué tienes que ser tú la que se sacrifique?

-¡No me estoy sacrificando! Quiero hacerlo.

Claudia deja caer sus hombros con resignación y se sienta junto a mí con desanimo.

-¿Por qué no puedes ser egoísta por una vez en tu vida?

Sonrió con humor y tomo sus manos.

-No tienes que preocuparte tanto, solo será un año. E igual tengo que casarme con él. Me sacare a mis padres de encima y Adam al suyo.

-Sabes que no tienes que hacerlo. No estás obligada. Puedes decir que no te quieres casar.

-Claudia, sabes cómo son las cosas.

-Si necesitas ayuda, un lugar para quedarte o dinero nos tienes a nosotros. No temas a revelarte ante tus padres, no estás sola Sofi.

No digo nada y solo me quedo observándola dándole a entender que no importa lo que diga, ya he tomado una decisión. El rostro de Claudia se descompone por unas fracciones de segundo. Había olvidado lo sobreprotectora que podía ser; pero no podía ocultarle esto a ella que es como mi hermana y siempre está ahí para mí.

-Bueno, si es lo que quieres lo acepto, pero no me pidas que no me preocupe – sonríe un poco – Eres mi mejor amiga. Espero que sepas bien lo que estás haciendo.

Vuelvo a sonreír para ella y la atraigo a mis brazos.

Claudia siempre ha servido como piso en cada una de las decisiones difíciles que he tomado en mi vida; así mismo he intentado estar ahí para ella, pero la verdad es que pocas veces me ha necesitado. A pesar de ser una chica loca por la moda, mi mejor amiga siempre ha tenido ese toque de determinación que necesitan las chicas rudas de las películas. Puede que en algún momento se haya pasado de la raya y que haya sido un tanto radical, pero nunca se ha arrepentido de sus actos y eso es simplemente digno de admirar.

Me suelto de sus brazos y arreglo un mechón de pelo que se desajusto de su melena cuando volví a ponerme en frente suyo.

-No estoy de acuerdo con lo que vas a hacer, pero sabes que puedes contar conmigo. Siempre.

Su postura de hermana mayor se hace presente, yo no puedo evitar reírme con todos los dientes y asentir enérgicamente.

¡Soy tan afortunada de tenerla!

Claudia ríe conmigo y empuja ligeramente mi frente con la punta de sus dedos provocando una leve carcajada en ambas. Dejo de reír y la miro detenidamente.

Comprometida con Adam [En corrección]Where stories live. Discover now