Despedida

669 49 10
                                    

Estoy sentada en la extensa mesa de mi casa, repleta de personas que comen y platican.

Jamás me había sentido tan incomoda en este ambiente.

Estoy realmente cansada de estar obligada a asistir a estas cenas. Lo único que iba a hacer menos tortuoso este evento era que los Hamilton también asistirían.

¡Y vaya decepción la que me lleve cuando solo vi pasar por la puerta al señor George y a la señora Marie, sin Adam!

Entorno los ojos al aire cuando el señor Bernard me pregunta por tercera vez si quiero patatas.

Estoy empezando a creer que tiene un serio problema de amnesia.

-¿Verdad que si Keyla, querida?

Mi madre me sonríe desde el otro lado de la mesa y yo le sonrió devuelta mientras asiento como en los viejos tiempo.

-Se los dije, no podría estar más ilusionada con su casamiento.

Y un cuerno Leyla.

Tamborilero mis dedos sobre la mesa, muevo la pierna y rasco mi cabeza con impaciencia.

Quiero que este día acabe.

Ha sido uno de los peores que he tenido en tiempos.

Vuelvo a recordar la forma en la que Colton posó sus labios sobre los míos enviando calidez a cada parte de mi cuerpo.

Joder...

Hago un movimiento rápido con mi mano y sin querer rompo una copa de vino, dejando caer el líquido sobre la mesa y mi fino vestido de diseñador.

-Lo siento tanto.

Digo en un susurro cuando notó la mirada de todos sobre mi.

-¿Estas bien?

Pregunta mi padre con suma preocupación.

-Si, lo lamento. Iré a cambiarme.

Me levanto de mi silla y antes de que los hombres que se encuentran sentados en la mesa hagan lo mismo los detengo.

-Por favor... no se levanten. Continúen con su comida.

Me alejo del comer tranquilamente y me dirijo a mi habitación. Estoy consciente de que debo de cambiar mi atuendo y volver al evento, pero en vez de hacerlo me desplomo sobre la cama, sintiéndome realmente agotada – Ni siquiera tengo hambre, en verdad no quiero está allá abajo –Exhalo exasperada y me arrastro un poco sobre la blanda superficie tratando de llegar hasta el celular que he dejado sobre mi cómoda para no molestar a la hora de la cena con su incesante sonido –Palabras dichas por mi madre, no por mi.

Como si fuera señorita popularidad.

Con desinterés desbloqueo el móvil y veo un sin numero de llamadas pérdidas de Adam.

¿Que habrá pasado?

¿A caso no estaba sepultado en trabajo como ha dicho su padre?

Debí de supone que era una mentirá.

Sin más que pensar marco el botón de llamar y esperó pacientemente a que me contesta.

Comprometida con Adam [En corrección]Where stories live. Discover now