Visitando a los Stein

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-¿Pero, como es eso posible?

La señora Eloise se levanta de su silla y da varias vueltas, a lo que yo solo dejo mis ojos pegados a la fina madera del comedor preparado por ella misma.

-Amor cálmate.

Rubén trata de intervenir ante su reacción, pero no funciona. Ella parece fuera de si.

-¿Como quieres que me calme Rubén? ¿Viste lo que están haciendo con está niña?

-Si Eloise, lo veo. Pero tienes que tranquilizarte.

-No es justo... muchos quisieran ser padres y estos dos tratando a su hija como excremento.

Rubén echa un vistazo hacia mi, yo lo miro a él también y siento como mis mejillas se calientan.

-Eloise, la estás avergonzando.

-Rubén, ¿crees que ella no sabe que lo que digo es cierto?

El señor Rubén no dice nada y Eloise cierra los ojos para intentar calmarse. Después de unos segundos toma asiento en la silla de antes.

-A lo que me refiero es que Keyla es una chica maravillosa, es aplicada, lista y no tiene ni una pizca de maldad. No tienen derecho a tratarla así. Ella merece a otra clase de padres.

Una lagrima rueda por mi mejilla.

-Pero son los que me han tocado.

-Tienes que decirle a la policía.

Mis ojos se abren de par en mi y niego rotundamente con la cabeza.

-No por favor.

Rubén se levanta de su silla y se sienta junto a mi.

-Keyla, lo que están haciendo tus padres puede ser penalizado. Tu madre ha abusado de ti física y psicológicamente más de una vez y tu padre te está utilizando como objeto de negocios. Es grave lo que te está pasando.

-Lo sé. Pero si lo vemos desde otro punto de vista... no tengo pruebas de que mi madre haya abusado de mí, siempre se comporta como una excelente madre en frente de los demás, en cuento a lo de mi padre, nunca ha puesto un arma en mi cabeza para que acepte el casamiento.

-Pero te presionaron, ¿que no lo ves?

La voz de Eloise suena desesperada, como si en cualquier momento fuera a levantarse y a sacudir mis hombros para que despierte.

Rubén se levanta de su silla pensativo, va hasta su esposa y deja un suave beso en su cabeza.

-Será mejor que vayamos a descansar. Por lo que nos contó Keyla ha tenido un día muy largo.

-Vale... Keyla, te he preparado una habitación. – Eloise se levanta y va hasta la salida del comedor – ven conmigo.

Imito su acción y me levanto para ir con ella.

La casa de los señores Stein es muy bonita. No es tan grande como la mía o la de Adam, pero tiene buenos espacios, además de ser realmente acogedora. Creo que está es la única vivienda que he conocido hasta ahora que me ha dando la impresión de ser un verdadero hogar.

-Adelante.

Dice Eloise empujando la puerta para dejarme entrar a una habitación de tamaño normal decorada de suaves colores pasteles con una enorme cama en el medio.

-Elegí está habitación porque tiene vista al patio. Imaginé que te gustaría. En el baño tienes toallas, en el pasillo está el armario de sabanas por si te da frío y...

-Gracias Eloise

Digo acercándome a ella. Eloise pone sus manos en mis hombros y me mira durante unos segundos.

Comprometida con Adam [En corrección]Where stories live. Discover now