Muy mala haciendo negocios

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Salimos de la casa de Claudia con nuestro ya acostumbrado silencio incomodo demasiado rápido para mi gusto. Asustada de la manera de manejar de Adam tomo el cinturón de seguridad y me lo coloco.

-Creo que lo más conveniente sería que me lleves a mi casa.

Adam me mira por primera vez desde que salimos de la casa de los Lewis, sus cejas están muy juntas y su expresión enojada.

-¿A tu casa para qué? No hemos comido.

-No tengo hambre Adam, déjame en mi casa.

-No.

Su respuesta es tan cortante que me sorprende.

-Adam, estás enojado y yo no tengo deseos de discutir.

-¿Por qué vamos a discutir? "Nena"

Esta última palabra la dice en un tono más grave, como si estuviera imitando la profunda voz de Colton.

-¿En serio? ¿Y se supone que tú eres el maduro aquí?

Adam echa un vistazo hasta mi asiento y vuelve su vista a la carretera. Yo me mantengo pegada del sillón sin mirar el millero o la ventana, para no ponerme más nerviosa de lo que ya estoy.

-Estoy siendo maduro. Te estoy llevando a cenar.

-Estás enojado.

-¡No estoy enojado! – Dice gritando – Bueno, puede que tu amiguito me haya sacado de mis casillas, pero no es nada. Como te dije anoche, no tengo que saber lo que haces ni con quien. Es tu vida.

Sus palabras se sienten como dagas y duelen mucho.

-¿Puedes bajar la velocidad al menos?

Vuelve a mirarme, pero esta vez su molesta cara se relaja y disminuye la velocidad.

¡Gracias al cielo!

Siento como mi corazón vuelve a su lugar.

-Lo siento Keyla, no quise asustarte.

Respira hondo y mira la carretera como si fuera la cosa más interesante. De nuevo nos sumergimos en un silencioso viaje con un cambio de ambiente.

Adam luce más relajado, así que suelto el cinturón de seguridad que había estado aplastando con mis manos y decido tranquilizarme también, es decir, obviamente no me llevara a casa, así que creo que esto será lo mejor.

-¿A dónde vamos?

-No tengo idea.

-¿Estoy teniendo un extraño deja vu o algo así?

Adam ríe sonoramente, la verdad no sé porque lo hace y no entiendo porque rayos me invitó a comer y si no reservo en ningún lugar.

-Keyla, no sé si te has dado cuenta... pero no soy la clase de chicos que planean las cosas.

Mi boca forma una perfecta "o" a modo de sarcasmo.

-¿No me digas? ¿Tú? ¿El que hasta ahora no ha hecho más que ser impulsivo desde que lo conocí? Nunca lo hubiese imaginado.

Adam vuelve a reír mientras juega con el guía de su coche tamborileando los dedos.

-Admito que he tenido un par de días malos.

-Parecen haber sido años.

El castaño sonríe mirando el cristal del frente y empieza a buscar una estación de radio.

-Tú relájate. Me aseguraré de que hoy la pasemos bien.

Un par de emisoras suenan en el esterio, mientras yo espero tranquilamente a que alija algo que pueda gustarme. tras unos largos segundos de silencio una melodía conocida suena por los parlantes , aplaudo como loca y señalo a la nada la canción del momento que me trae loca.

Comprometida con Adam [En corrección]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora