Debil

740 54 6
                                    

Llego a casa más tarde de lo normal sin ningún atisbo de cansancio.

No entiendo porque le llaman castigo a sentarse en un aula con estudiantes callados que utilizan su móvil como si se encontraran en el jardín de su casa, no es que yo haya hecho lo mismo que ellos, pues me pase las dos horas extras terminando de organizar apuntes y realizar deberes, pero igual me pareció una tontería todo el asunto. Pude haberme pasado, si hubiese querido, la tarde hablando por mensajes con Colton, aunque estuviera sentando a mi lado, como iniciamos en un principio cuando él puso todo su empeño para que no me sintiera "mal" por la manera de actuar de Claudia; o pude intentar preguntarle a ella que anda tan mal en casa, como para que este con ese humor de perros con el que me sorprendió esta mañana. Naturalmente descarte la última opción por miedo a que volviera a pasar lo mismo que había ocurrido un poco más temprano y termine deduciendo que para lo único que sirvió está dichosa experiencia fue para hacerme perder el tiempo y que el trasero me doliera por encontrarme tanto tiempo sentada.

Eh... a lo mejor esa es la verdadera sanciones.

Río para mí misma, mientras entro por la gran puerta de mi casa  y voy directo a las escaleras trotando mientras canto al ritmo de Bruno Mars específicamente la canción 24k magic, que no se ha saliendo de mi cabeza desde el primer momento en el que la he escuchado, y entro a mi habitación anhelando acostarme en mi cama para dormir hasta la hora de la cena.

Al momento de abrir la puerta con lo primero que me encuentro es con mi madre sentada sobre mi cama.

Me pasmo al encontrarla allí, observando desde su asiento las ventanas, como si no hubiese algo más interesante que ver a través de ellas las escasas nubes y el azul cielo que se muestran levemente sin levantarse de su lugar.

-¿Madre?...

Digo con duda y confundida por la extraña situación, a lo que ella voltea lentamente el rostro y me mira con ojos inexpresivos.

-Keyla... – Se levanta de la cama y camina hasta donde estoy – ¿Como estuvo tu día?.

Mis manos comienzan a temblar repentinamente, e inicio con una búsqueda exhaustiva de buenas excusas en mi cabeza que me ayuden a salir de este apuro sin que tenga que decir porque llegue dos horas más tarde de lo acostumbrado por haber estado en detención.

-Ha estado bien.

Digo con voz quebradiza mientras me introduzco un poco más en mi habitación y le doy la espalda para poder respirar e intentar calmar mis nervios.

-¿Ha pasado algo interesante?

Al escuchar esto me quedo rígida y cierro los ojos con pesar. No hace falta ser un genio para darme cuenta de que ella ya lo sabe todo.

Volteo para darle la cara y ponerle mi expresión más sufrida.

-Mamá, déjame explicarte lo que pasó...

Un fuerte golpe hace que mi cara de vuelta hasta la derecha, la mejilla me arde pero más que el dolor en mi pómulo lo que me rompe en mil pedazos es saber que mi madre me ha pegado.

-No voy a tolerar más está etapa de rebeldía.

Poso una de mis manos en el lugar que la firme palma de mi madre había golpeado sin dudar dejando la vista puesta en el suelo, mientras mis ojo se llenan de lágrimas que al rato comienzan a inundar mis mejillas.

-Tienes terminantemente prohibido ver a Colton y a Claudia.

Levanto la cabeza para dejar entreabiertos mis labios. No entra en mi cabeza que me esté castigando por una metida de pata, solo una... joder, nunca le he traído problemas y esta ida a detención no manchara mi récord. Abro la boca un poco más con un montón de cosas por decir, pero vuelvo a cerrarla por miedo a empeorar la situación.

Comprometida con Adam [En corrección]Where stories live. Discover now