¡Sera cretino!

960 61 20
                                    


-Keyla... keyla...

No remuevo mis audífonos al escuchar a Adam hablarme desde el otro asiento del aeroplano, simplemente me dedico a ignorarlo.

¿Por que no entiende que no me interesa hablar con el?

Vuelvo a escucharlo hablar y para que cierre la boca me quito uno de los tapones con molestia y le presto un mínimo de atención.

-¿Que quieres?

Adam levanta una de sus cejas y sonríe como si no hubiese usado un tono de exasperación para responderle.

-Ya llegamos.

Miro por la pequeña ventana que está a mi lado y compruebo lo que me ha dicho. Desde aquí puedo ver una pista de aterrizaje bañada de color blanco provocado por la nieve que ha de haber estado cayendo por días.

Inahalo sonoramente mientras cierro los ojos.

Me encanta este lugar, Amsterdam es perfecto para pasar las vacaciones. Cada año mis padres y yo viajamos aquí y pasamos año viejo en nuestra maravillosa casa de invierno. Cuando estaba más pequeña solía enojarme cada vez que subía a un avión y me alejaba de mis amigos para venir aquí y pasar las vacaciones navideñas sola o rodeada de gente mayor. Pero luego aprendí que era el lugar perfecto para escapar del mundo. En esta época las personas no suelen estar fuera todo el tiempo, el frío insoportable no lo permite, lo que hace que tenga las mayorías de los museos y lugares turísticos prácticamente para mí y las demás personas que aman el arte. He perdido la cuenta de las veces que he ido a visitar la casa de Ana Frank o el museo de Van Gogh, sin embargo sigo viniendo cada año a disfrutar de lo que este mágico lugar me pueda contar y me encanta.

Me fascina haber vuelto, lo único que hace que todo cambie y que mi felicidad se empañe un poco es el hecho de que no haya podido despedirme de mis mejores amigos y que mis padres, el señor George y Marie hayan decidido parar a resolver algunos asuntos de negocios en San Peterburgos, lo cual implicará que se queden un par de días por allá y que me dejen sola con Adam.

-Te gusta mucho este lugar, ¿no?

Abro los ojos evitando mirarlo, quito mi cinturón de seguridad y me levando para bajar del avión.

-Keyla, por favor.

Aprieto la mochila, con la que salí de la escuela y que aún poseo, a mi cuerpo y camino más rápido hasta que una fuerte mano me toma del brazo y provocan que choque con un pecho firme.

-Déjame explicártelo. No es lo que crees.

-Suéltame, Adam.

Digo con un evidente tono de advertencia. Siento como sus dedos queman en mi brazo y solo quiero que los retire para poder ponernos a una distancia prudente.

-Escúchame, por favor.

Adam pone su frente en la mía. Mantengo mi posición rígida para que no se de cuenta del temblor de mis piernas y de lo acelerada que está mi respiración, no pienso ceder.

-Te dije que me sueltes.

Digo muy bajo pero de manera decidida. Adam me mira con la desesperación colada en sus ojos y floja su agarre lentamente para luego dejar caer su cabeza con resignación. Cuando siento que soy libre doy dos pasos atrás en el pasillo del jet de manera ligera.

-No vuelvas a tocarme.

Digo antes de voltearme y continuar mi camino hasta la salida más afectada de lo que debería.

¿Por que tiene que hacerme sentir así?

Cuando salgo del lugar que me tenía encerrada y me paro en la escalera que se encuentra apoyada del avión me doy cuenta de lo poco abrigada que me encuentro. El frío se cuela por cada pedazo de tela faltante de mi cuerpo, llevo unas medias largas debajo de mi falda, pero aún así la vestimenta no es adecuada para la baja temperatura que me rodea – Si tan solo hubiese cambiado mi atuendo en el avión; pero es que estaba tan molesta que ni siquiera pude pensar en lo que me iba a esperar cuando llegara aquí portando solo mi uniforme escolar – Suelto el moño con el que he estado viajando para cubrir mi cuello y meto mis brazos por la chaqueta de la escuela, esperando con eso no congelarme, pero es inútil, el clima de aquí no se compara con el de Hartford.

Comprometida con Adam [En corrección]Where stories live. Discover now