Capítulo 19.

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Woo Hyun dejó ir sus dedos por la fina piel del antebrazo de Sung Kyu, el cual había caído finalmente dormido a su lado, tras aquel breve, pero satisfactorio orgasmo mutuo.

El joven del cabello dorado se permitió observarle en silencio, atento a su respiración, al suave subir y bajar del pecho del chico. Y recordó lo mucho que le había extrañado durante todo aquel año. Los irrefrenables deseos por verle, la cantidad de veces que escapó de la Academia Dissander y fue a verle, oculto entre los jardines de la casona del viejo Kim, siempre ante el peligro constante de ser descubierto por la guardia de Sung Kyu. Pero ni siquiera eso lo disuadía, porque podía verlo. Lejanamente, inalcanzablemente, pero podía verle. Y él sólo quería eso.
Woo Hyun recordaba bien como se habían dado las cosas entre ellos. La primera vez que había visto al joven cazador, en los bosques que rodeaban a la Academia Dissander, bosques que Woo Hyun conocía y que, sin embargo, aún temía. Y recordaba al enorme ogro que casi lo mata, de no ser por la oportuna aparición de Sung Kyu. No había ogros en aquel bosque, pero tampoco había cazadores. Y toparse con las dos cosas el mismo día podía ser considerado como mala suerte en su estado más puro, por lo menos para un joven licántropo como lo era él.

Un cazador...

Sólo que Sung Kyu no era nada como se había imaginado a aquellos hombres. Sung Kyu era amable, gentil y muy atractivo. Y además le había salvado la vida.

Woo Hyun no podía definir el momento exacto en que se había enamorado de él, aunque bien pudo ser desde aquella primera vez que lo vio. Cuando todo había cambiado para él. Sung Kyu ya no sólo era su amigo, sino de toda la Academia Dissander, aún si la directora no confiaba en él por completo, Woo Hyun sí. Y Hoya y L no tardaron mucho en imitarle. Recordaba incluso aquella única vez en que había llevado a Sung Jong para presentarlo a todos. Y recordaba la forma en que el menor miraba a Sung Kyu, esa adoración, ese sentir que podría morir si su hermano se lo pedía...

Woo Hyun soltó un momento a Sung Kyu, buscando una sábana para cubrirle. Su Sung Kyu.

Le había besado el primero. En el bosque. Claro que después se había disculpado, pero Woo Hyun no quería una disculpa y había tirado de él para besarle a su vez.

Y todo era como un sueño hasta la tarde en que Woo Hyun lo llevó a la pequeña cabaña que había hecho para ellos, consciente de lo que el Gremio de Sung Kyu opinaba sobre la naturaleza de su relación. Y había sido entonces que Sung Kyu se lo había dicho, sus motivos para acercarse a él. Pero que, pese a todo, le amaba. Y Woo Hyun también le amaba. Ya no concebía su existencia sin Sung Kyu.

Y ese día habían hecho el amor por primera vez. Sung Kyu se había entregado a él como una forma de demostrarle que su amor era real.

¿Qué había ocurrido después de eso?

Woo Hyun sólo veía a Sung Kyu. Y su felicidad, su egoísmo. Porque no quería que fuese el Maestro, no quería compartirlo con nadie. Ni con ese Hee Chul que tanto le escribía, ni con Sung Jong, ni con el resto de sus seguidores y amigos. Pero sobre todo Woo Hyun no quería compartirlo con el Segundo. Y ese era un tema del que Sung Kyu se negaba terminantemente a hablar. ¿Quién era el Segundo? ¿Por qué Sung Kyu lo consideraba tanto?

Y un día lo vio llegar deprimido y cabizbajo. Woo Hyun sabía que Sung Kyu no tenía pistas sólidas sobre el asesino, sin embargo no era esto lo que le tenía deprimido, sino otra cosa.

—Me han acusado de traición.

—¿Quienes?

—El Gremio —y Sung Kyu se había dado la vuelta para marcharse —pero no te preocupes, el Segundo lo ha arreglado todo.

Woo Hyun se llevó una mano a la frente, recordando todo eso. Todo lo que no podía contarle a Sung Kyu. Y menos su última noche juntos, cuando habían estado en la cama hasta el amanecer.

Academia Dissander Where stories live. Discover now