Capítulo 38.

1.1K 212 23
                                    

Sung Kyu tomó una pequeña pistola de la habitación de Sung Jong, con Woo Hyun detrás de él. Ignoraba en donde su hermano guardaba el resto de su armamento, pero dadas las circunstancias no podía preguntarle. Y tampoco podía interrogar a Sung Yeol al respecto, el más alto seguro que lo sabría.
—Creí que los elfos eran sus aliados.
Comentó Woo Hyun, aún detrás de él mientras Sung Kyu iba al vestíbulo, escuchando las voces lejanas de los estudiantes tomando clases en las aulas.
—En teoría así es, pero si no han traicionado...
Kim tiró de la manga de su suéter, revisando su reloj de mano. Pasaban de las doce del día. Vaya si el tiempo transcurría deprisa cuando te divertías. O presenciabas un intento de homicidio. O estabas a punto de ser la víctima de uno. Casi deseo ser el Sung Kyu amnésico de antaño. La ignorancia, ciertamente, era una dicha.
—Volveré antes del anochecer. Asegúrate de mantener a todos dentro de la Academia, supongo que les contaras lo de la directora —indicó Sung Kyu—. Aún tengo que ponerme en contacto con los otros miembros del Gremio y recuperar la casa del abuelo, pero mientras más rápido termine con todo este lío será mucho mejor para todos.
Pero Sung Kyu sabia que todo eso también incluía su relación con Nam. Lo amaba y no quería dejarlo, pero tampoco podía dejar de lado sus responsabilidades. Había tanta gente que dependía de él...
—Quiero ir contigo.
Lo saco de sus pensamientos la voz de Woo Hyun.
—No.
—¿Por qué? Ese bosque esta lleno de cosas extrañas. Y si los elfos te han traicionado... podría ser peligroso.
—Soy un cazador, Woo Hyun. Tengo entrenamiento.
—Pero has estado inactivo durante más de un año. ¿Crees que podrías contra lo que fuera allá en el bosque? ¿Y los vampiros?
No podía negar que el rubio tenía razón. Había sido un año desperdiciado. Claro que en sus planes tenía a Sung Jong con él, ayudándole, pero su hermano...
Sangre de vampiro.
—Woo Hyun...
—Por favor, Sung Kyu.
—Sabes que podría ser peligroso.
—No me importa.
Sung Kyu suspiro, tomando la mano del rubio, sintiendo su suave y tibio contacto.
—Me obedecerás en lo que diga, ¿de acuerdo?
—Si no me pides que huya y te abandone, esta bien.
—Como si acaso fueras a hacer algo así.
Se sonrieron durante unos segundos, sin soltarse de las manos mientras abandonaban la Academia, sin informarle a nadie de su empresa. Después de todo no tardarían en volver. A lo mucho un par de horas fuera.
Pero las cosas no fueron tan fáciles como Kim habría pensado. Contrario a la vez anterior en que Sung Kyu había entrado al bosque y se había topado accidentalmente con ellos. Sin embargo, en aquellos momentos...
Anduvieron durante horas sin un rumbo fijo, Kim pensando en que aquello era como entrar en una máquina del tiempo, llegando a cuestionarse si no estarían perdidos.
—No suelen mostrarse fácilmente de día.
Dijo Sung Kyu sin dejar de caminar, con Woo Hyun por detrás de él.
—¿Sabes? Siempre me pregunte como era que conocías este bosque tan bien. Yo me crié en la Academia Dissander y nunca había venido antes de conocerte.
—Es curioso, porque fue aquí donde nos conocimos, ¿cierto?
Nam suspiro. Recordar esos días era lo único que lo mantenía durante los días en que no tuvo a Sung Kyu a su lado. No le importaba nada más que Kim. Y a veces se preguntaba que tan correcto era su amor por el otro.
—Sí. Fue aquí —Woo Hyun tiró de él para obligarle a detener—. Hay algo que he querido preguntarte desde que recuperaste la memoria.
—¿En este momento? Woo Hyun...
—¿Me odias?
Sung Kyu frunció el ceño, mirándole con desconcierto.
—¿Por qué haría tal cosa?
—Porque asesine a tus padres y...
—Yo te lo pedí. Su muerte era necesaria.
—Y casi te mato a ti.
Kim se quedó inmóvil, con el recuerdo demasiado fresco de esa nefasta noche. La noche del "accidente". Los colmillos de Woo Hyun, su pelaje dorado, sus fieros gruñidos, su irracionalidad... Esa fue la primera vez que vio a Woo Hyun en fase. Y fue también la primera vez que estuvo a punto de morir a manos de un hombre lobo. Porque justo después de asesinar a sus padres Woo Hyun se había lanzado contra él.
—No eras tú.
—De hecho, Sung Kyu, ese era exactamente yo. Te hubiera matado de haber podido.
—Pero no lo hiciste.
Y Sung Kyu tomó el rostro del rubio entre sus manos, intentando calmarle.
—Porque yo...
—Porque fuiste tú, el verdadero tú; y no lo hiciste.
Sung Kyu podía recordar. Al huir de Woo Hyun había tropezado y caído, golpeándose la frente con una roca, quedando a merced de su amante. ¿No había pensado en lo irónico de todo? En haber confiado en Nam y que al final este... pero Woo Hyun había recobrado el raciocinio y había recuperado su forma humana. Sung Kyu recordaba su llanto al verle ahí, sangrando, asustado. Y el hecho de pensar que el prefecto era mucho más poderoso de lo que él pensaba.
—Si te hubiera matado...
—No pienses en eso, Hyunnie.
—Es que durante meses sólo pensé en eso. Pensaba en ti, en coma, en mi imposibilidad de verte. Y me odiaba. Porque pudiste haber muerto a causa de mi... de mi debilidad. De mi ineptitud. Y ahora... Si yo fuese como Jong Hyun, si pudiese controlarme...
Y Sung Kyu lo abrazo, herido ante las palabras del otro, jurándose que no iba a dejarlo. Así rompiera las reglas, así perdiera al Gremio, no iba a dejar a Nam Woo Hyun. No iba a ocasionarle más dolor.
—No dejaré que nadie te lastime, Sung Kyu.
—Gracias.
Repuso el mayor, rozando sus labios con suavidad, mientras él se prometía a si mismo que no dejaría a nadie herir a Woo Hyun, protegerlo en contra de cualquier cosa.
Y entonces el crujido de las ramas los hizo girarse, aun en brazos del otro.
—Kim Sung Kyu.
El mencionado conocía al recién llegado. Era un elfo viejo, con la piel negra y las orejas de murciélago caídas. Sus ropas eran harapientas y sus ojos se veían blancos. Y Sung Kyu recordó ese detalle. Se llamaba Drey y estaba ciego.
—Estoy buscando a los tuyos.
Repuso Sung Kyu, soltándose de Woo Hyun, quien de inmediato le siguió.
—No les busque más, Joven Maestro. Ellos no quieren ser encontrados.
—Me han traicionado.
—Ellos sólo han escogido servir a un Maestro diferente.
Repuso el anciano, llevando una mano hasta el bastón de madera con el que se apoyaba.
Y Sung Kyu lo entendió todo. Sus sospechas, las palabras de Jong Hyun... ¿A quien había jodido lo suficiente como para buscar venganza?
Tengo la ligera sospecha de que Hee Chul esta traficando con sangre de vampiro.
Y el destierro voluntario de su primo. Transilvania. Vampiros.
—Tú sabes que lo que él les ofrece es imposible —atajo Kyu —tenemos tratados con ellos. No pueden mostrase al mundo. Los humanos... La historia ha demostrado que los humanos no están listos para tratar con ellos. Los cazaran uno a uno.
—Desde su perspectiva ustedes ya lo hacen.
Sung Kyu no supo como responder a eso, porque tenía razón. Ellos... los cazadores. Más allá de la Academia Dissander, ¿alguna vez les habían dado la oportunidad de...? Pero sabía que no. En lo absoluto.
—¿Por qué estas aquí?
Habló Woo Hyun.
—Soy demasiado viejo y ellos me han dejado atrás. Sólo me queda esperar mi muerte.
—Puedes venir con nosotros a la Academia...
—La muerte se sembrara muy pronto en ese sitio.
Replicó el elfo, con la cabeza hacia abajo. Y esto alerto a Sung Kyu.
—¿Qué es lo que sabes?
—Sólo soy un elfo viejo y ciego. No sé más allá de lo que escucho, pero ellos están aquí.
—Los vampiros.
Pero el anciano no respondió nada más, se dio la vuelta y se marcho, con un andar tembloroso y lento.
—Tenemos que regresar a la Academia ahora.
Dijo Sung Kyu, tomando la mano de Woo Hyun con fuerza, pero el otro tiro de él, deteniéndole mientras miraba el cielo.
—Es demasiado tarde.
Y Sung Kyu miró: el sol ocultándose lentamente, dejando a la oscuridad reinar.

Academia Dissander Donde viven las historias. Descúbrelo ahora