Capítulo 34.

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Jong Hyun no puso la menor resistencia mientras Woo Hyun y Myung Soo le llevaban a las mazmorras. No tenía intenciones de huir, aún si no tuviese la plata sobre él. Lo único que quería era sacar a Ji Soo de ahí. Su hermana era la más inocente en todo eso. En cambio su madre... era un arpía sin corazón. Era cierto que había cuidado de Ji Soo sin ser su hija biológica y que juraba y perjuraba amarla, pero Jong Hyun sabía que era mentira. Porque Ji Soo tenía sangre de cazadora y pronto fue reclamada por el Gremio. Y el hombre lobo autentico vio salir a su verdadera madre, libre de aparentar. Libre de abusar de la confianza de la directora.
La directora...
La única mujer que le dio amor sincero. Y no sólo a él, sino a todos los niños desamparados. Cada uno de los estudiantes de la Academia Dissander tenía su historia. Pero a Isabelle no le importaba. Ella los cuidaba a todos por igual, dándoles un techo, amor, cariño, educación y esperanza. Y si a veces la vida era difícil en el sitio, con las reglas y las prohibiciones, pero todo se compensaba con el hecho de estar vivos.
El Gremio supervisaba la Academia.
El Gremio...
Ese nido de ratas. Ese nido de asesinos. Y no sólo de licántropos, sino de niños. Su madre... Jong Hyun sabía lo que hacia su madre con los niños enfermos. Sabía que los hombres eran vendidos como bestias de carga, usados hasta su muerte; y las mujeres eran vendidas como esclavas sexuales, sin importarles si eran menores de diez años.
¿Y que había hecho Jong Hyun al enterarse?
Nada. Porque no era su asunto. Él no era una mejor persona que ellos.
Hasta que se metieron con Ji Soo.
—Entra, Jong Hyun.
Ordenó Woo Hyun, señalando "el agujero". Un sito bajo tierra. El peor sitio para ser encerrado. Nada que ver con las celdas reforzadas donde se metían cada luna llena.
—¿Qué piensan hacer con Ji Soo?
—Lo que Sung Kyu decida.
—Ella es problema del Gremio —intervino Myung Soo —no nuestro.
Jong Hyun sabía del odio que le tenía Myung Soo a los cazadores. Y no era el único, aunque la mayoría de los estudiantes le tenían miedo. Sabían lo que pasaba con aquellos que rompían las reglas.
Jong Hyun no replicó, bajando por la escalerilla, para segundos después ver a Woo Hyun correr la puerta enrejada.
—Más tarde alguien vendrá a darte comida.
Informó Nam con voz inexpresiva. Y Jong Hyun sintió lastima por él.
—Como digas.
—¿Por qué, Jong Hyun?—. Habló el rubio, sin aparentes intenciones de marcharse—. Éramos una familia. ¿Y Ki Bum? Creí que ustedes dos...
—Jamás lo entenderías.
Jong Hyun tuvo un pequeño dolor en el pecho.
Key.
Pero a veces uno debía renunciar a lo que amaba por algo que amaba. Woo Hyun jamás podría entenderlo, pero sabia que Sung Kyu sí.
—Pero una cosa, Woo Hyun: no te fíes demasiado del Gremio. Ellos aquí son los verdaderos malos.
El prefecto de cabellos dorados lo observo por encima con el ceño fruncido, pero no alcanzo a decir nada. La voz del cazador ese, Choi Min Ho les llego desde lejos. Sonaba agitado y Jong Hyun supo que las cosas se habían "complicado".
Woo Hyun y Myung Soo se fueron, dejándole solo, en la oscuridad de aquel sitio, con sus heridas, pero no importaba.
No se arrepentía de nada. Había matado más por gusto que por obligación. Su instinto se lo había ordenado. Y ahora... sólo necesitaba una oportunidad. Sacaría a Ji Soo del sitio, la pondría a salvo y después... pero eso ya daba igual.
Y Jong Hyun suspiro.
Había algo que hubiese deseado decirle a Sung Kyu, sólo para ver su expresión.
Hubiese deseado decirle al nuevo Maestro que él sí conocía al Titiritero y que este se hallaba en la Academia Dissander.

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