Academia Dissander

Capítulo 45.

Ji Soo se dio prisa en detener la hemorragia de la pierna de Sung Jong, mientras Mi Joo miraba por detrás de ella, con el ceño fruncido. Sabia que la joven cazadora tenia algunos conocimientos de enfermería, cosa que ella no poseía.
—Necesita atención medica.
Expuso Ji Soo.
—¿La enfermera?
—No.
Pero Ji Soo prefirió no pensar en su "madre".
—¿Tae Min?
Mi Joo confiaba en el chico, era el único que no era licántropo y aún así seguía con ellos. Sabia que la directora planeaba enviarle a la escuela de medicina. Pero pensar en la directora dolía, tanto como...
—¿Mi Joo?
La llamó Ji Soo, con la preocupación en su rostro.
—Perdón. ¿Dijiste algo?
—Lo lamento —susurró Seo desde el sitio, sin soltar la herida de Sung Jong—. Todo esto es culpa mía. Si hubiese detenido antes a Jong Hyun, yo...
—No es ti culpa.
—Lo es, yo fui tan cobarde, tan...
Mi Joo se arrodilló a su lado, tomándola del rostro.
—Fue culpa de Hee Chul, ¿lo entiendes? No tuya—. Ji Soo no pudo evitar enrojecer ante la cercanía de la chica—. Espero que Sung Kyu lo mate.
—Sí.
Mi Joo dudó un segundo, no muy segura. La chica estaba indefensa, con las dos manos conteniendo la hemorragia de Sung Jong, pero había estado tan cerca de perderla a manos de esos vampiros...
Si ella se hubiese transformado hubiese podido protegerla.
Y el recuerdo, la sensación.
Esa noche habría luna llena.
—¿Mi Joo?
Se extrañó la chica perteneciente al Gremio, mirándola con curiosidad.
—Iré a buscar a los demás.
—Podría ser peligroso.
Replicó Ji Soo, mirando el cadáver del vampiro decapitado. No tenia la menor duda de que Sung Jong era quien lo había hecho.
—Llevaré esto.
Y Mi Joo tomó la daga de plata, apenas tomarla la piel de sus dedos comenzó a quemarse y tuvo que soltarla.
—Mi Joo, ¿estás...?
—Esto bien. No es nada, pero supongo que no podré llevarlo.
Intentó sonar despreocupada. Necesitaba hallar a Ho Won y Myung Soo. Ellos sabrían donde estaba el resto. Si era que ellos no... pero debía mantenerse creyendo que estaban vivos, que Hee Chul estaba vivo. Ya estaba visto que Sung Jong no era ningún traidor.
—Si algo te pasa...
Empezó Ji Soo, pero Mi Joo no la dejó terminar, llevando sus labios hasta los de la joven, haciendo lo que venia deseando desde hacia tiempo. Fue un beso suave, dulce, uno que no exigía nada, pero que transmitía todos y cada uno de los sentimientos que le profesaba a Seo.
—Estaré bien. La Academia Dissander es mi hogar.
Y le alboroto el cabello antes de ponerse de pie.
Ji Soo la miró con los ojos muy abiertos.
—Mi Joo.
—¿Qué?
—Me gustas.
—Lo sé.
Y la altanera y hermosa mujer lobo se marchó.
Ji Soo sonrió a medias, avergonzada.
—¿Sung Yeol?
La hizo sobresaltarse la voz de Sung Jong.
—¿Estás...? ¿Tú...?
—¿Yeollie?
Y notó que mantenía los ojos cerrados, su mano buscando en la nada.
—Ya viene. Tranquilo. Sung Yeol ya viene.
Pero Sung Jong se quedó inmóvil de nuevo. Ji Soo miró a su alrededor. Se había preocupado por Mi Joo, pero no había pensado en lo que haría si los atacaban a ellos. Tal vez podría... Pero no fue algo que tuvo que considerar mucho tiempo. Mi Joo, Myung Soo y Tae Min aparecieron unos minutos después.
—Sung Jong.
Myung Soo apartó a Ji Soo de un empujón, pero a su vez fue apartado por Tae Min.
—Ha perdido mucha sangre. Necesita una transfusión.
—Yo lo haré —saltó Myung Soo al momento—. Le daré toda mi sangre de ser necesario.
—No puedes.
Gruñó Ji Soo, acercándose un poco.
—¿Que dices?
Y la mirada del prefecto era aterradora, aunque Ji Soo fue capaz de mantenerse.
—Eres un hombre lobo, si le das tu sangre...
—Podrías contagiarlo.
Terminó Tae Min con suavidad.
Myung Soo soltó un gruñido. No quería eso. Amaba a Sung Jong como era. Jamás había considerado siquiera en pedirle que cambiase.
Se volvió hacia Ji Soo.
—Entonces dale tu sangre.
—¿Y Sung Kyu y Sung Yeol?
Se interesó Tae Min, sin darle oportunidad a Ji Soo de responder. El chico se mantenía serio, aunque tenia una mancha enorme de sangre en la pierna, pero no parecía suya.
—Sung Kyu esta...
—Aquí —habló el legitimo Maestro del Gremio, con la mano de Woo Hyun fuertemente entrelazada —limpiando la porquería. Hee Chul ha muerto.