Capítulo 53.

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¿Había hecho lo correcto al dejar a Sung Jong?
Esa era la pregunta que rondaba por la cabeza de Myung Soo mientras él y el resto de alumnos y profesores terminaban de hacer los preparativos para esa noche. Esa larga y oscura noche. El joven de facciones perfectas podía sentir los escalofríos de anticipación recorrer su cuerpo desde la cabeza hasta los dedos de los pies. La transformación nunca sería algo de su agrado y después de tantos años dudaba que en algún momento fuese capaz de acostumbrarse.
Un numeroso grupo de estudiantes se había mostrado entusiasmado con la idea de participar en el combate, sin embargo Myung Soo sólo les había permitido estar presentes a los mayores de quince años. El resto tendría que ir a las mazmorras, a seguir el mismo patrón de cada luna llena. De igual forma se habían encargado de bloquear puertas y ventanas. Con un esmero tan impresionante que hacia a Myung Soo preguntarse porqué no pondrían el mismo empeño en los estudios o en mantener la disciplina.
Ya sólo quedaba esperar que las cosas resultasen bien y después… después tendrían que empezar desde cero. La directora ya no estaba y Woo Hyun… pero Myung Soo era consiente de que era preferible no pensar más en ese traidor.
El prefecto miró hacia la nada, mientras un grupo de chicos se preguntaban entre si por Nam, pero nadie lo sabía. Quizás cuando la batalla terminase tendría el valor de hablarles de él. De Woo Hyun y ese amor imposible que lo había trastornado desde hacia tiempo.
Amor…
¿Qué clase de persona se era cuando se dejaba consumir por él?
Sung Jong…
Myung Soo intentó apartar su recuerdo, borrar esa dulce sonrisa de su mente. Quiso dejar atrás todo lo que Sung Jong significaba para él. Y todo lo que seguiría significando. En cierta forma podía decir que entendía a Nam, pero… ¿podría él dejar a su familia por Sung Jong? Quizás Sung Yeol fuese capaz de eso, así como era más capaz de protegerlo. Quizás él… quizás ellos…
Myung Soo negó con la cabeza. No valía la pena seguir atormentándose con esos pensamientos. Ellos eran Cazadores, matarían a Jong Hyun y volverían a su Gremio. Nunca volvería a verlo. Ya nunca volvería a escuchar su voz, nunca volvería a besarlo, nunca volvería a recorrer su blanca piel con sus manos, nunca volvería a hacer el amor con Sung Jong. Tendría que conformarse con amarle desde lejos.
Vio a Mi Joo correr por el vestíbulo a toda prisa, con el rostro pálido. Se suponía que estaba pasando lista de los alumnos.
—Myung Soo, que bueno que te encuentro.
—¿Qué ocurre?
—No encuentro a Tae Min.
—Debe estar en las mazmorras.
Aunque siendo el único humano normal en la Academia solía quedarse en su habitación durante la luna llena, a riesgo de que alguien pudiese escapar y le encontrase.
—He hablado con Kei, pero no está ahí —y la hermosa joven se pasó una mano por la frente—. Key tampoco está.
—¿Key?
—He ido a su habitación y… se ha ido. Y estoy segura que Tae Min se ha ido con él.
Myung Soo se quedó en silencio durante algunos segundos. Era un verdadero problema cuando los alumnos desertaban. Todos sabían lo que el Gremio hacia con ellos, pero Ki Bum… era un buen chico. No tenía las mejores calificaciones y solía saltarse clases, pero… y algo terminó de encajar.
—¿Quién era el chico con el que Key salía?
—Jong Hyun —Mi Joo abrió los ojos de golpe —oh Dios mío. Key ha ido a buscarlo.
Myung Soo la tomó del brazo, apartándola del resto de los alumnos.
—No es necesario iniciar una crisis por esto. Ya estamos bastante alterados.
—Lo sé —Mi Joo se mordió el labio inferior —. Woo Hyun y los otros no saben que…
Y la joven calló, bajando la mirada, con las manos temblándole ligeramente.
Woo Hyun y los otros…
Sung Jong.
Aquello fue suficiente para que el corazón de Myung Soo se acelerara. Sung Jong podría estar en peligro. Y tenía la pierna herida. No sería capaz de huir. Joder, ¿en que estaban pensando todos esos idiotas cuando lo dejaron ir así? ¿En que estaba pensando él mismo cuando no lo impidió?
—Alguien tiene que advertirles —siguió Mi Joo —quizás sigan cerca. Yo puedo…
—No —Myung Soo la tomó de la mano—. Yo lo haré. Tú ve y busca a Hoya, explícale lo que pasa. Y que nadie más salga de aquí.
—¿Qué harás si la luna te alcanza?
—Correr lo más lejos que pueda de ellos.
Y Myung Soo se marchó, escabulléndose por la puerta trasera, la única que todavía no era bloqueada. Sabía que no tenía que hacerlo, pero también sabía que no podía dejar las cosas así. Había dejado a Sung Jong, pero no podía permitir que algo malo le ocurriera.
Su olfato como humano no se comparaba al de su forma lobuna, pero era lo suficientemente potente para poder seguir el rastro de Sung Jong. Conocía su aroma a la perfección. Nunca iba a poder olvidarlo.
Y por eso, cuando se internó en el bosque y el olor de la sangre llegó hasta él le fue imposible no entrar en pánico. Porqué había sangre de Sung Jong ahí. Y de Woo Hyun y de Tae Min. Lo que había ido a prevenir… ya había ocurrido, pero, ¿que era lo que Ki Bum había hecho exactamente? ¿Su amor por Jong Hyun lo habría cegado al grado de… matar?
—Suéltame, Sung Yeol —le llegó entonces la voz de Sung Jong, junto al ruido de pasos y ramas rotas—. No me iré de aquí.
—Escuchaste las ordenes de Sung Kyu.
—Sung Kyu está mal de la cabeza. Está trastornado. Y las reglas dicen… dicen que en caso de eso… el Segundo tomará su lugar y…
Se escuchó un fuerte crujido y Myung Soo echó a correr, llegando a tiempo para ver a Sung Yeol sobre Sung Jong, manteniéndolo inmóvil contra el lodo.
—Me da exactamente igual lo que digan las estúpidas reglas —gruñó el chico alto —no voy a dejar que algo te pase. Te amo, Sung Jong y me moriré si… si yo…
—Sung Yeol.
—Prefiero que se mueran todos los del Gremio y la Academia antes que tú.
—Que cosa más horrible has dicho.
—No me importa.
Sung Yeol se incorporó, tirando de Sung Jong de nuevo, tratando de obligarle a seguir, pero entonces sus ojos se toparon con la silenciosa figura de Myung Soo, quién les miraba con los puños crispados. El prefecto no podría decir si era por la rabia ocasionada por las crueles palabras del Cazador o si era por los celos de verles juntos.
—¿Qué haces tú aquí?
—Estoy buscando a Key.
—Debí saberlo —Sung Yeol soltó el brazo de Sung Jong, buscando su arma—. Todos ustedes, asquerosos perros, están metidos en todo esto. ¿Qué pretendían? ¿Derribar el Gremio?
—Yeol, no.
Sung Jong trató de incorporarse y miró a Myung Soo, a unos metros de él. Estaba ahí. ¿Por qué?
—Haré lo que Sung Kyu debió haber hecho. Te mataré y después mataré a Woo Hyun. Todos ustedes…
No pudo terminar. Sung Jong le había disparado en la pierna con la pistola tranquilizante antes de que el alto terminase su discurso. Sung Yeol se desplomó sobre las hojas muertas. Y todo quedó en silencio.
—Lo siento.
Murmuró Sung Jong, tratando de levantarse de nuevo.
—Sung Jong, yo…
—Ki Bum ha matado a Min Ho —explicó el Segundo brevemente, rodeando el cuerpo inerte de Yeol para tirar de él y sacarlo del camino —Sung Kyu ha matado a Tae Min. Ki Bum huyó, pero mi hermano y Ji Soo fueron tras él.
—Notamos su ausencia y pensamos…
—A veces… a veces hacemos cosas por amor que… nos superan.
Y Sung Jong limpió su rostro con la manga de la chaqueta, notando un poco de sangre. Debió cortarse con alguna rama.
—Jjongie…
—Sé que no tengo derecho a pedirte nada, pero —Sung Jong lo miró de forma suplicante —no quiero perder a Sung Kyu. Por favor, libera a Woo Hyun. Sé que él…
—Woo Hyun no puede vencer a Jong Hyun.
—Sí Sung Kyu lo ayuda, podrá. Sé que juntos…
—Lo haré.
Y lo hacia porqué creyera que era cierto, sino porqué era lo que debía hacer. Por Sung Jong, pero también por Woo Hyun.
—Gracias.
Myung Soo lo miró un minuto más, con Sung Yeol sobre sus piernas y el rostro sucio y lloroso. Y descubrió lo estúpido que era al pensar que podría olvidarle. Lo ingenuo que había sido al creer que sería capaz de hacer como si nunca lo hubiera conocido.
—Te amo, Sung Jong —declaró con voz aguda, conteniendo su propio llanto —y no voy a dejarte nunca más.
—Myung Soo…
—Volveré por ti.
El joven licántropo se alejó a toda prisa por el bosque, siguiendo el rastro de Woo Hyun. Y Sung Jong sólo pudo pensar en su egoísmo. En amor egoísta y malvado. No era mejor que Sung Yeol ni que Woo Hyun. Ni siquiera que Ki Bum. Porqué él… sabía que ni siquiera juntos podrían vencer a Jong Hyun, pero la presencia de Woo Hyun podría distraerle, darle tiempo a Sung Kyu. Darle ventaja en aquella pelea. Y lo cierto era… que Sung Jong estaba dispuesto a sacrificar a Nam Woo Hyun para salvar a su hermano.

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