CAPÍTULO 53

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Harry esboza una pequeña sonrisa cuando abro la puerta y lo veo. Esta completamente vestido de negro, y no parece ser completamente consciente de lo bien que le sienta ese color.

Edward se abraza a sus piernas con una leve risa y Harry lo levanta en sus brazos para entrar a la casa.

— He empacado algunas cosas — Murmuro en un intento terrible de disimular mis nervios injustificados. Edward le dice algo a su padre de modo que solo este es capaz de oírlo y este lo deja ir a revisar la pequeña maleta que he preparado para él.
Las comisuras de su boca se curvan hacia abajo metras vuelve su vista hacia mi con decepción.

— Aquí no están todos mis juguetes — Protesta.
Solo he puesto lo estrictamente necesario,  algo de ropa, y su sábana favorita.

— No puedes llevar todos tus juguetes.

— !Solo uno más! — Edward no me da tiempo a replicar nada más cuando sale corriendo en dirección a las escaleras. Me quedo observándolo hasta que desparece en el piso de arriba, no sé cuantas veces le he dicho que no corra por las escaleras, sin embargo no ha dado resultado.

— Lo miras como si no fueras a volver a ver en años — Murmura Harry a mis espaldas. Casi puedo percibir la sonrisa en su tono de voz.

— El no está fuera de casa a menos que sea con mi madre. Y solo cuando trabajo — Susurro —  Va a ser muy extraño estar en esta casa sin él.

— Solo serán dos días — Sonríe — Soy su padre, lo voy a cuidar y va a estar bien conmigo. El domingo en la noche estará aquí contigo otra vez, sano y salvo.

— El domingo a las siete. Ni un minuto más, ni uno menos.

Harry dice algo que no logro escuchar porque un estruendo baja por las escaleras. Es Edward, con una bolsa en la que, al parecer hay juguetes. Y seguramente también esa libreta de dibujo que siempre lleva consigo y sus inseparables crayones.

— ¿Listo?

— Listo — Murmura Ed con una pequeña sonrisilla juguetona. Harry toma el pequeño equipaje de Edward que, con su estampado de dibujos infantiles, desentona por completo con su apariencia de ejecutivo.

Me despido de Edward y los veo atravesar la puerta y marcharse. Los observo desde la puerta, veo como se suben al auto y desaparecen por la carretera y el silencio ensordecedor cae como una nube espesa sobre el apartamento.

Harry me llama esa noche, sin embargo apenas cruzo palabras con él, pues Ed toma el teléfono y comienza a hacerme una pregunta tras otra.

El sábado en la mañana Cassey llega a mi casa y vamos juntas hasta la prisión estatal para ver a Dylan. Después de pasar por un riguroso protocolo para entrar, ambas estamos esperando en las bancas grises que se encuentran pegadas a la pared.
Cassey tiene una expresión seria, poco común en ella. Estuvo sorprendida cuando me preguntó por Edward y le dije que estaba con Harry, sin embargo no dijo nada en absoluto al respecto.

— ¿Te pasa algo?

— No. No pasa nada

— Te pasa algo — Esta vez afirmo.

Cass suspira.

— Déjalo, Aimie — Farfulla — Simplemente pasa que a veces no te comprendo.

— ¿No me comprendes?

— Ya estoy harta de advertirte, estoy cansada de que actúes como una idiota — Gruñe — Simplemente Harry aparece y tú deshechas todo lo demás.

— No es así ...

— ¡Por supuesto que es así! — Murmura — Aimie, sabes sobre lo que Dylan siente por ti y me parece terrible el hecho de que ese pobre imbécil esté allí dentro preocupándose por lo que tu pienses de él, y tú todo lo que puedes ver es a Harry Styles. ¿Ya no recuerdas lo que pasó antes?, ¿Estas dispuesta a pasar por la misma historia de sufrimiento otra vez?

CONTRATO MATRIMONIAL• |H.S| (Editando)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant