CAPÍTULO VEINTICUATRO "Una botella de tequila "

978 79 43
                                    

MIRANDA

Solloza fuertemente con deseos de con eso el dolor desapareciera de su interior, esta vez se da el lujo de llorar a todo pulmón sin miedo o vergüenza a ser descubierta en la privacidad de su habitación, el dolor punzaba en su pecho haciendo casi imposible el respirar con normalidad.

La llamada con Diana la había puesto mal, en la conversación con su amiga esta le había dado con entusiasmo la noticia que sería tía....

-¿Puedes creerlo? -grito al teléfono con felicidad -Seré tía, ¿te imaginas a un Mini Alex?

Un pequeño corriendo de la mano de mi Leo, es increíble que después de años sin verse se encuentren y ahora serán padres, siempre me cayo bien Cristina....

No soporto la noticia, su vista se nublo y sin poder hablar por el gran nudo que se había formado en su garganta colgó la llamada..

Varios minutos después no se atrevía a moverse si quiera, se podía imaginar a Cristina con la barriga creciendole día con día vestida con vestidos de maternidad buscando emocionada nombres para el bebé y Alejandro cuidándola acariciando su barriga, hablándole tiernamente y besando a su mujer con ternura imaginaba al pequeño y alejandro corriendo tras de él por toda la sala, la sonrisa de Alejandro cuando lo atrapaba...

Lo felices que serían y ese bebé no era de ella, no era del fruto de su ferviente amor.. Ella no lo llevaría al colegio, no lo acompañaría a la escuela de fútbol, no sería parte de su vida

-¡Aaagggrrr!-un profundo y doloroso sollozo sale rasgando su garganta, las lágrimas le resbalan por sus mejillas como una cascada furiosa.

Estando ahí en la soledad los recuerdos de su primera cita la asaltaban perturbándola, que tonta había sido si todo estaba tan claro desde el primer momento.

Nunca la aceptó tal y como era, siempre buscando pretextos buscando algo negativo, estaba consciente de que ella no era una mujer perfecta pero el tampoco y sin embargo ella aceptaba sus defectos por que lo amaba.

El no la amaba con la misma intensidad como ella.

Sabrá dios cuanto tiempo la estuvo engañando ¿cuantas veces fue al encuentro con su amante mientras ella creía que trabajaba? Y ahora esa mujer estaba esperando un hijo de él.

No quería llorar, no quería darle ese poder a esos dos, pero lo tenia que sacar del pecho y lo haría.

-A la mierda todos... a la mierda tú Alejandro. Hoy es la ultima vez que te lloro y me lamento por ti. -decidida se pone en pie y aunque estaba en una casa nueva y en un nuevo país salio con una idea bien clara hoy se embriagaria hasta sacarlo de su memoria o hasta perder la consciencia...

~•~•~~ ~•~•~•~•

Sentada en la sala de la espaciosa casa busca una canción en su teléfono, sonríe al encontrarla se recarga en el sofá hundiéndose un poco más la botella de tequila casi llega a su fin, por suerte era una mujer precavida y había traído otras tres de repuesto.

La canción se reproduce en la bocina de su móvil, esa canción que la acompaño por tantos años en su adolescencia.

Más allá de tu MiradaWhere stories live. Discover now