Capítulo 47

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Miranda llega a la casa de Sandra con bolsas enormes llenas de comida presiona el timbre y espera unos minutos.
Se escuchan pasos y el ruido de la puerta al abrirse.
—Oh por dios ¡Miranda! -Sandra ayuda a la mujer con la niña que llevaba en brazos.
—Veo que ya conoces a mi nieta -entre cierra los ojos con desconfianza.
—Sí de hecho la conocía por foto Diana me la mostró y hace unas horas tuve la oportunidad de conocerla en persona.-le explica, Sandra la acompaña hasta la cocina donde Miranda deja las bolsas sobre la mesa para después ir acomodando todo en las alacenas.
—Así que Diana eh,-Sandra se acerca al refrigerador en busca de un platito con el refrigerio de la pequeña que tenía en brazos.
—Sí, fue a Costa Rica por trabajo y ahí me explico muchas cosas Como por ejemplo que ella y Alejandro no son hermanos sino primos y es algo fascinante y a la vez extraño porque yo te pregunté y me aseguraste lo contrario, ¿lo recuerdas? ¿por que me mentiste Sandra? -Sandra desviaba su mirada de la mujer que la acribillaba con la mirada
—Miranda yo...
—Mira Sandra. -la interrumpe —Yo sé que nunca e sido Santa de tu devoción. Pero si te voy a pedir un favor y espero contar con eso a cambio de  no revelar todo lo que hiciste para separarme de tu hijo.-pone sus manos en jarras —Te quiero pedir que te abstengas de meterte en mi relación con Alejandro,  no voy a permitir qué te sigas involucrando en nuestras vidas;  no sabes la clase de persona que puedo llegar a ser y no es bueno aventarse cualquier Alacrán al lomo por mas pequeño que este, digo Recuerda que yo me estoy haciendo cargo de tu nieta y yo soy la que la puedo traer para que la veas, en mi está si nos quedamos aquí en México o nos regresamos a Costa Rica. No creo que Alejandro le cuesta mucho trabajo tomar una decisión, así que por favor no te metas en mi relación con tu hijo es mejor  qué llevemos las cosas en paz.

Sandra no sabía qué decir la veía perpleja abría y cerraba la boca no se le ocurría con qué a rebatir la Miranda que tenía enfrente no era nada a comparación a la que se había alejado, a la que había separado de su hijo porque no la sentía capaz de hacerlo feliz a final de cuentas una madre siempre va a buscar lo mejor para sus hijos ¿cierto?

Miranda estaba satisfecha con lo que le había dicho, se sentía gloriosa por fin estaba sacando las garras contra todos aquellos que la alejaron de su felicidad todavía tenía una conversación pendiente con esa mujer que se atrevió a meterse entre ellos dos.

A punto estaba de agregar algo más al tema con Sandra cuando su teléfono en la bolsa de su jeans vibra, saca de su bolsillo pensando que era Alejandro quien se estaba reportando y cuál fue su sorpresa cuando le aparece un número desconocido; un poco extrañada pasa su dedo por la pantalla contestando la llamada.
La Voz agitada de Diana suena por el auricular hablaba tan rápido que no se le podía entender lo que decía. Hasta que su voz cambio a una masculina Draco la había quitado el teléfono para explicarle lo acontecido.

— Miranda lo que Diana quiso decir es que tu padre acaba de fallecer,  nosotros estamos en el aeropuerto de la Ciudad de México ya vamos en camino al hospital Te mando los datos por un mensaje de texto y nos vemos allá...

*Alejandro*

Ni en sus más locas pesadillas imagino que esto podía pasar ¿Cómo fue que llegaron a esto? ¿Cómo fue que no se dio cuenta? Ella se lo había dicho, se lo había advertido. Pero él no le creyó pero ¿cómo iba el a imaginarse que lo lograría?  que se atrevería y ahora estaba en el hospital temiendo por la vida de ella..

—Alejandro tranquilízate esto no fue tu culpa  -Diana trataba de consolarlo,  de hacer su carga emocional más ligera, ella junto con Miranda y Draco ya estaban en el hospital cuando les dieron la noticia, fueron los primeros en verla llegar al hospital seguida de Alejandro con la cara demacrada mostrando unos rasgos agonicos de culpa marcada ya se le había informado a su hermano sobre la situación.

Más allá de tu MiradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora