CAPÍTULO 53

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Este capítulo esta dedicado para ti...
presci18marrufo
GabrielRamosCortes
LucilaCampi
martinez276
daniela151324
yuravega
DaisyCor
Bely84
¡Muchas gracias!
😍😘

Miranda se despide de su pequeña con una plegaria..
—Por favor dios, nunca te he pedido nada. Por mas obscuro que estaba mi camino, pero hoy te pido esto:  haz que la encuentren.. que llegue al lado de su padre...  por favor, no importa lo que me pase, sí ella esta bien acepto mi destino. Pero por favor cuidala, protegela...-decía en voz baja con su mentón pegado a sus manos..
El auto arranca alborotando a su roto corazón, tal vez esa era la ultima vez que la veía, tal vez era su ultimo día de vida. 
Manejan violentamente, se sorprende que no llamen la atención y una patrulla de vialidad los detenga.
Después de un largo recorrido, dónde el cansancio físico, mental y emocional sale a la luz provocando que Miranda se quede dormida, pero es la conversación entre los hombres lo que le pone alerta, sin abrir los ojos y controlando su respiración pone atención:
—Ya te digo, no sé que parentesco tenga con él, pero es de vital importancia para el jefe. -el gorila número uno comenta a lo que el segundo responde:
—Esto es una porquería, ¿ya la viste bien? Esta como para darle un buen revolcón, digo no es de mi tipo, pero sí le daba.
Miranda se altera, solo de imaginarse que le pongan las manos encima se le encoge el estómago por el asco y la furia.
—¡Te dije que no! son ordenes del jefe y no pondré en riesgo mi para por tus calenturas.
—Esta bien -contesto el hombre que tenía a un costado —¿Crees que venga por ella?
—Sí le importa, claro que vendrá por ella.

Esto es una trampa, pero ¿para quién? ¿Alejandro? No entendía nada, sí era para atraparlo ¿porqué no lo han hecho ya?
Los hombres detienen el vehículo, Miranda aún mantiene los ojos cerrados con la esperanza a que estos lo crean y así fue, bajaron sin dejar los seguros puestos, se dirigieron a una tienda de herramientas eléctricas.
Se cerciora que ninguno de los dos este cerca,al comprobarlo la idea de hace mas tentadora, abre silenciosamente la puerta pegándose lo mas que pueda al piso, mantiene la posición al rodear la camioneta hasta llegar a la cajuela y emprender la huida.
Gira en ambas direcciones buscando la mejor vía de escape, necesita un lugar público en donde llamar la atención, a su lado derecho alcanza a ver un centro comercial y aunque es pequeño hay gente ya sean los trabajadores mismo, ellos le pueden prezyar su móvil y así llamar a la polucia.
Solo hay un problema al tomar el camión o de la derecha el que lleva al centro tiene que pasar por el local donde los gorilas están metidos, la podrán ver por los grandes ventanales que tienen como división.
—Piensa, piensa. Sí, yo puedo, solo tengo que correr -se anima y toma la decisión, espera a que los hombres le den la espalda, y al hacerlo emprende la huida.
Corre y mientras las por el lugar puede ver las caras extrañadas de los gorilas que se quedan de piedra mientras la ven pasar.
—¡MIERDA! -grita en cuanto ve las caras asesinas de los gorilas cuando salen del local, sabe que es cuestión de tiempo para que la atrapen así que se esfuerza para correr más rápido corrió lo más rápido que pudo, lo que sus cortas piernas y la mala condición le permitió. No fue suficiente ya que la alcanzaron a 500 metros antes de llegar al centro comercial. Miranda no dejaba de forcejear, 
En cuanto llegaron  a un lugar poco transitado el gorila numero dos le propino dos fuertes bofetadas partiendo el labio inferior de Miranda, quien presa por la rabia e impotencia le da una patada en sus partes dobles y aprovecha la distracción del tipo para echar a correr, pero increíblemente el tipo numero dos la detiene tirando de su cabello arrojándola al piso.
—¡Fui muy paciente, pero ya no! -le grita, lleno de rabia patea su estómago para así demostrarle quien tiene el control.
Solo de escuchaban la lucha de Miranda al intentar respirar, una tos insistente sacando la sangre acumulada.
Al ver que ya no daría batalla, la levanta del piso y con ayuda del otro hombre meten en la camioneta a la chica esta vez esposada para que no pudiera escapar.
Estaba encerrada en lo que parecía ser una bodega abandonada, lastimada de un brazo y con la mejilla inflamada junto con su labio inferior
cuando llegaron al lugar del encierro la golpearon para desquitar su frustración...  ya tenía horas ahí, pero no perdió el tiempo, se había dedicado a explorar el lugar, con suerte encontraba la forma de salir de ahí.
Camino libremente buscando una puerta o una ventana, solo había encontrado dos puertas uno que era la salida y otra que estaba atrancada. Los hombres tenían sus horarios con ella, lo noto desde el primer día, la visitaban a cada hora, le revisaban su vestimenta, miraban abajo de la colchoneta como para investigar  si ocultaba algo que tenía en el piso.
Después de eso le dejaban un vaso con agua y un paquete de galletas saladas o en su excepción un pedazo de pan. No comía nada de lo que le daban por desconfianza

—¿Qué quieren de mi? ¿Que es lo que buscan? -Miranda grita con desesperación, la habían cambiado de lugar desde que dejaron a la pequeña en la calle. Le habían vendado los ojos y no sabia en donde estaba.

Estaba desesperada no había  nadie quien le dijera que es lo que realmente querían de ella, le dolía todo el cuerpo, seguramente tenia alguna costilla rota, por que le costaba respirar.
—¿¡Alguien que me explique!? ¿alguien? -¿le dejarían ahí hasta que muera? ¿Hasta que las ratas mordisquean su cuerpo frío y sin vida?...
—¡Basta Miranda! -se detiene ante los giros tan bruscos que estaban dando sus pensamientos, no de podía dar el lujo de tener tan negativos pensamientos, tenía que ser positiva.. Alejandro la estaría buscando.. Sí Alejandro no se detendría hasta encontrarla.
La puerta de metal hace un chirrido al abrirse por lo antigua que es, esto le avisa a Miranda que ya ha pasado otra hora más, si sus cálculos eran buenos tenia ya  4 horas encerrada ahí.
El gorila numero dos, el mas joven de los dos entro al lugar dedicándole una mirada que congelo la sangre, él no traía agua ni comida, eso era muy raro. Ya que el que siempre entraba era el mas viejo de los dos, ese a los ojos de Miranda era el líder.
Instintivamente Miranda da dos pasos atrás poniendo distancia entre ellos dos con la loca idea de echar a correr lejos de él, pero el tipo le sus movimientos tirando de su brazo con fuerza hacia él.
El impacto le saco el poco aire que contenía en sus pulmones haciendo una agonía volver a respirar.
—¿Lo haremos por las buenas o por las malas? -la voz ronca y excitada del cazador suena por el lugar, lo suficientemente clara para dejar ver sus intenciones.
—¡NO! NO  -golpeaba el pecho duro del hombre pero tal vez era por que debilidad por no comer en días o tal vez era que ese hombre fingía lo bastante bien, pero sentía que no le causaba en daño necesario.
—Sí, así me gustan las gatitas como tú... que saquen sus garras -toma con violencia su trasero lastimándola.

Miranda no lo podía creer, iba a ser violada y nadie le ayudaría.
No tenía la fuerza necesaria para detenerlo, estaba tan lastimada que no podría.. no le quedaba otra mas que presenciar como profanaban su cuerpo.
Y una mierda, lucharía y si perecía en el intento sus marcas demostraran que lucho hasta su ultimo aliento.
El hombre la apretujaba contra él, para que sintiera su erección.
Toma la mano temblorosa de Miranda y la pone en su miembro.
—Sientela,  conoce a tu nuevo amo -le susurraba en su oído pasando su lengua desde su mejilla hasta su ojo inflamado.
Evito las arcadas que le provocaba el olor de su saliva en su rostro, el sentir aquello en su mano, pero estaba en su mano... como no lo pensó antes.
Miranda abre su mano tomando el miembro del tipo, levanta su rostro para verlo a los ojos.
El cambio repentino en ella lo hizo desconfiar un poco, pero Miranda lo calmo con sus caricias de su mano.
—Sí. Así nena.-le apremiaba relajando su agarre para que la chica tuviera espacio para seguir haciendo esas caricias.
Miranda nota como este poco a poco se  deja llevar por el placer e  incluso cierra los ojos para disfrutar de la experiencia... "hombres son tan fáciles"
El hombre no lo vio venir, solo un  dolor punzante y ardiente le advierte que algo no va bien, solo una mirada le vasto para ver la espantosa escena.

Su pantalón con sangre, la chica con una daga y el dolor insoportable.
¡Le había cortado!
—¡HIJA DE PUTA! -la grita con miedo y desesperación. La toma del cabello y con todas sus fuerzas la avienta por los aires.

Miranda ve como el tipo tambaleante sale del lugar dejando una marca de sangre en su andar. Ve eso antes de caer a la inconsciencia satisfecha con su lucha, porqué tal vez su lucha se terminaba ahí....

—Miranda...-a lo lejos una voz sumamente familiar le llamaba.  —Miranda, vamos abre los ojos  –no, no podía ser ¿qué estaba haciendo ahí? Lo van a matar.. —¿Que demonios paso?.. dijiste que no la lastimarían..
—P-pa ¿papá?
Hola
Mil gracias por leer
Con mucho cariño
Anny💋

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