CAPÍTULO TREINTA Y TRES "UNA LLAMADA INESPERADA"

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Aviso de la autora

Hola mis guapuras
Solo para aclarar un detalle
Estos capítulos
Están narrados en perspectiva de Miranda
Y van al tiempo que Alex.
No ha pasado dos años eso significa que el bebé de Cristina no nace (Todavía)
Quiero que conozcan los pasos de Miranda en todo ese cambio.
Para que quede claro sus próximas decisiones.

Vamos entrando a la recta final me siento emocionada.

Aprovechó el espacio para pedir disculpas
Tengo problemas familiares, la recepción es pésima en el hospital además que en esas circunstancias no he tenido cabeza para escribir.
Lo siento mucho.
Poco a poco subo como hoy que me no cuidare a mi madre.
Sin mas por el momento me despido que sea de tu agrado el capítulo.

Era un día soleado que prometía hacerte sudar como nunca antes lo habías hecho.

Instalándose en su nuevo apartamento, Miranda se había comprometido con ella misma a ponerse en marcha con la remodelación de su nuevo hogar, las chicas había quedado de pasar por la noche para hacer una cena de inauguración.

Aunque todavía no estaba presentable el departamento las chicas habían anunciado su visita y ella no tuvo otro remedio que aceptarlas.

Eran tan lindas que no podía rechazarlas y eso le frustraba en demasía.

En el momento que cruzo por la puerta con botes de pintura  y brochas se dio cuenta que seria un arduo trabajo, pero no importaba eso le ayudaría a distraerse.

Estaba estresada cada vez que se sentaba a escribir su mente se ponía en blanco o divagaba entre recuerdos.

Recuerdos donde un pelinegro le sonreía de oreja a oreja o le recriminaba por tener la nevera vacía.

En una ocasión le había parecido escuchar su voz en su oído, como hacia él, para despertarla fue tan real que desierto con el corazón desbocado con ganas de lanzarse a su brazos y besarlo.

En sus fantasías él aparecía en mitad de la noche, se metía entre sus sabanas y con besos húmedos le despertaba. Entonces él le suplicaba con voz ahogada a causa de la excitación que regresara a casa, que le perdonara y le decía cuanto la amaba una y otra vez. ¡Qué patética!

Más allá de tu MiradaWhere stories live. Discover now