CAPITULO VEINTISÉIS "CLICHÉS"

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—¡Maximiliano! -dicen en conjunto las chicas, Max dibuja una sonrisa desde la entrada con maleta en mano ahí están sus chicas favoritas... Las mujeres mas imagen importantes en su vida.

Lo que llama su atención inmediatamente es la cara desencajadas de las mujeres... lo ven sorprendidas y un poco asustadas.

—¿Señoritas? -max sonríe divertido pasando su mirada a las chicas con cara de espanto y a la botella de tequila que descansa en la mano de Miranda.

—¿No llegabas mañana? -Miranda pregunta con sorpresa y evidente nerviosismo.

—Termine mis asuntos rápido y tome el próximo vuelo -afirma viéndolas de soslayo esas dos se traían algo, estaban muy raras.

—¡Oh! Pues... Que maravilla -Yuliana sonríe fugazmente desviando la mirada a la otra chica que al ver su reacción suelta un bufido lleno de frustración. Yuliana no sabía ocultar sus emociones era como un libro abierto y odiaba las mentiras y engaños.

—¡Bienvenido! -levanta la voz llamando la atención de Maximiliano con la confusión marcada en su rostro —¿Que tal el viaje? -camina hacia el con la plena idea de ayudarle a ponerse cómodo, pero Yuliana adivinando sus movimientos se adelanta...

—Deja te ayudo -lo toma por los hombros para ayudarle a quitarse el saco sin arrugarlo. Mientras esta atrás de Maximiliano le dirige una mirada arrogante a Miranda y esta responde de una forma muy madura "Sacando su lengua" como niña pequeña.

—¡Gracias Yolo! - le sonríe tiernamente, estos pequeños detalles son los que le daban calor a su corazón, ve por el rabillo del ojo a la chica, y lo que ve le gusta.
Yolo segura en que nadie la observaba se acerca el saco a su nariz para inhalar su aroma... Ese recuerdo lo tendrá en su memoria de por vida. —¿Que hacian? -su mirada divertida pasa de las chicas que lo observan sin decir ni una palabra y en cambio se intercambian miradas en  complicidad. —¿Estaban bebiendo? -señala la botella de tequila que descansa en la mano de Miranda, gira  su cuerpo por completo buscandola con interés genuina —Yolo... ¿¡Estas ebria!? -pregunta con sorpresa, nunca había visto beber alcohol a Yolo, Miranda en cambio.... Era... Miranda es normal en ella pero ¿Yolo?

—¡Hay Maxi! Por favor -interrumpe Miranda  colocándose en medio de los dos —Lo dices como si tú nunca hubieras tomado... Además Yuliana esta bastante grandecita como para que tu le estés dando un sermón -lo toma por el codo y lo guía hacia la sala donde prácticamente lo derriba al sofá —¿Quieres un trago?.. -ya imaginaba la respuesta negativa de su parte...
Nunca le ha visto beber alcohol... Bueno solo en reuniones donde no se podía negar, y solo en el brindis de alguna reunión.

Ese hombre era sorprendente, no bebía, no fumaba, no se drogaba y eso le ponía los pelos de punta... Todos tenemos doble cara una buena y otra mala... Unos la mostraban y otros la tenían muy bien guardada para alguien especial y algo dentro de ella le decía que Maximiliano escondía muy bien su lado obscuro.

—No gracias, pero adelante... Si ustedes quieren por mi no se detengan -ve con fijeza a Yuliana en una silenciosa advertencia. —¿De que hablaban cuando llegue? -rasca su nuca —Escuche mi nombre -levanta la mirada en busca de unos ojos cafés, y ella al notarlo lo evita nerviosa.

Miranda no pierde detalle de todo esto, se deleita observando las miradas lascivas por parte de los dos.

—Sí, estábamos hablando de ti-confiesa recostándose en el sofá individual en una posición nada cómoda.

—¿En verdad? -pregunta entusiasmado inclinándose para apoyar sus codos en sus rodillas en un pose de sumo interés.

—¡Claro que no! Ni que fueras Solecito -se burla de él ganando una mala cara por parte de Maximiliano y una cara de alivio por parte se Yuliana. —Le estaba platicando a Yuliana sobre mi protagonista femenino de mi nueva historia ¿verdad Yuliana? -la toma por sorpresa desde que llegó Max, Yuliana se perdió, estaba ausente, distraida.

Más allá de tu MiradaWhere stories live. Discover now