CAPÍTULO CUARENTA Y CINCO

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CAPÍTULO 45
Que lindo era despertar así a su lado, era tan perfecto que tenía miedo a que no fuera verdad.
Miranda lo envolvía con sus piernas recostada  su pecho completamente desnuda aun en horcadas.
Se le antojaba a su melena como de una leona dormida, era un cabrón con suerte al volver a tenerla entre sus brazos, al sentir su entrega y dejarse consumir por sus llamas.
Miranda se removió un poco entre sus brazos al recordad todo. ¡Mierda! Esperaba que el sentimiento de culpa llegara con fuerza reclamándole el acto, pero no llego.. Al contrario se sentía plenamente feliz y saciada, amada. Solo le faltaba ronronear y lamerse los bigotes como una minina. Un recuerdo le hizo estremecer no se habían cuidado, pero al final de cuentas ¿Qué probabilidades tenía de quedarse embarazada? Muy pocas así que le resto importancia.
A estas horas su móvil debería estar estaba lleno de mensajes amenazantes por parte de Diana. No le importaba si estaba en casa y con él.
—Anda, cariño tenemos que hablar. -Alex acariciaba perezosamente la espalda de la curvilínea. Estaba mas delgada y eso le preocupaba ¿a caso no se alimentaba?
—15 minutos más… solo dejame estar así un momento más. -acomodo su cabeza en el pecho de su amado, no sin antes dejar un reguero de besos en el proceso.
—No seas perezosa, vamos que quiero presentarte a alguien. -inmediatamente Miranda se tensa, buscando por todo el lugar cubriéndose su cuerpo. —Esta dormida -beso su frente tranquilizandola. La toma por las axilas para ayudarle a ponerse en pie.
A miranda le temblaban las piernas, era como  hubiera cabalgado por horas, la idea le parecía divertida. Se cambio en un dos por tres traía puesto unos vaqueros azules desgastados y una camisa de su banda favorita venezolana (caramelos de cianuro)
—Estoy lista -se gira para ver a Alex terminar de ponerse los pantalones. Había cambiado, su cuerpo y su rostro, era como si hubiera envejecido 5 años.
Que boba, claro que lo hizo. Pasaron casi ¡tres años! sin verse, pero el cambio era drástico y hermoso.
—Ven -sonríe tomándola de la mano y entrelazando sus dedos en ella. Se sentía jodidamente bien.
Caminan sin hacer tanto ruido, Alex abre la puerta y le hace un ademán con la mano para que entrará y viera lo que estaba o quien estaba en su cama.
Una pequeña dormía hecha bolita en la mitad de la cama.
—Es mi muñeca -le dice orgulloso con una sonrisa de oreja a oreja.
Miranda suelta su mano para acercarse más.
Estaba hermosa, la foto no le hacia justicia.
—Esta preciosa tu "Morita" -dice en voz lo bastante baja para no despertarla.
Era increíble, la acababa de conocer y ya le tenía un sobre nombre “MORITA” y para ser sinceros le encantaba. Así era Miranda acogiendo a todo aquel que se acercara haciéndolos parte de ella.
La nena abre los ojos observando con interés a la mujer que le sonreía tiernamente. Alejandro la toma en brazos en cuanto ella se lo exige.
—¿Qué opinas? -le pregunta a Miranda. Quería saber su opinión, la conocía perfectamente bien pero necesitaba saber lo que opinaba respecto a su hija.
—¿Que opino? -alejandro asiente. —Qué como peinador te morirías de hambre -toma una de las coletas mal hechas de la niña. Era un sacrilegio que una niña con tan hermosa cabellera estuviera peinada de esa forma.
Alejandro la ve con sorpresa un momento, cuando se recupera se acerca para aclararle:
—Yo no la peino. Sí ni siquiera distingo un peine del cepillo. -se encoge de hombros. La única vez que había intentado peinarla le hizo un nudo imposible de deshacer y le tuvieron que cortar el cabello, pero eso nunca se lo contaría.
Miranda lo veía con desaprobación. ¿Cómo era posible que el permitiera que la niña estuviera así?
Toma a la pequeña entre sus brazos para llevarla al baño. Sí imaginaba bien los artículos de belleza que dejo estarían ahí. No se equivocó. Todo estaba igual de como lo dejo. En un cajón encontró las ligitas con las que le encantaba atar su cabello antes de dormir. Toma un pomo amarillo que contenía crema para peinar un cepillo y peine y regresa a la habitación.
Sienta a la pequeña en medio de sus piernas dándole el cepillo de color los rosa chillante. La niña muy contenta jugaba con el mientras Miranda la peinaba y Alejandro la observaba con ternura y admiración.
—Lista, quedaste hermosa Miranda le sonreía a la pequeña le había hecho dos coletas con un listón rosa alrededor del cabello.
—Gracias, me encantaría que tú…
—Sí a mi también, pero no lo soy -le soltó sincera haciendo una pausa —Ojitos, ella tiene una madre y los va a necesitar juntos.
—¿¡Que quieres decir con eso!? -soltó con vos ahogada llena de terror, tenia miedo.. Miedo a que ella le dijera que se iba a ir otra vez. —¿Te iras? ¿Me volverás a dejar? -exaltado levantaba la voz con cada pregunta que hacia.
A Miranda eso le destrozaba, el saberlo herido y atemorizado como un pequeño niño.
—Sí, -hace una pausa. Viendo como el rostro de Alejandro se descompone —Pero no ahora. No sin ti. Eso si tú aceptas.
Alejandro por fin podía respirar con gozo. Sí claro que la aceptaba y no se lo iba a poner tan fácil si ella decidía irse de nuevo. La perseguiría hasta el fin del mundo si era necesario. No descansaría hasta tenerla entre sus brazos.
—¿Te me estas proponiendo? -le pregunta divertido a lo que ella asiente con la cabeza. Acomoda a la pequeña en la cama. Se acerca a él tomando su mano y llevando una rodilla hasta tocar el piso. Alejandro hace un ademán con su mano como lo aria una dama tímida que necesita un poco de aire para que sus mejillas vuelvan a su color normal.
—Alejandro Lupe Perez de la luz -le dice imitando la voz de un hombre, recordando los nombres largos y ridículos de las telenovelas. —¿Te gustaría pasar el resto de tu vida conmigo? -lleva su mano a su boca para dejar un casto beso en ella.
Alejandro sonreía como bobo ante tal escena.
—Oh sí, claro que acepto. -al decir esto Miranda con la ayuda de él se pone en pie. Lleva sus manos atrás de su cuello desabrochándose la cadena de oro.
Alejandro la ve sin entender que era lo que se proponía esa mujer; sin embargo todo tomo sentido al momento en que su chica introduce un anillo en su dedo meñique. Era aquel anillo con el que se le declararía, lo había mantenido con ella a pesar del tiempo.
Miranda disfrutaba de sus reacciones. Primero se veía sorprendido y después conmovido. Era un completo idiota si creía que se había desecho de el.
Alejandro se quita el anillo de su dedo. Viendo a los ojos a su mujer. Se inclina bajando la rodilla al piso. Toma la mano temblorosa de Miranda y le dice:
—Mi amor… estos años lejos de ti han sido una miseria. La cague y te juro que ni yo mismo se por que lo hice o como fue que paso –Miranda frunce el seño al ver la confusión en él —Yo estaba y estoy seguro de mis sentimientos hacia ti. Mi mente te pertenece mi Alma es tuya.. Y mi corazón… lo tienes aquí -besa sus manos —Por que desde que te fuiste te lo llevaste dejandome solo en la obscuridad.
Hoy te pido otra oportunidad para demostrarte día con día lo mucho que te amo. Para adorarte y amarte como te mereces. Se que te falle y te pido perdón TE AMO y me encantaría que tengas compasión de nosotros -señala con la cabeza a la nena que dormía plácidamente —Hazme el hombre más afortunado y casate conmigo. -habla con el corazón en la mano.
Miranda muerde su labio y se arrodilla junto a él.
—Sí, mi amor. Me caso contigo. Pero antes debemos hablar. Te juro que cuando arreglamos todo este problema es lo primero que aremos.
—¿De que quieres que hablemos? -se acerca a ella para dejarle un beso en sus labios.
—Alejandro, tenemos mucho por hablar. Quiero saber como tomaste lo de tu morita. ¿Qué piensas o  que estas haciendo para ayudarla? Diana me comentó que prácticamente ustedes no salen. Que casi no conocen a tu hija. -se acomodan en el piso recargándose en la cama.
—Anda, si tener a un hijo es un desafío imagínate lo que es tener a una pequeña que  no sabrá defenderse en este mundo tan cruel. -toma sus manos jugando con el anillo de compromiso. —Cristina lo tomo muy mal. Fue sietemesina y paso una larga temporada en el hospital, lo hace para protegerla sabes, es tan frágil … Cristina no cree prudente sacarla a la calle, por eso tenemos a una niñera en casa para que le ayude. Dice que llora mucho, que hace rabietas. Pero mirala -la señala con el mentón —Cada vez que la veo es así, ella dice que es por que la consiento.
—¿Te puedo hablar con la verdad? -le pregunta viéndolo  los ojos, para Miranda la verdad era tan evidente que era un pecado no sacarla. Esa mujer tenía cola que le pisen.
—Siempre cielo, siempre -besa su mano preparándose mentalmente para lo que ella tenia que decirle.
—Yo creo que... Cristina, ¿así se llama cierto? -Alex asiente con la cabeza con una sonrisa burlesca. —Bien ella esta avergonzada de la niña. Eso de no sacarla de casa por su seguridad no se la creo. Siento que evita que la vean con ella por vergüenza, ahora la niña va para dos años ¿ya esta en alguna escuela? -Alex la ve como si tuviera un tercer ojo —No me veas así...-le reprende —Ella tiene necesidades especiales, te recomiendo buscar algún lugar para que le ayuden con su lenguaje.
Alejandro escuchaba atento y emocionado. Por un momento ya no se sentía solo, en ella veía a la compañera adecuada, fuerte y tierna a la vez. Era como si entrará en su mente y entendiera habla perfección todos sus miedos y preocupaciones. Como la había extrañado…
—Alex yo quiero… necesito saber como paso… que fue lo que paso con esa mujer. -se notaba tensa, pero había algo en las palabras que diana le había contado que activaba sus alarmas.
—Cielo, no lo recuerdo. -Alex le dice sin verla a los ojos, no se atrevía.
—Entiendo, hace mucho de eso.
—No nena. No lo recuerdo, solo recuerdo estar en el bar y después desperté en… bueno ya sabes. Recuerdo que en esos momentos estabas muy distante, casi no te veía a pesar de vivir juntos. ¿Por qué? -lleva la mano a su mejilla capturando  lágrima rebelde que recorría su rostro.
—Alex.. Yo necesitaba un motivo.. Y tu me lo diste -solloza al darse cuenta de lo que había hecho.
Alejandro no entendía a lo que se refería, pero algo en él le decía que no era bueno.
—Explicame cielo, no entiendo. -la animaba dándole palmaditas en su mano.
—Yo no sabía que Diana y tú no eran hermanos… yo creí que..
—¿Creíste que tu y yo éramos  hermanos? -Miranda asiente —¿Por qué nunca me lo preguntaste? Ya entiendo, te di la excusa perfecta para alejarte de mi ¿verdad? -se pone de pie. Lleva sus manos a sus sienes, no lo podía creer eso era algo que nunca hubiera imaginado de su parte ¿Por qué? Sale de la habitación Miranda lo imita saliendo atrás de él. —Qué fácil te resulto todo, mientras yo estaba aquí muriendo en vida tú.. Eres una cobarde -la acusa.

Hola mis guapuras
Esos dos tienen mucho que aclarar.
Y ¿Cristina como reaccionara al saber que Miranda regreso?
Recuerden que Draco tiene información importante pero ¿cuando lo dirá?

MIS GUAPURAS LES TENGO UNA NOTICIA

ESTA HISTORIA ESTA PARTICIPANDO EN EL CONCURSO DE "GEMAS PERDIDAS"  #GPG2017
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¿QUE ESPERAS? AÚN PUEDES HACERLO. BUSCA LAS BASES EN SU PERFIL.

Te espero en el próximo capítulo
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Con mucho cariño
Anny💋

Más allá de tu MiradaWhere stories live. Discover now